Academias asediadas | Alain Basail
Academias asediadas. Convicciones y conveniencias ante la precarización
Coordinador: Alain Basail Rodríguez
Resumen:
En Academias asediadas se efectúa una reflexión punzante sobre los ataques sistemáticos lanzados por el neoliberalismo contra los campos académicos, científicos e intelectuales en América Latina. Este libro compone una mirada colectiva que ausculta las tramas de las ciencias sociales partiendo de sus condiciones de posibilidad, de sus materialidades precarizadas, sus angustias cotidianas y sus arrinconamientos interiores. Los trabajos reunidos indagan tanto las dinámicas que modulan los marcos institucionales –habilitadores o no del quehacer de los científicos sociales–, como las directrices que propician o no la innovación, la creatividad y la socialización académica tan necesarias para la reproducción de comunidades académicas y la producción de conocimientos. “Los autores y las autoras buscamos cuestionar cómo se ha naturalizado y normalizado en las situaciones reales de vida un modelo dominante de ciencia, de filtrado o colado de las prácticas académicas, que ha generado más inseguridades, incertidumbres y exclusiones que las seguridades, certidumbres e inclusiones pretendidas discursivamente bajo los imperativos de los ideales empresariales de ‘calidad’ y ‘excelencia’”.
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Prólogo
El asedio de las ciencias sociales
Sara Victoria Alvarado
En primera instancia agradezco a la comunidad académica de autores que me han permitido leer sus apuestas y dialogar con ellas, para exponer algunas percepciones sobre las mismas. Además, señalo mi reconocimiento frente a su compromiso ético-político como académicos al ocuparse de un problema tan relevante como el asedio de las ciencias sociales y sus efectos hacia afuera y hacia adentro.
Inicio mi comentario a esta obra mencionando que el adjetivo “asedio” usado por los autores del texto, para calificar el estado actual de las condiciones de desarrollo de las ciencias sociales en América Latina, resulta revelador y movilizador, frente a la radicalización del autoritarismo y de los liderazgos conservadores que han instalado una estrategia para arrinconar, debilitar y eliminar las posibilidades de interpelación y de acción de las ciencias sociales, respecto a las crecientes y naturalizadas políticas neoliberales de extractivismo natural y cultural, de destrucción de los vínculos comunitarios y de las diversidades por la vía de la militarización de los territorios, y la creciente desigualdad económica y social, generando un retroceso en los derechos conquistados tras largas décadas de luchas sociales y políticas.
Además, ayuda comprender los efectos que estas políticas tienen en la configuración de las subjetividades de las y los científicos sociales, las relaciones de poder que reproducen en sus prácticas y procesos cotidianos de construcción de conocimiento, y el repliegue y ajuste a las burocracias institucionales de medición de las capacidades de ciencia y tecnología, entre otros.
Sin duda el contexto actual plantea un panorama preocupante para el proyecto de época que constituyen las ciencias sociales en nuestra región, en tanto, como plantean los autores del texto, las políticas de Estado signadas por ajustes brutales en la ciencia y la educación a través de recortes presupuestales, apuntan claramente al desmantelamiento tanto del sistema científico y tecnológico, como del sistema educativo público. Es relevante el análisis expuesto en la obra en torno a que el cataclismo del sistema educativo en general y las universidades en particular no es solo una cuestión de índole económica, sino que configura un fenómeno de época que trae consigo profundos cambios y retos socioculturales a los que el sistema educativo e investigativo debe hacerles frente.
Sin embargo, este trabajo desinstala la tendencia a desarrollar una lectura macroestructural y externa de la problemática actual de las ciencias sociales, en la que constantemente se anuncia como su mayor desafío mejorar su capacidad de interpretar el mundo social hacia fuera y producir impacto en las políticas públicas. Es decir, pareciera ser que, el mayor desafío está en ampliar las perspectivas y comprensiones a partir del reconocimiento y apropiación de las diversas aproximaciones epistemológicas, gnoseológicas y metodológicas que la filosofía, la epistemología, las disciplinas, el arte y los diversos saberes ponen de presente.
Sin desconocer que lo anterior es necesario, en esta obra se problematiza tal postura al mostrar que este no es el único desafío producto del asedio del mercado y las políticas neoliberales, sobre todo, porque advierte desde una lectura situada en contextos particulares, que la apertura en el discurso epistémico y teórico para debatir e interpretar el mundo social, no garantiza necesariamente una trasformación hacia adentro de asuntos como las prácticas, relaciones de poder-saber y lenguajes usados entre los científicos sociales.
Por lo anterior, y de manera paralela a la denuncia de los efectos estructurales de las políticas neoliberales en los sistemas de ciencia y tecnología de la región, el trabajo hace un aporte analítico de tipo ético-político en torno a los efectos del asedio en las subjetividades e identidades, y en las prácticas relacionales y de poder que configuran a las ciencias sociales como campo de poder y de acción. Es decir, la obra gira en torno a los sujetos de carne y hueso, y a las condiciones materiales en las que llevan a cabo su trabajo investigativo.
Esto amplía la mirada sobre otro tipo de retos que tienen que ver con el proceso de decolonización, despatriarcalización y desracialización del ser, el hacer, el estar, el decir, el sentir y el relacionar en la producción de conocimiento, o lo que Silvia Rivera ha llamado la colonización interna.
Es precisamente esa posibilidad de preguntarse por aquello que, los autores consideran, las subjetividades, las materialidades precarizadas, las angustias cotidianas y sus arrinconamientos interiores, lo que configura la apuesta disruptiva de entrar a la cocina y el lavadero de la casa, es decir, a aquellos espacios, procesos y tiempos de las dinámicas y prácticas internas de las que pocas veces se habla en los debates oficiales de las ciencias sociales.
Al tenor de lo anterior, paso a destacar algunos de los múltiples elementos por los que considero que este trabajo se constituye en un referente contemporáneo para quienes se ocupan de estudiar las trasformaciones y demandas de las ciencias sociales en la región, pero especialmente, para quienes se ocupan de formar investigado- res en alguno de sus campos y de formular políticas de ciencia, tecnología e innovación.
- Investigar es trabajar. Este análisis aporta una interesante reflexión sobre la necesidad de reconocer no solo las condiciones sociopolíticas en las que se desarrolla la tarea científica en el campo de las ciencias sociales en la región, sino también, sobre las condiciones materiales de carácter económico y las condiciones laborales de los científicos como trabajadores. Esta lectura permite comprender que la producción de conocimiento es también un trabajo para la sociedad porque aporta al avance en los diferentes campos de la vida en común, y para el cual se requieren recursos, medios, capitales e instrumentos, no solo, de orden simbólico, sino material concreto. Esto obliga a garantizar a los investigado- res condiciones laborales dignas y equitativas.
Como bien lo muestra el análisis, en los últimos años se han generado en diferentes países de América Latina una serie de movilizaciones y demandas por parte de los científicos y científicas de diferentes áreas del conocimiento hacia sus respectivos gobiernos, demandando otras condiciones de posibilidad para el ejercicio de su trabajo; por ejemplo, piden, políticas públicas que propendan por la democratización del proceso de gestión del conocimiento y que respondan a las particularidades de los diferentes campos, con presupuestos acordes para el desarrollo de las acciones, y sobre todo con la garantía en las condiciones laborales. Es claro que la inestabilidad, subcontratación, precarización y tercerización del trabajo investigativo va en crecimiento en la región y que indudablemente esto afecta la calidad de las investigaciones.
Ahora bien, la obra también problematiza los efectos que las políticas neoliberales han tenido en la precarización laboral de los investigadores mostrando que se han multiplicado las funciones administrativas y burocráticas que deben atender y evidenciando los efectos negativos sobre la salud física y mental de los mismos. Esta precarización laboral e impacto negativo en su salud integral, tiene que ver con asuntos como el desempoderamiento fáctico de las comunidades académicas por la pérdida de espacios de participación democrática, y por el aumento de las desigualdades en la distribución de los recursos organizacionales. A esto se suma la consolidación de estilos de liderazgos autoritarios e impositivos y la falta de políticas de apoyo y protección frente a la violencia interpersonal y de género en el trabajo. A su vez, los impactos en la salud no se quedan en lo individual, sino que trascienden a la capacidad de creación y respuesta efectiva en la producción de conocimiento.
- Las ciencias sociales son un campo configurado también desde “trayectorias” y “experiencias biográficas”. Este segundo elemento de análisis acentúa la comprensión de las ciencias sociales como un campo construido y disputado por los agentes que participan desde posiciones, trayectorias y experiencias Al respecto destaco la problematización planteada en la obra en torno a la necesidad de entender el transcurrir de los sujetos (científicos) a través de instituciones (universidades, institutos y centros de investigación) en los cuales los investigadores se constituyeron como tales.
Este aporte entrega elementos para entender cómo actualmente las ciencias sociales en la región no pueden pensarse y desarrollarse desde lineamientos universales debido a que las trayectorias de los científicos dan cuenta de diferentes niveles de experiencias y aprendizajes que, como dice Pierre Bourdieu, varían según las disciplinas, pero también según los recorridos y entornos familiares, escolares y sociales. Esto invita a pensar con mucho cuidado cuáles son las trayectorias que deberían garantizarse para que los científicos puedan desplegar su potencial individual y colectivo.
Por ello, este análisis entrega suficientes elementos para dimensionar la necesidad de iniciar la formación investigativa desde temprana edad en los primeros años de escolaridad, pero, sobre todo, de reconocer los aportes que las experiencias familiares y escolares pueden dar a la potenciación de las ciencias sociales en la región. No se trata entonces solo de pensar en diseñar trayectorias centradas en la vivencia científica dentro de las comunidades académicas; es también perentorio ampliar los repertorios y capitales de los científicos sociales, ya que como lo muestra la obra, los investigadores ingresan al mundo académico guiados por motivaciones y expectativas de todo tipo (no tener como expectativa ser un investigador reconocido es, también, un tipo de expectativa); y a medida que van recorriendo el camino profesional esas motivaciones se van transformando de acuerdo con acontecimientos biográficos que van de la mano de un conjunto complejo de emociones y vivencias generado por eventos familia- res, personales o del azar. De manera que, situaciones personales como el nacimiento de hijos, el matrimonio, el vínculo con otros investigadores, la participación en colectivos, redes políticas y culturales, la influencia de “terceras figuras” o venir de una familia con tradición académica, pueden llegar a determinar de manera observable las posiciones ocupadas y la producción dentro del campo científico.
Esto permite entender que no todos los científicos tienen las mismas posibilidades, por ello es importante considerar los retos que esto implica. Asuntos como el género, la etnia, la generación y la clase abren o cierran los lugares que se ocupan en el campo de las ciencias sociales y sus prácticas. ¿Cuántas mujeres indígenas o afro llegan a ser investigadoras reconocidas por los sistemas de ciencia y tecnología de la región? ¿Cuántas mujeres llegan a ocupar cargos de alto impacto en ellos?, ¿cuántos investigadores homosexuales, lesbianas o transexuales son referentes de autoridad académica en el campo? Vemos entonces que la democratización, descolonización y despatriarcalización no son posibles si las políticas no toman en cuenta estos aspectos biográficos y sociales de los científicos.
- Las subjetividades científicas se construyen entre la tensión y adhesión a las políticas mercantilistas del conocimiento. Uno de los aportes más interesantes del trabajo es el análisis respecto a cómo las políticas neoliberales han convertido a la investigación en un mercado de producción de textos académicos y han incentivado la competencia individualista, para afrontar las múltiples demandas de producción de los sistemas de medición científica. De la misma manera la construcción de las subjetividades científicas se gesta en una tensión entre, por una parte, adherirse silenciosamente al sistema y, por otra, desobedecer creativamente los parámetros de productividad y medición. Esta obra deja ver que los investigadores de la región han desarrollado distintos procesos y prácticas alternativas para ampliar los márgenes del campo y disputar el poder en este. Es decir, que las trayectorias y experiencias investigativas no están cooptadas totalmente por el sistema neoliberal, se bifurcan hacia otros senderos más allá de la indexación sin abandonarlos necesariamente. Existen investigadores que se insertan en sus entornos sociales para crear colectivamente (con las comunidades no-científicas) nuevas significaciones a su condición de científicos. Aunque actualmente existe un fuerte arraigo y confianza en los sistemas de evaluación parametrizados, se evidencian casos en donde los investigadores y las investigadoras realizan otras actividades más allá de los cánones de la evaluación hegemónica. Este es un punto de quiebre a los sistemas impuestos y da cuenta de que en realidad investigar es trabajar, no solo publicar o patentar.
- Los límites y posibilidades de las dinámicas digitales en la investigación. Finalmente, el último aporte que considero significativo de este trabajo tiene que ver con su análisis respecto a los impactos que las dinámicas virtuales y digitales han tenido en los ambientes laborales y académicos, en las relaciones, en los modos de enseñanza de la investigación, en los lenguajes y en las subjetividades de los científicos y científicas.
Este análisis deja ver la tensión en la que se mueve la investigación respecto a la digitalización y virtualización de los procesos, ya que esto no solo ha traído oportunidades de amplitud en los diálogos, o para la superación de las barreras impuestas por la distancia en la interacción de las comunidades académicas, y en la multiplicación de recursos para presentar resultados investigativos y hacerlos circular ampliamente, sino que, también ha generado procesos de exclusión de aquellos científicos y comunidades académicas que tienen menor acceso a estas opciones.
Por ello, el trabajo muestra la necesidad de construir un conjunto de acciones que permitan agenciar ambientes digitales y virtuales más equilibrados y justos en materia investigativa.
Por todo lo anterior invito a la comunidad académica a leer la obra y a los autores a dialogar en torno a sus aportes relevantes.
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