CONSEJO MEXICANO DE CIENCIAS SOCIALES

Migraciones en América Central

Migraciones en América Central. Políticas, territorios y actores
Carlos Sandoval García (Ed.)
Universidad de Costa Rica

Organización del libro

Migraciones en Centroamérica. Políticas, territorios y actores está organizado en siete secciones. La primera de ellas, Procesos de exclusión, desposesión y violencia reúne dos artículos. El primero de ellos, “‘Del Cerro al norte’. Continuidades (y diferencias) en la migración campesina hondureña”, escrito por Andrés León Araya y Sergio Salazar Araya, explora algunas relaciones entre la inmigración interna y los procesos de emigración internacional. El segundo de los artículos de esta sección, “Migración, pandillas y criminalización: la conflictividad social estadounidense su relación con El Salvador”, preparado por Mario Zúñiga Núñez, discute la socialización en la violencia de algunos jóvenes salvadoreños en los Estados Unidos, su regreso a El Salvador y sus iniciativas de regresar de nuevo a los Estados Unidos. Ambos artículos dan cuenta de los procesos de desposesión que vuelven la migración una decisión forzada.

La segunda sección se titula Rutas migratorias y está conformada por dos artículos y un testimonio. Ana Lucía Hernández Cordero analiza la experiencia migratoria y laboral de mujeres guatemaltecas en España. La mayoría de ellas sale de Guatemala a raíz de la falta de oportunidades laborales y favorecidas por redes que les facilitan contactos especialmente en Madrid. En España, ellas contribuyen a paliar al menos la crisis del trabajo del cuidado, especialmente de personas adultas mayores, el cual se agrava por la crisis económica que ha enfrentado España en años recientes. Por su parte, Alonso Hernández describe la experiencia migratoria de personas centroamericanas por el Occidente de México, que les lleva a la ciudad de Guadalajara. Si bien esta no ha sido una ruta muy frecuentada, la violencia que se experimenta en la ruta del Golfo de México ha obligado a miles de migrantes a buscar otros trayectos y, a su vez, visualiza los prejuicios que caracterizan a un sector importante de quienes habitan la ciudad de Guadalajara. Cierra esta sección un testimonio escrito por Shyndy Ivellis Loza Portillo, quien narra la experiencia migratoria de su hermano, quien compromete el patrimonio familiar y vive múltiples vejaciones en el trayecto por México.

Lpolítica de la migración es el título de la tercera sección y en ella se presentan, como en la sección anterior, dos artículos y un testimonio. Gabriela Segura Mena presenta un análisis de los procesos de regionalización de la política migratoria estadounidense en Centroamérica. Diversas redes regionales han permitido socializar interpretaciones que tienen en común la tesis de que la migración es un asunto de seguridad, a partir de lo cual se enfatiza la criminalización y se excluye el debate de los procesos de exclusión social que obligan a dejar comunidades y países de nacimiento. José Luis Rocha sitúa la migración nicaragüense hacia los Estados Unidos, la cual corresponde a cerca de la mitad del total de las personas que han dejado Nicaragua, un dato que usualmente pasa desapercibido, pues se presume la mayoría emigra hacia Costa Rica. Los nicaragüenses que llegaron a los Estados Unidos durante la década de 1980 se vieron beneficiados de las animosidades de los gobiernos de los Estados Unidos con los sandinistas que gobernaron Nicaragua en aquella década. Rocha contrasta este panorama con el de la migración nicaragüense hacia Costa Rica, para la cual los cambios en la legislación migratoria les dificultan aún más su regularización y abre nichos para quienes lucran con trámites y gestión de los numerosos requisitos vigentes en la legislación. “Soy Emilio y tengo algo para contar”, un testimonio preparado por Ismael Moreno, cierra esta sección. Moreno relata la ambivalencia de querer estar “allá” para acceder a mejores salarios al tiempo que se resiente la soledad y la añoranza por el estar “acá”.

La cuarta sección se titula Deportaciones, salud mental y subjetividad e incluye dos artículos sobre la experiencia de deportaciones, las cuales se han incrementado en los gobiernos del Presidente Obama. Annaliza Tobar Estrada, en su artículo titulado “Una aproximación a las reacciones psicológicas en la migración. Los casos de migrantes guatemaltecos deportados”, señala que si bien la migración no es, a priori, solo pérdida, el duelo se vuelve más evidente en el relato de personas migrantes toda vez que las deportaciones no atienden, por ejemplo, principios de reunificación familiar que pudiesen evitar separaciones entre integrantes de grupos familiares. Por su parte, Vicente Quino en su artículo “A la deriva entre el sur y el norte. Deportaciones y sujetos dañados en Guatemala”, analiza la experiencia subjetiva y afectiva de las deportaciones como ruptura de un proyecto y las consecuencias que se sigue de ellas. Para ello analiza la experiencia de tres personas deportadas en el contexto de la redada realizada en Postville Texas en el año 2008. Ilka Oliva Corado narra las formas de representación cotidiana e interpersonal del “indocumentado”. Destaca Corado cómo migrantes ya establecidos no se autodescriben como migrantes cuanto que procuran mimetizarse con la población blanca. “Y así me hice… hermano con Arturo” es un testimonio de Ismael Moreno, en el cual se relata la vida de Arturo, quien procurando llegar a los Estados Unidos cae del tren y muere desangrado. “Buscando un sueño terminó su vida como en un infierno”, dice Moreno.

Derechos y políticas públicas, la quinta sección, analiza, a propósito del caso de la migración nicaragüense, el acceso a servicios públicos e imaginarios sociales. Koen Voorend, en el artículo titulado “Mitos y realidades sobre un imán de bienestar. La incidencia de la inmigración nicaragüense en los servicios de salud costarricenses”, analiza la asentada presunción de que los servicios sociales que se prestan en Costa Rica atraen la población migrante, la cual estaría sobre representada en la población atendida. Frente a este sentido común dominante, Voorend aporta evidencia en el sentido de que, por ejemplo, el porcentaje de hospitalizaciones no supera el porcentaje de población migrante que vive en Costa Rica. Por su parte, Mauricio López Ruiz analiza el acceso de trabajadores nicaragüenses que ingresaron al país como parte del Acuerdo Binacional Costa Rica-Nicaragua a los servicios de salud. El autor subraya que preguntas tales como qué tipo de beneficios recibirán los migrantes a cambio de su contribución a la economía del país receptor, a qué van a tener derecho o tienen ellos la misma capacidad, en comparación con el resto de los trabajadores nacionales, para aprovecharlos de igual manera, esperan respuesta. Mientras tanto, la precarización del derecho a tener derechos es la tendencia predominante.

La sexta sección del libro se titula Imaginarios sociales y se interroga las formas de representación de la migración. Luis López Ruiz y David Delgado Montaldo analizan prejuicios hacia la comunidad migrante residente en Costa Rica. Para ello, elaboran un índice de prejuicio antiinmigrante, compuesto por cinco categorías: problemas, derechos, segregación, educación y acceso a servicios. En una segunda parte del artículo, los autores analizan la experiencia de colombianos y colombianas residentes en Costa Rica, a fin de explorar si ellos y ellas experimentan manifestaciones de prejuicio. Por su parte, Fernando Chacón Serrano, Leslie Gómez Calderón y Thelma Alas Albanés estudian, en el artículo titulado “Configuración de imaginarios sociales sobre la migración irregular en jóvenes potenciales migrantes y retornados salvadoreños”, repertorios a través de los cuales dos grupos, migrantes potenciales jóvenes y retornados, representan la migración. Los migrantes potenciales tienden a manifestar elementos más idealizados de la migración, los cuales son compartidos con jóvenes retornados, sobre todo por quienes fueron detenidos al momento de cruzar la frontera entre México y los Estados Unidos. Entre este segundo grupo, la idealización se configura con elementos de frustración y pesimismo. Esta sección finaliza con la crónica de José Pablo Peraza, titulada “Sobre encuentros y reencuentros. Caravana de madres ‘Liberando la Esperanza’”, la cual da cuenta de la ilusión de madres centroamericanas por encontrar a sus hijos, de quienes por años no han tenido noticias. La caravana del año 2012, la cual es descrita en la crónica, por primera vez reunió a madres de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua.

La séptima y última sección, Organización y constitución de sujetos políticos migrantes, se interroga por las posibilidades de constitución de colectivos migrantes en sujetos de su propia política. Úrsula Roldán Andrade, a partir del análisis de experiencias en Huehuetenango Guatemala, analiza procesos de subjetivación tanto en términos de participación comunitaria, como de configuración de identidades de género, para mencionar dos particularmente relevantes. Laura Paniagua Arguedas, en el artículo “¡A construir el hormiguero y encender la luz! Lo político y la participación en la experiencia migratoria en Costa Rica” analiza diferentes experiencias a través de las cuales personas migrantes se configuran como sujetos de la política y lo político. Menciona tres tipos particularmente significativos: organizaciones que trabajan con personas migrantes, organizaciones de personas migrantes en los países receptores y organizaciones comunales. Paniagua destaca y analiza el protagonismo de las mujeres en estos espacios. Por su parte, Aracely Martínez Rodas analiza la percepción de migrantes guatemaltecos en los Estados Unidos de las organizaciones que trabajan la temática migratoria. Los hallazgos subrayan el poco conocimiento que tienen las personas que respondieron de las organizaciones, pues cerca de dos tercios respondieron no conocerlas; las asociaciones laborales y las iglesias son las más conocidas. Menor es el porcentaje de quienes participan en alguna organización. El artículo de Sarah Loose cierra esta sección y el libro en su conjunto. Loose analiza la experiencia del Comité de Santa Marta, fundado en Herndon Virginia por quienes en el contexto de la guerra se vieron obligados a dejar el departamento de Cabañas en El Salvador. La autora analiza el lugar de la memoria de la represión como factor que configura una “hometown association” que construye vínculos de cooperación con Santa Marta en El Salvador, al tiempo que procura fortalecer la memoria de la represión que les obligó a dejar su país. [Texto tomado de la Introducción del libro]

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