Retorno y reinserción laboral de migrantes internacionales en dos áreas rurales de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas


Return and labor reinsertion of international migrants in two rural areas of San Cristóbal de Las Casas, Chiapas


Miguel Ángel Martínez Gómez1


Resumen: El trabajo analiza el retorno y la reinserción laboral de migrantes internacionales en dos localidades periféricas de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, una ciudad rodeada de pequeños poblados que les define las actividades vinculadas al sector primario, con las que abastecen de productos a una ciudad cuya característica es la creciente importancia que ha adquirido en ella el sector turismo. Este elemento, junto con las capacidades laborales y recursos económicos adquiridos por los emigrantes retornados, condicionan las modalidades de su reinserción en la economía local.


Abstract: The work analyzes the return and labor reintegration of international migrants in two peripheral locations of San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, a city surrounded by small towns that defines the activities related to the primary sector, with which they supply products to a city whose characteristic is the growing importance that the tourism sector has acquired in it. This element, together with the labor capacities and economic resources acquired by the returned migrants, they condition the modalities of their reintegration into the local economy.


Palabras clave: migración de retorno; capital humano y reinserción laboral


Introducción

La migración internacional de chiapanecos hacia Estados Unidos es un fenómeno nuevo puesto que su inserción a los flujos migratorios corresponde al periodo de la década de los noventa, intensificándose en el 2000. La importancia de estos desplazamientos radica según las condiciones económicas y sociales, de una realidad compleja y cambiante por el cual el estado ha atravesado.

No obstante, la estructura económica, política y cultural de los Estados Unidos ha



1 Maestrante en Desarrollo Local, Facultad de Ciencias Sociales Campus III, Universidad Autónoma de Chiapas. Angelmar.c7@mail.com.

provocado cambios en el patrón de las migraciones, convirtiéndose esta movilidad en un hecho incomprensible dado que las exceptivas trazadas por el migrante pudieron haber cambiado. Si bien, estos análisis resultan relevantes, la migración de retorno lo es aún más, dado que el retorno está sujeta a los desequilibrios del mercado laboral y los cambios en la política que alteran la permanencia de los migrantes. Lo que más llama la atención del retorno, son las condiciones económicas inestables que prevalecen en Chiapas, no obstante, se asume que los emigrantes desarrollaron capital humano y recursos económicos en el exterior que pueden tener efectos definidos al regresar a su lugar de origen.

Por lo tanto, esta investigacion cualitativa tiene como objeto analizar el retorno y reinserción laboral de los migrantes proveniente de los Estados Unidos en dos comunidades de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, tomando en cuenta que los diferentes activos acumulados pueden garantizar la reinserción laboral.

A manera de hipótesis, se sostiene que los migrantes retornan después de estar por un tiempo determinado en el extranjero, motivados por la preparación en términos de movilización de recursos como requisito previo. Sin embargo, este retorno no implica que sea siempre en el lugar de destino, ni su actividad económica y sus relaciones sociales se mantengan como las de antes. Por lo tanto, la reinserción laboral dependerá de las condiciones sociales, económicas, políticas y culturales en donde el migrante se desenvuelve.


  1. Contexto general de la Región V Altos Tsotsil-Tseltal de Chiapas

    En Chiapas, la migración laboral a Estados Unidos es un hecho reciente en relación a los estados con mayor tradición migratoria que ha estado articulado a la economía y al empleo. La inserción a los flujos migratorios corresponde al aceleramiento y declive de la estructura social, económica y política.

    Chiapas está dividido en 15 regiones económicas: Zona Metropolitana, Zoque, Mezcalapa, De los Llanos, Altos Tsotzil-Tseltal, Frailesca, De los Bosques, Norte, Istmo-Costa, Soconusco, Sierra Mariscal, Selva Lacandona, Maya, Tulija Tzeltal Chol y Comiteca tropical (CEIEG, Chiapas: 2012).

    La Región V Altos Tsotsil-Tseltal se caracteriza por tener una población indígena hablante de la lengua tsotsil y tseltal, descendientes de la cultura Maya y que actualmente siguen

    preservando sus costumbres y tradiciones que dan sustento a su identidad cultural. Según INEGI (2010), la región V Altos, de los 601, 190 personas que habitan en la región, 408, 958 hablan alguna lengua indígena, que representa el 68 por ciento de la población regional.

    Anteriormente existían 15 municipios que formaban parte de la región V Altos Tsotsil- Tseltal. No obstante, para dar cumplimiento a los acuerdos de San Andrés Larrainzar, en el mes de julio de 1999 se crean los municipios de Santiago el Pinar y Aldama (Burguete, 2004). Actualmente la región la conforman 17 municipios: Aldama, Amatenango del Valle, Chalchihuitán, Chamula, Chanal, Chenalhó, Huixtán, Larrainzar, Mitontic, Oxchuc; Pantelhó, San Cristóbal de Las Casas, San Juan Cancuc, Santiago el Pinar, Tenejapa, Teopisca y Zinacantán (INEGI, 2010).


    Mapa 1. División Región Altos Tsotsil-Tseltal


    Fuente: Elaboración propia con base a INEGI 2010. Marco Geo-estadístico.


    La población de la región V Altos está conformado por su mayoría por indígenas, pobres, marginados y analfabetos. La población se caracteriza porque está apegada a una vestimenta propia y típica de la región, pero contraria a la que suele usar el mestizo, como una actitud de rechazo ante

    la modernidad. Estos municipios pertenecen al grupo de los 125 con menor Índice de Desarrollo Humano (IDH). Según CONAPO (2010), tienen alto y muy alto grado de marginación.


  2. San Cristóbal de Las Casas y su entorno rural: migraciones internas interestatales

    La migración en San Cristóbal de Las Casas no es un fenómeno nuevo dado que su carácter histórico se remonta desde hace varias décadas. Esta ciudad se ha caracterizado porque ha sido el centro de unas de las regiones del estado con un alto grado de movilidad de población, principalmente de indígenas y campesinos tsotsiles y tseltales, quienes han visto un espacio para el comercio y para el empleo.

    A inicios del siglo XX, en la época del presidente Lázaro Cárdenas y hasta finales de los años setenta, San Cristóbal estableció un centro de intermediación para facilitar la movilidad de trabajadores que provenían de los diversos municipios que conformaban en aquel entonces Los Altos de Chiapas (López, Molina y Villafuerte, 2010). Esta migración temporal estaba caracterizado porque la expulsión masculina se debía a la falta de empleo urbano y solo a través del sistema de “enganche”, los trabajadores pudieron emplearse en las fincas cafetaleras del Soconusco y la Sierra de Chiapas.

    La migración regional de Los Altos se caracterizó porque no eran sólo los jóvenes quienes se iban sino familias enteras, continuando a hacer vida fuera de sus tierras ancestrales en Chamula. Aproximadamente el 30% de los emigrantes se trasladó a la ciudad local de San Cristóbal; el otro 70% se fue a las regiones agrícolas de los valles centrales de Chiapas, entre 40 y 170 kilómetros más lejos, donde trabajaban como jornaleros agrícolas o alquilaban tierra como aparceros en los ejidos nuevos establecidos tras la rebelión zapatista de 1994 (Rus y Rus, 2013).

    Por otro lado, la ciudad de San Cristóbal se convirtió en la productora de trabajo formal e informal para los inmigrantes provenientes de las diversas comunidades y municipios de la región V Altos. San Cristóbal de Las Casas como centro económico se transformó rápidamente en un espacio para el asentamiento de nuevas colonias, entre ellos: Linda Vista, Nueva Palestina, Nueva Maravilla, Prudencio Moscoso, El Cascajal, Diego de Mazariegos, La Hormiga, Nueva Esperanza, entre otros. Los inmigrantes indígenas (evangélicos) fundaron 22 colonias nuevas en el año de 1980, pero también surgieron nuevas localidades: Agua de Pajarito, La Candelaria (las primeras dos localidades son áreas de estudio), San Antonio del Monte, Mitzitón y San José Yashitinín

    (Uribe y Martínez, 2012).

    La migración regional que caracterizó en aquellos años fue por el nulo al acceso laboral, que tal caso la migración hubiera sido voluntaria, consciente e individual. No obstante, a lo que refiere a aspectos sociales, la década de 1970 hasta 1990 fueron años en el cual se desarrollaron diversos desplazamientos que tuvieron como destino en la ciudad de San Cristóbal. Estas movilizaciones derivaron del cambio de prácticas religiosas, por un lado una parte de la población se orilló a una religión diferente al católico tradicional (Aubry, 2005).

    La nueva composición sociodemográfico en la periferia de la ciudad ya no se trataba de una población indígena flotante que provenía de las comunidades hacia el mercado de San Cristóbal para oferta y demandar bienes y servicios. Esta vez, la nueva población estaba articulado a la cotidianidad social, económica y política en su entorno local, una realidad compleja y cambiante, donde las oportunidades de empleo son escasos.

    Según López, Molina y Villafuerte (2010), a finales de los años setenta era común ver largas filas para transbordar camiones que trasportaban a los migrantes con destino a regiones cafetaleras de Chiapas. Actualmente esta situación se sigue repitiendo, pero ahora son las terminales de “agencias de viajes” quienes se encargan de enviar a migrantes a diferentes ciudades del país, algunos en la Riviera Maya y otros se dirigían a las zonas agrícolas en los estados del norte del país y en años recientes que van de 1990 al 2000, el destino de los migrantes es la migración internacional.

    Por lo tanto, se pueden identificar varios periodos de la migración que se han desarrollado en las periferias de San Cristóbal de Las Casas.

    1. El primero corresponde a la migración estacional que se desarrolló en la década de los veinte hasta principios de los setenta que tuvo como destino en las zonas cafetaleras del Soconusco.

    2. El segundo periodo corresponde a los asentamientos que se dieron en las periferias de la ciudad, una migración tipo rural-urbano.

    3. La década de los noventa es la etapa de reconocimiento, periodo que daría paso a los procesos migratorios hacia los Estados Unidos. El componente migratorio de este espacio-tiempo está constituido por la crisis agrícola derivado de la aplicación de políticas de corte neoliberal que se expresó en el deterioro de los escasos recursos,

      especialmente la tierra como medio productivo. La complejidad social, económica y política orilló a los campesinos rurales abandonar su lugar de origen, y como destino el medio urbano. No obstante, según Aubry (2005) “fue una trampa”, pues el desempleo y el nulo desarrollo social en las periferias de la ciudad indujeron una parte de la población emplearse en las fábricas tequileras del norte.

    4. Finalmente, la migración internacional es el resultado de las experiencias de los trabajadores ubicados en el norte del país, que sirvió como puente de reconocimiento para que pudieran establecerse en los Estados Unidos. Esta migración ha experimentado exponencialmente un crecimiento durante las últimas décadas, principalmente en los noventa y dos mil.

      La migración internacional tiene una característica única, son jóvenes quienes ante sus reducidas posibilidades de encontrar un empleo remunerado han visto en la migración internacional una opción de trabajo. Según Cóporo (2010), las migraciones internas de carácter laboral dejaron de ser el atractivo para la población en edad de trabajar. En la década de los noventa, los primeros migrantes hacia Estados Unidos fueron los habitantes de la zona norte de San Cristóbal de Las Casas y de las comunidades cercanas a la ciudad. Este hecho ha provocado cambios familiares y una nueva realidad social, económica y cultural.


  3. Migración de retorno: alcances conceptuales

    El estudio de la migración de retorno no ocupa un espacio en las agendas de política nacional e incluso internacional por lo que el concepto de retorno de migrantes carece de una definición establecida. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM, 2006) no existe una definición consensuada y puede conducir a confusiones e imprecisión en el uso de la terminología. EL primer acercamiento conceptual es el que define Ángels Pascual de Sans en su obra Ideologial Connotations in the Concept of Return of Migrants (1982), como aquellos procesos que implica la movilidad poblacional hacia un determinado espacio y a un cierto punto. Esta movilidad involucra el retorno de inmigrantes que se encuentran asentados en las grandes ciudades y retornan a sus pueblos, además este retorno no distingue si es un retorno al lugar de origen o a otra región.

    Además, no es un retorno cualquiera puesto que se refiere a una población en específico.

    Christian Dustmann y Yoram Weiss en su escrito Return Migration: Theory and Empirical

    Evidence from the UK (2007), la migración de retorno “es el tipo de migración que los migrantes suelen tener en mente”. Para Jorge Durand (2006) en su obra: Los Migrantes También Emigran: La Migración de Retorno como Corolario del Proceso, la migración inversa como él denomina a la migración de retorno, se reinicia el proceso migratorio, pero en sentido inverso.

    George Gmelch en su obra clásica: Return Migration, de 1980, considera las condiciones que definen al migrante en su lugar de destino y a partir de esta situación provocara desplazamientos a su lugar de origen para reasentarse.

    Los primeros aportes acentúan una migración de tipo temporal, los migrantes retornan después de un determinado tiempo en el extranjero, independientemente si fue por un periodo delimitado. Sin embargo, no se trata de cualquier tipo de regreso ya que la temporalidad está sujeta al grado de estabilidad, por lo que las definiciones propuestas no determinan el grado de inclusión (De Sans, 1982).

    Conceptos más recientes de la migración de retorno están basados por las experiencias migratorias, la acumulación de capital humano, capital económico y capital cultural. Los elementos que definen a los migrantes inciden en el mercado de trabajo local del lugar de origen el cual el retorno puede ser permanente (Cobo, 2008).

    Por otro lado, Durand (2004) asevera que son migrantes económicos las personas que salen de su lugar de origen en busca de mejores oportunidades laborales, regresan a su país después de varias décadas o regresan a edades intermedias cuando la situación económica ha mejorado. En este sentido, Cassarino (2004) señala que una duración corta en el extranjero genera pocas experiencias que no son de utilidad para el desarrollo en el lugar de origen de los migrantes. En contraposición de los periodos cortos, si la estancia se prologa, los migrantes estarán muy alejados de su sociedad, se harán viejos y su incidencia en su comunidad no tendría el éxito esperado.


  4. Tipología de la migración de retorno

    La tipología de la migración de retorno es un mecanismo que permite reducir de manera coherente, la diversidad, la complejidad, y la construcción de dimensiones analíticas de la migración para comprender el campo del fenómeno de los retornados (Conapo, 2016). En este contexto, autores como Durand (2004), Cassarino (2004) y Cerase (1974) presentan algunas propuestas para el análisis de este apartado.

    Durand (2004) establece una serie de modalidades, el primero se clasifica como el retorno del migrante voluntario o establecido. Esta clasificación supone que es un proceso que se da de manera voluntaria, después de haber vivido durante muchos años fuera de su país. Este retorno se hace bajo la idea de hacerse definitivo o se considera como que la experiencia migratoria ha llegado a su fin. La idea de volver también está articulada por aquellos migrantes que, independientemente de su estado migratorio y que, por cierta extrañeza o añoranza, deciden regresar. El desenlace del ciclo migratorio coexiste también al estímulo económico derivado a las actividades laborales que el migrante ha realizado.

    Cassarino (2004) considera que los migrantes temporales pueden elegir volver por cuenta propia hacia su lugar de origen, independientemente de la duración de su contrato, considerando que su retorno puede producirse una vez que sus recursos para establecerse en el país de destino se agotan o no son los esperados, o cuando los recursos obtenidos son utilizados en el país de origen con el objetivo de emplearlos en algo productivo como la creación de una microempresa o la compra de una casa.

    En cuanto al retorno por jubilación, Cassarino (2004) expone que son aquellos trabajadores que regresan a su país de origen después de retirarse de las actividades laborales, compran tierras o casas en el lugar de origen y esto les permite pasar ahí su vejez.

    Por otro lado, existen migrantes que ya han planeado retornar antes de iniciar el proceso migratorio, tienen ilusiones, metas y expectativas. Este retorno está dado por la acumulación de recursos monetarios para la inversión en actividades productivas y en el patrimonio familiar, por lo que el regreso es visto como un satisfactor de necesidades y aspiraciones personales y familiares. A esta modalidad de retorno es a lo que según Cassarino (2004) denomina, el retorno por conservadurismo.

    Si bien, el retorno voluntario está sujeta por la larga o corta temporalidad, las aspiraciones y el logro de los objetivos trazados por el migrante, esta se contrapone al de los trabajadores temporales. La idea de volver al lugar de origen desde clasificación del retorno por contrato laboral, expone que los migrantes laborales se les exigen regresar a su país cuando este haya llegado a su fin. Casos como el Programa Bracero México-Estados Unidos (1942-1964) y los Programas actuales de visas H2a y H2b, de trabajadores temporales en la agricultura y de servicios ejemplifican a esta categoría de análisis (Durand, 2004).

    En cuanto al retorno forzado, según Durand (2006), es aquel que se hace bajo condiciones involuntarias. El autor ejemplifica su discurso con el caso histórico de la Segunda Guerra Mundial, donde “cerca de medio millón de alemanes raciales fueron traslados de Estonia, Lituania, Letonia, Polonia, Rumania y Bulgaria para poblar y alemanizar las nuevas provincias que el Reich había anexado” (2006: 172).

    La quinta categoría se denomina como el migrante fracasado. El retorno obedece por un conjunto de circunstancias como la inadaptabilidad de vivir en un país extraño, la añoranza al lugar de origen y la complejidad de aprender un nuevo idioma. El desempleo en el lugar de destino, el racismo y la discriminación son motivos que inciden para regresar (Durand, 2004).

    Cassarino (2004), muestra la importancia de los emigrantes retornados dado que los recursos acumulados traídos al lugar de origen pueden generar un impacto positivo, sin embargo, dependerá de la “realidad” de la economía nacional. En este sentido, se identifica cuatro tipos de retornados, persistiendo en sus aspiraciones, expectativas y necesidades:

    1. El retorno del conservadurismo” incluye a migrantes que antes de emigrar había planeado volver a su casa con el dinero suficiente para adquisición de un patrimonio familiar.

    2. El retorno fracasado, se concibe por los prejuicios y estereotipos en el país de destino, por lo que fomentan el retorno de los migrantes al lugar de origen.

    3. Sobre la migración de retorno por jubilación, refiere a aquellos trabajadores que regresan a su país de origen después de retirarse de las actividades laborales, compran tierras o casas en el lugar de origen y esto les permite pasar ahí su vejez.

    4. Finalmente, el retorno innovador se caracteriza por el conjunto de medios y habilidades desarrolladas por el migrante durante su estancia en el extranjero, por lo tanto, con los recursos y capacidades desarrolladas permitirán cumplir sus objetivos trazados en su lugar de origen. A estos migrantes se les consideran como actores “portadores del cambio”.

  5. Dimensiones teóricas de la migración de retorno


    5.1 La teoría de las redes sociales y del capital humano

    La teoría de las redes sociales al igual que el trasnacionalismo, este enfoque expone que “las relaciones interpersonales que vinculan al migrante, a emigrantes retornados o a candidatos a la emigración con parientes, amigos o compatriotas, ya sea en el país de origen o de destino. Las redes son un recurso que transmiten información que son usados para proporcionar ayuda económica o alojamiento” (Arango, 2003:18).

    Fue Pierre Bourdieu quien le da importancia en las dimensiones de capital social, capital económico y capital cultural. Según Portes (1998) el capital puede analizarse desde el enfoque económico, donde el capital está en las cuentas bancarias y el capital humano en sus cabezas. En cuanto al capital social, debe existir una relación social construido a través de normas de confianza, “y el verdadero origen de su beneficio son estos y no ella” (Portes, 1998:9).

    Desde la dimensión del capital humano, el conjunto de habilidades y conocimientos adquiridos en el lugar de destino de los migrantes y que posteriormente pondrán en práctica en su comunidad de origen, permite junto al capital financiero compuesto por las trasferencias monetarias y ahorros mejorar las condiciones sociales y económicas del retornado.

    Sen (1998), concibe el capital humano al relacionarlo con el crecimiento económico, puesto que el concepto se concentra en el carácter de agentes de los seres humano, que por medio de las habilidades desarrolladas y conocimientos adquiridos, aumentan las posibilidades de producción y como efecto, aumentar sus ingresos y mejor con ello sus condiciones de vida.

    Por lo tanto, el capital social tiene que ver con el grado de integración social del migrante a su lugar de origen derivado de la red de contactos sociales que pueda poseer. Esta red implica relaciones, expectativas y comportamientos confiables que permite obtener ciertos beneficios (Kliksberg, 1999). Es decir, el retorno dependerá del número de capital social que disponga, evidentemente del capital humano desarrollado y de los recursos monetarios acumulados que influye en ciertos procesos de desarrollo, primordialmente en la base familiar y posteriormente para la comunidad.

  6. Retorno y reinserción laboral de los migrantes en el entorno rural

    Pese a sus numerosos cambios de nombre, San Cristóbal de Las Casas, es una de las ciudades más antiguas no solo de México sino de todo el continente americano. Bernal Díaz del Castillo expone que San Cristóbal de Las Casas nació de un combate que lastimó a los conquistadores, luego se fundó en 1528, con pobladores que huían del escarmiento indígena de la Chiapa de Indios (Chiapa de Corzo). Esto favoreció a que la ciudad tuviera un aspecto único, una ciudad dual (centro español y periferia indígena) (Aubry, 1992)


    Mapa 2. San Cristóbal de Las Casas



    Fuente: Elaboración propia con base a INEGI-CONABIO. Proyecciones conforme de Lambert


    Actualmente, San Cristóbal de Las Casas es un municipio de la región Tsotsil-Tseltal que corresponde a un espacio de asentamiento urbano, donde conviven mestizos, indígenas y

    extranjeros. Esta ciudad coexiste debido a la inversión en infraestructura pública, es considerado “pueblo mágico” y por esta denominación es una de las ciudades más visitada por los turistas nacionales y extranjeros quienes se sienten atraídos por el arte y la cultura local. Además es un lugar favorable para la inversión extranjera y nacional, pero también las comunidades aledañas han visto una oportunidad para el comercio y para emplearse en diversos tipos de trabajo.

    A partir de la década de los setentas del siglo pasado, San Cristóbal de Las Casas experimentó un proceso de cambio demográfico. El crecimiento de la población correspondió a los flujos migratorios procedentes de diversas comunidades de los municipios que conforman la región.


    Cuadro 1. Tasas de crecimiento poblacional global en San Cristóbal de Las Casas












    Año

    Total

    población


    Hombres


    Mujeres


    Periodos

    Tasas de Crecimiento: Valor final /

    valor inicial – 1 *100.



    1990

    89, 335

    42,664

    46,671

    1990-2010

    3.73



    2000

    132, 421

    63,725

    68,696

    1990-2000

    4.01



    2010

    185,917

    88,996

    96,921

    2000-2010

    3.45



    Fuente: Elaboración propia con base a INEGI, Censos de Población y Vivienda 1990, 2000 y 2010.



    Según cuadro 1, el municipio de San Cristóbal de Las Casas presenta una tasa de crecimiento poblacional de 4.01 por ciento que comprende del año 1990-2000, crecimiento que es mayor al del Estado de Chiapas siendo éste de 2.01 por ciento. Este acontecimiento es el reflejo de la integración de la población proveniente de las comunidades cercanas que por motivos políticos, económicos y religiosos se han venido asentando en las zonas periféricas de la ciudad. Sin embargo, a partir del 2000 y 2010, se presenta un crecimiento de 3.45. Es decir, decreció una, población que hace falta o que por algún motivo se encuentran fuera del municipio.

    Como resultado de este crecimiento demográfico, la población total del municipio de San Cristóbal de acuerdo con el INEGI (2010) asciende a 185,917 habitantes, de la cual, 88,996 son hombres y 96, 921 son mujeres; mientras que la ciudad cuenta con un total de 158,027 habitantes. Respecto a la Población Económicamente Activa (PEA), la Población Económicamente

    Activa Ocupada (PEAO) y la Población Económicamente Activa por Sector de Actividad registró

    que la PEA de la región es de 193,299 habitantes, 73.62 por ciento son hombres y 26.38 son mujeres. 189,613 se encuentran dentro de la PEAO, siendo San Cristóbal el Municipio de la Región con el resultado más alto con 74,452 habitantes de PEA y 72,589 habitantes dentro de la PEAO, según datos del Censo de Población y Vivienda (2010).

    Por otro lado, el índice de marginación para el municipio de San Cristóbal de Las Casas tiene un índice medio (-0.52881), es decir, la población posee una mejor calidad de vida, resultado del cambio social, económico y político, del desarrollo técnico en la estructura productiva de bienes y servicios. Producto también de los procesos migratorios rural-urbano que se ha venido desarrollando desde la década de los setenta (INEGI, 2010).

    También es el municipio con menor grado de población en situación de pobreza 66.1 por ciento y el único municipio que presenta el 44.9 en pobreza moderada, con el promedio más bajo de carencias de 2.3, dado que los demás municipios de la región están en línea de pobreza extrema, siendo el municipio de San Juan Cancuc, Aldama, Chalchihuitán, Santiago el Pinar y Chenalhó los más pobres de la región.

    La pobreza regional es profunda y lo es aún más a nivel municipal, donde la economía campesina ha provocado un proceso de descomposición de la producción tradicional estimulado por la incapacidad de retener su fuerza de trabajo. Los problemas de la estructura económica y la falta de inversión productiva dan idea al tipo de mercado que los productores enfrentan. Por otro lado, las trasferencias monetarias para el gasto social no están contribuyendo a cambiar la situación en el cual se encuentra la población de la región, que en conjunto, los municipios que la conforman evidencian la elevada desigualdad y los altos niveles de pobreza (López y Peláez, 2013).

    Ante tal panorama, la reinserción laboral de los migrantes retornados es totalmente complejo dado que a nivel estatal, regional y municipal se encuentran en condiciones más desfavorables pues la brecha creciente de la desigualdad social y económica, la reducción del empleo agrícola es más visibles. Bajo estas condiciones, las alternativas de los retornados es la inversión de sus recursos en negocios propios, aunque no son los más rentables son una alternativa para la economía familiar (Paz, 2017).

    Desde el ámbito local, Rus y Rus (2013) identificaron el retorno de un reducido número de migrantes en una comunidad de Chamula. Hubo un cambio cultural, algunos se hicieron de bienes materiales y se volvieron prestamistas, se adueñaron de tierras y de bienes de los migrantes

    deudores ya que las tasas de interés eran impagables. Por lo tanto se presentó una creciente brecha entre ricos y pobres.

    El trabajo de López (2012) afirma que las capacidades desarrolladas y el ahorro disponible de los migrantes retornados se traducen en inversiones de proyecto empresarial de carácter individual, lo cual implica únicamente el desarrollo familiar pero no el de la comunidad.

    De tal manera, el fenómeno de la migración de retorno emerge desde diversas perspectivas de análisis. Bajo este contexto, en Chiapas, después de ser destino, tránsito y expulsión de migrantes, se convierte en una entidad que acoge a la migración internacional de retorno.


  7. Hallazgos preliminares

    La investigacion se lleva en las comunidades de Agua de Pajarito y La Candelaria, comunidades que se encuentran situadas en la periferia de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas. Ambos poblados tienen una actividad relacionada a la cría de ovinos y aves de traspatio, el cultivo del sistema milpa (maíz, frijol y calabaza) para el consumo familiar, y también aprovechan la actividad forestal.

    La población de Agua de Pajarito y La Candelaria es producto de la migración interna y se asentaron en estos espacios para comenzar una nueva vida después de ser expulsados de su lugar de origen. Sin embargo, ante la falta de empleos en la región, se encontró que un grado muy importante de la población ha sido migrante y han retornado para dar continuidad a su trayectoria laboral.

    En este contexto, Manuel de 55 años de edad, fue migrante ilegal durante 10 años y relata que durante su estadía en los Estados se empleó en los campos de cultivo de forma esporádica. El salario que percibía por su trabajo era de 400 a 600 dólares semanales.


    Caso 1: Manuel (entrevistado en octubre de 2017). Así como me vez trabajando lo aprendí en Estados Unidos, […] mi dinero lo use para poner este negocio, pero también pague para que mi producción de helados Holanda mejore, pero en la comunidad lo vendo barato porque la gente no tiene dinero, es por eso que quiero vender en San Cristóbal pero allá hay mucha competencia, ¡A ver cómo me va!

    Caso 2: Adriana 48 años (entrevistado en diciembre de 2017). Estuve diez años en

    Houston con mis tres hijos […] me dedicaba al cuidado de los niños, limpiaba casas y oficinas […], mi trabajo era full time (tiempo completo) y part time job (medio tiempo). Comenzaba a trabajar desde las siete de la mañana a cinco de la tarde limpiando casas y de seis de la tarde a diez de la noche limpiaba oficinas. Trabajaba de eso porque sentía que me iba bien. Ganaba por horas, si usted habla inglés le va mejor […] al principio recibía siete dólares la hora, conforme aprendía el idioma fui ganando 12, 16 hasta ganar 22 dólares la hora.

    […] Me regresé porque tenía la idea de hacerme un negocio, al principio fui mesera de un bar pero los dueños lo dejaron porque tenían problemas, entonces yo compré, lo compré, invertí mis ahorros. Ahora mi negocio es lo que da de comer, soy mi propia jefa y gano lo que quiero, siempre y cuando se trate bien al cliente.


    Cobo (2008) considera que cualquier migrante que regresó a su lugar de origen, según el tiempo de duración, es un migrante de retorno y tiene efectos relevantes porque posiblemente a través de sus ahorros se pueden hacer inversiones o con sus nuevas habilidades laborales les permite acceder a mejores trabajos.

    Derivado de lo anterior, los hallazgos preliminares demuestran que los migrantes retornados han tenido una experiencia migratoria de tiempo prolongado, factor que permite la acumulación de capital humano y monetario. De modo que al momento del regreso, la inversión de las capacidades laborales y de capital monetario permite a estas personas vivir “bien”.


    Caso 3: Alberto de 65 años (entrevistado en noviembre de 2017). […] Yo vivía en el rancho con mis padres, pero no me gustaba, a mí me llamaba la atención las armas, por eso fui policía, pero también pensaba que era bueno aprender algún oficio, por eso me decidí ser carpintero […] como tenía contractos después de ser policía, ellos me dieron trabajo […] me fui a varios pa´ l norte y como me gustaba el dinero hasta los Estados Unidos me fui. Ahora soy el maestro, le trabajo a gente importante en San Cristóbal, […] gano de 3, 000 pesos hasta 7,000 mil pesos a la semana cuando hay trabajo. Además, mis trabajadores me echan la mano.

    La acumulación de capital social también es un factor que determina la inserción laboral de los migrantes. Sin embargo, jóvenes como Jorge, donde la estancia corta en el extranjero únicamente permite la adquisición de algún patrimonio.

    Jorge argumenta que se empleó en empresas chinas y japonesas, dado que los empleadores no tenían problemas con los inmigrantes indocumentados. La decisión de retornar fue una decisión propia, volvió para hacerse de un patrimonio.


    Caso 4. Jorge 28 años (entrevistado en noviembre de 2017). Nos pagaban cada quince días. Mi último fue 1100 dólares quincenales, con experiencia. Llegando mínimo les pagan como 300 semanales. […] Regresé y me hice una casita, pero si no haces nada se va la paga porque allá hay muchos vicios, porque acá hay mucha gente que no conoce mucho dinero y llegando allá si gana, saca su semana pues ahí ya es un dineral. Entonces, conocen personas o amigos que según los llevan a fiestas, a bares, discotecas y a muchas otras cosas, drogas y cervezas, muchos vicios que echan a perder la vida y como uno no está muy consciente de lo que hace. Entonces, aquí hay mucha gente que se va unos cinco años y no hace nada.


    Los beneficios de la migración están presentes cuando los migrantes les va bien y logran hacerse de un patrimonio a través de las remesas. Sin embargo, existen otras causas donde las capacidades de ahorro de los migrantes no son tan relevantes debido a cambios culturales que el sujeto adquiere en el país en el que se encuentran.


  8. Conclusiones

    El retorno de los migrantes chiapanecos en especial de las comunidades de la periferia de San Cristóbal de Las Casas, pueden traer beneficios diversos, particularmente en lo económico y en lo social. Por un lado, en las personas al haber desarrollado capital humano, social y económico, ellos pueden identificar oportunidades productivas en sus lugares de origen, dado que a través del ahorro invierten en pequeñas empresas familiares. Si bien, las capacidades desarrolladas pueden ser replicadas en su lugar de origen (caso de Alberto), esto se debió a la acumulación de capital social antes de la migración a los Estados Unidos, del desarrollo de un nuevo patrón laboral y de la

    inversión en herramientas de trabajo industrial que favorecen la productividad y en efecto, mayores ingresos. Pero también, hay evidencias donde el retorno únicamente beneficia al individuo y a su familia, puesto que los activos y esfuerzos de los retornados no son suficientes, y su inserción al mercado de trabajo están restringidas, aunando a que los cambios culturales adquiridos en el norte de paso a que los emigrantes retornados no puedan adaptarse a su lugar de origen.


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