Estudio etnográfico del agua y organización social: conflicto, identidad, cosmovisión en la comunidad de la Concepción de los Baños y su relación con San Pedro de los Baños


Ethnographic study of water and social organization: conflict, identity, wordview in the community of Concepción de los Baños and its relationship with San Pedro de los Baños


Edwin Galindo González1 y Neidi Yasmín García Sánchez2


Resumen: El objetivo de estudio es analizar los distintos factores que involucraron en una serie de conflictos y disputas sobre el uso de la explotación de las aguas termales entre dos comunidades que hace algunos años formaron la zona de “los baños”, en el municipio de Ixtlahuaca, Estado de México; llevó a que este espacio geográfico emergiera como un símbolo de pertenencia cultural e identidad. La investigación se dirige a dos comunidades, La Concepción de los Baños y San Pedro de los Baños, los cuales formaban parte de un sólo pueblo llamado “La Asunción Atotonilco”.


Abstract: The objective of this study is to analyze the factors involved in a series of conflicts and disputes over the use and exploitation of thermal waters between two communities that form the so-called “spa zone” (zona de los baños) in the municipality of Ixtlahuaca, State of Mexico, which led to this geographical space emerging as a symbol of cultural belonging and identity. Research was conducted in the communities of La Concepción de los Baños y San Pedro de los Baños, which once formed part of one sole town, called La Asunción Atotonilco.


Palabras clave: identidad; conflicto; cosmovisión; mazahua


Introducción

A mediados del siglo XX algunas comunidades mazahuas localizadas en el municipio de Ixtlahuaca, Estado de México, vivenciaron diversos cambios de carácter económico, social y cultural; el paulatino desplazamiento de la agricultura como principal fuente productiva, la migración constante por parte de los poblados hacia las ciudades y/o el extranjero, así como la diversificación de las nuevas actividades económicas, aunado al crecimiento de las zonas


1 Licenciado en Lengua y Cultura. Estudiante de Doctorado en Ciencias Humanas con Especialidad en Estudio de las Tradiciones, El colegio de Michoacán A. C.. Email: edwingalindo187@gmail.com.

2 Licenciada en Lengua y Cultura. Estudiante de Maestría en Antropología Social, El Colegio de San Luis A.C.. Email: nyasgarcia@gmail.com.

industriales a la periferia de la cuidad de Toluca y la ciudad de México, fueron algunos factores preponderantes para la transformación del estilo de vida de hombres y mujeres mazahua.

La presente investigación es un estudio etnográfico que se realizó en la denominada “zona de los baños” integrada por cuatro comunidades, de las cuales nos centraremos únicamente en dos de ellas La Concepción de los Baños y San Pedro de los Baños, la presencia de un manantial de aguas termales con propiedades curativas, así como la construcción de baños de uso públicos como parte de los intentos por desarrollar un proyecto ecoturístico para beneficio de los pobladores de ambas comunidades y facilitar el uso del recurso, fueron los encargados de otorgar dicha denominación a este zona geográfica. Su popularidad se incrementó debido al continuo proceso de migración por parte de los pobladores a las ciudades, así como a la eficacia de su agua termal, lo que despertó el interés por parte de unos para explotar el manantial y obtener recursos económicos al mismo tiempo; dicho interés propicio un descontento y disputa por la apropiación del territorio entre personas de La Concepción y San Pedro dando como resultado un enfrentamiento armado que llego a su fin con la desecación del manantial.

Como resultado de la expansión de las zonas industriales en la década de los años 60’ el municipio de Ixtlahuaca se vio afectado por la extracción de su agua, esto modificó el espacio territorial, cultural y sagrado de los pobladores; el baño termal como es nombrado por los pobladores, era un espacio ritual, dotado de un simbolismo religioso y sagrado, paso a formar parte de un pasado glorioso. Los efectos del trasvase de agua a la ciudad de Toluca y de México se debieron al proceso de industrialización, al crecimiento demográfico y el consecuente cambio de las actividades económicas. Para la zona de los baños estos cambios representaron un punto de quiebre a partir de los conflictos y consecuente pérdida del agua ocasionados por dichas transformaciones.

Estos eventos propiciaron una nueva dinámica de relaciones sociales, un sentido de pertenencia e identidad por parte de los actores sociales inscritos en un pasado histórico compartido, que actualmente se encuentra en la memoria de ancianos y personas adultas, así como en un reducido número de jóvenes. El trasvase de agua ha provocado escases de agua en la zona, la desecación del manantial así como la destrucción de un espacio que perdió su función y de las que únicamente se encuentran sus ruinas. El objetivo de esta investigación es describir y analizar el conflicto que ocurrió entre las mencionadas comunidades sobre la explotación y

apropiación de un manantial de agua termal, así como de los eventos suscitados posteriormente con la desecación de dicho recurso en los que se vieron involucrados aspectos de la identidad y la cosmovisión de los actores.


Estudio etnográfico: dos comunidades llamadas “los baños”

La zona de los baños se localiza en el municipio de Ixtlahuaca1 en la parte norte del Estado de México, está integrada por cuatro comunidades de origen mazahua (jñatro), que años atrás formaban parte de un mismo pueblo llamado “Santa María la Asunción Atotonilco2”, estas son San Pedro de los Baños, La Concepción de los Baños, San Cristóbal de los Baños y Jalpa de los Baños, siendo las dos primeras (San Pedro y La Concepción3) las que se vieron envueltas en una disputa por la propiedad de la laguna, del manantial con aguas termales, y por apropiarse del título de “los baños”, como se verá más adelante. La zona era un extenso valle cubierto de pastizal debido a la presencia del Rio Lerma, manantiales y lagunas, el agua se convirtió en un elemento fundamental en la construcción de la sociedad mazahua de la zona de los baños.

El espacio geográfico que es el protagonista de esta investigación se localiza entre los límites de San Pedro y La Concepción, éste se dividía en dos partes principales; por un lado estaba el manantial que brotaba de una peña y sobre el cual se construyó una casa balnearia y un hotel para que las personas pudieran bañarse aprovechando el uso del agua termal y con la finalidad de que tuvieran un espacio apropiado, los habitantes iban a este lugar para bañarse pues se decía que el agua poseía propiedades curativas lo que ocasionaba que fuera muy concurrido; y por otra parte está “la laguna de Atotonilco” o simplemente “la laguna” como se le conoce actualmente, con una extensión aproximada de 8 km², aunque ahora se llena sólo 1 km² de su totalidad por la captación de lluvias.

La construcción de baños de uso públicos en este espacio y su uso con fines curativos le otorgaron el nombre, conocido por vecinos y extranjeros, también fue conocido por el nombre que le dieron los propios pobladores “al terruño de la zona de los baños en lengua mazahua ha sido “A Mépare4 porque en este lugar brotaba en una laguna el agua caliente” (Sergio Nicolás, 2016: pág. 95). De la Cruz explica que “La laguna y el baño termal o pare, como ellos lo llaman, era un lugar ritual, un espacio de cohesión social y de identidad para los pobladores, quienes en la actualidad se refieren a él con añoranza, como un lugar sagrado e histórico que sólo los viejos

evocan con melancolía” (2014b: pág. 307). Proveían de alimento, era una fuente de aseo personal, además de un espacio ceremonial ya que se realizaban ofrendas para la petición de lluvias.

En la zona se estableció una población mazahua debido a la cercanía con las fuentes de agua, tanto de la laguna como del manantial de agua termal, y el rio Lerma que rodea el área, por lo que la tierra era ideal para el cultivo lo que propicio el establecimiento de los poblados, la construcción de las haciendas de Villejé y Pastejé, la práctica de la agricultura, la ganadería la elaboración de las artesanías de lana de borrego y la pesca. Debido a la cercanía que tenían con las antiguas haciendas de Villejé y Pastejé la población se empleaba como peones, se encargaban de la siembra del trigo, maíz y frijol; del cuidado del ganado y la producción de sus derivados como la leche, los quesos, etc. mismos que se comercializaban en el campo y en diferentes ciudades de Toluca y la Ciudad de México.

El agua fue un recurso para el sustento vital del hombre y del ganado, entre estas haciendas existieron fuertes conflictos por la distribución y acceso a las fuentes principales de agua que existían a sus alrededores ya que era indispensable para su funcionamiento productivo, “la distribución del agua reflejaba los diferentes tipos de clases sociales, debido a que la mayor parte de los caudales y repartimientos de ésta se canalizaban hacia las haciendas. Mientras que los pueblos y pequeños propietarios se conformaban con cantidades pequeñas de agua, generando una serie de conflictos entre pueblos y haciendas” (Secundino, 2017: pág. 57), dicho conflicto duro por varios años. El final llego con la repartición de las tierras y el establecimiento de los ejidos, lo que propicio la decadencia de las haciendas y el abandono por parte de sus trabajadores. Este fue un de los conflictos que se suscitaron por el agua en esta zona, en esta ocasión ocurrió entre los propietarios de las haciendas, y en un segundo plano entre la población mazahua y los propietarios de las haciendas quienes se apropiaban del recurso.

La población estableció algunas actividades económicas, éstas fueron; la agricultura, que se convirtió en el medio de subsistencia familiar, se empleaba la fuerza de trabajo de la misma familia y de los vecinos (conocido como trabajo mutuo, no se pagaba con dinero, se pagaba con el regreso con la misma fuerza de trabajo), segundo la ganadería de ovinos y vacuno; tercero, la elaboración de artesanías, en un principio se vio como una actividad de autoconsumo. Las condiciones del clima y a las bajas temperaturas durante los meses de Noviembre a mediados de

Febrero fueron periodos que demandaban el producto para su comercialización con pueblos de otros municipios cercanos y estados. Sin embargo estas actividades han venido cambiando con el paso de los últimos años, la sobreexplotación de los recursos naturales, la migración a las zonas urbanas y la creación de centros de trabajo industriales, modifican las actividades de la población.


Conflicto, identidad y cosmovisión

Las siguientes reflexiones forman parte de una investigación sobre el uso del agua y los distintos usos que le son dados por las personas; se muestra una descripción de los conceptos de conflicto, identidad y cosmovisión que nos permiten entender las relaciones sociales entre los individuos que habitan el área de estudio, “la zona de los baños”. En la actualidad es ampliamente reconocido el conflicto que se ocasiono entre los poblados, los conflictos por los recursos naturales son cada vez frecuentes en muchas regiones del mundo pero en el caso de las comunidades mazahuas la identidad del nombre “los baños” y la cosmovisión que se tenía sobre el manantial y la laguna son parte de un contexto social de ambos lugares considerado como un referente histórico-sagrado.

Como punto de partida para el desarrollo de la investigación se reflexiona en los conceptos claves de: conflicto, identidad, y cosmovisión, debido a que en la vida cotidiana resultan importantes estos términos al momento de formar parte de un grupo que se explica mediante la tradición oral un pensamiento re-interpretativo de la realidad. Para empezar se debe esclarecer el término de conflicto.

Los conflictos son una construcción social, un nuevo modelo económico y una organización, Casas lo define como “una situación de conflicto es aquella por en la cual existe tensión por la pugna entre al menos dos partes, y de la cual pueden surgir sentimientos negativos de resentimiento, desconfianza y odio” (Casas, 2016: pág. 80) esta confrontación puede resultar porque hay dos posturas que demandan cosas distintas. En la perspectiva de Figueroa “el conflicto facilita la estructuración del medio social contribuyendo a definir relaciones de poder. Por tanto, el conflicto como tal no amenaza el equilibrio de la estructura sino la rigidez misma de la estructura a través de los sentidos de hostilidad que generen la ruptura” (2008: pág. 357) entonces el conflicto puede ser un componente de las relaciones sociales entre individuos que se da en un contexto social e histórico con intereses personales, estrategias, alianzas para buscar los

acuerdos posibles en las partes afectadas.

Para este estudio, el conflicto es determinante en las formas de condición y de cierta organización de los grupos sociales. Se generan ciertas relaciones simbólicas entre los grupos. En el caso de los mazahuas, ambas comunidades han asumido una identidad étnica que se representa en su cosmovisión a través de la oralidad de los adultos, mismos que explican el devenir de circunstancias graves para la obtención del líquido vital tanto para el consumo como para los sembradíos y el ganado. Esta construcción histórica ha limitado las relaciones entre vecinos llegando a recrear una propia identidad.

Las perspectivas de nuevas repertorios ponen en relieve a sujetos sociales que se despliegan en el territorio e identifican con el sitio, Larraín se refiere a la identidad como “una cualidad o conjuntos de cualidades con los que una persona o grupo de personas se ven íntimamente conectadas” (Larraín, 2005: pág. 23 en Fabián, et. al pág. 166). La construcción otorgada por sujetos que consideran tener ciertos elementos en común, como: valores, lenguaje, vestimenta, creencias, reglas, entre otros. Siendo un medio de aceptación por los diferentes grupos socio-culturales, al mismo tiempo crea un auto concepto de reconocimiento e identificación individual y colectiva.

La identidad es un proceso simbólico subjetivo y auto-reflexivo que cada individuo construye a partir de la adquisición de elementos y factores sociales con respecto a otros mediante un repertorio de atributos culturales, así mismo la identidad de una persona contiene elementos de lo social compartido, resultante de la pertenencia a un grupo o comunidad, “la identidad se puede ver comprometida a determinados tiempo y espacio. Esto quiere decir que cobrará ciertos matices vinculados a la temporalidad del individuo, su condición y el entorno que habite; por tanto no es permanente, es modificable” (García, 2014: pág. 73).

La construcción de la identidad está en un constante proceso constructivo, evitando ser estática; se va fortalecimiento de los sentimientos de pertenencia así como la seguridad, armonía, convivencia y estabilidad que proporcionan los grupos a los integrantes. Los elementos colectivos destacan las semejanzas, mientras que los individuales enfatizan las diferencias, pero ambos se conjuntan para constituir la identidad del sujeto individual. Se establece la relación existente y estrecha entre identidad y cultura, “Mientras la cultura es una estructura de significados incorporados en formas simbólicas a través de los cuales los individuos se

comunican, la identidad es un discurso o narrativa sobre sí mismo construido en la interacción con otros mediante ese patrón de significados culturales” (Larraín, 2003: pág. 32).

La influencia cultural sobre la identidad es extensa, cada elemento del entorno de una persona está influenciado por la cultura porque las personas se definen a sí mismos con ciertas categorías como la religión, la profesión, etnia, sexualidad, nacionalidad que van creando su sentido de identidad individual. Ahora bien si se considera la presencia de otros, la identidad personal incluye un conjunto de relaciones que se dan en la identidad colectiva: espacio social y subjetivo. Esta es entendida como etnicidad, al aclarar la relación entre lo propio y lo ajeno, funciona como un eje de propia identidad, hace referencia a un proceso de construcción de conciencia colectiva, encierra una dimensión histórica y se encuentra íntimamente vinculada con los problemas de clasificación de la gente y de las relaciones grupales (cómo se auto clasifica un grupo y cómo clasifica a los demás). McCumber menciona que:


Similary for the identity of a group -a class, a nation, a society, or an ethnic group- its essential identity is the set of characteristics that can always be empirically observed in individual memebers of that group and that make those individuals “a” group as such identity, even though authentic, is going to run into problems. (McCumber, 1997: pág.172)


La identidad consiste en un repertorio de rasgos culturales que no son homogéneos, estáticos e inmodificables, por el contrario, son de estabilidad, persistencia y cambio. Se encuentran en la sociedad, como puntos principales en la diferenciación de las fronteras de nosotros y los otros. Más aún, nos permite considerar la cultura preferentemente desde el punto de vista de los actores sociales que la interiorizan, la “incorporan” y la convierten en sustancia propia, formando así su identidad.

Por lo tanto la identidad no sólo describe un conjunto de relaciones intergrupales, es la imagen que cada quien se da a sí mismo como individuo y/o grupo, se genera a partir de la presencia del otro, del que es diferente, también es una forma de conciencia que se construye a partir de los siguientes elementos: mitos, ancestros, u orígenes comunes, religión, territorio, memorias de un pasado colectivo, vestimenta, lenguaje, o, inclusive rasgos físicos como el color

de la piel. Cuando se sobrepasa la identidad individual se llega a una identidad cultural que existe entre los distintos grupos humanos y cada uno de ellos se adapta, reelabora y re significa para dar lugar al espacio de lo común como puente de comunicación entre distintas formas de vida. “las acciones sociales y, en general, la interacción con el espacio hacen que un grupo se le apropie, lo asuma como suyo, convirtiéndose parte de su misma identidad” (Figueroa, 2015: pág. 58), la configuración del espacio expresan las maneras de vivir manteniendo el vínculo representativo en la cosmovisión.

Finalmente, se conceptualiza el término de cosmovisión, son manifestados a través de un proceso de socialización, de valores y de significados por medio de la familia de generación en generación. El conflicto que se desato en las comunidades género en las personas una superposición de identidad recreada en la cosmovisión práctica de las personas. De acuerdo con la tradición mesoamericana, la cosmovisión se define en palabras de López Austin como:


Un hecho histórico de producción de procesos mentales inmerso en decursos de muy larga duración, cuyo resultado es un conjunto sistémico de coherencia relativa, constituido por una red colectiva de actos mentales, con la que una entidad social, en un momento histórico dado, pretende aprender el universo en forma holística. (López Austin, 2016: pág. 22)


Es la construcción social de un pueblo, establece los intercambios, interpretaciones del mundo y discursos entre los miembros de una colectividad. Las historias que existen en las comunidades describen parte de su visión del mundo, la creación del lugar en el que vivimos, los elementos que nos rodean así como la función de cada uno de ellos en el cosmos. “clases, grupos e individuos coinciden, colaboran, disienten, se enfrentan e incluso chocan fundados en ideas, opiniones y reglas eficaces para la comunicación aún en los momentos críticos” (López Austin, 2016: pág. 135).

La cosmovisión se reconstruye en la vida cotidiana, en las prácticas, en la forma de vida, en los ritos, creencias y acontecimientos que sucedieron en algún momento de la historia, surge en las experiencias del hombre y se adapta a las variables de la historia y la cultura misma. Gámez (2016) propone un concepto que define a la cosmovisión “como un conjunto de sistemas

de creencias, representaciones, ideas y explicaciones sobre el universo, la naturaleza y el lugar que ocupa el hombre en éste” (Gámez, 2016: pág. 280) la comunidad de estudio ejemplifica parte de la amplia cosmovisión mazahua, es decir, una de las tantas formas de comprender el universo. Las personas a partir de su percepción del mundo forman una parte de identidad social que provee una explicación de acontecimientos y comportamientos de una realidad. Estas definiciones relacionan al individuo con los otros, se integran a la forma de vida del grupo y esta a su vez se hereda de generación en generación; reconocen y asumen los diversos rasgos constitutivos de una identidad.


El agua: conflicto, identidad y cosmovisión. El caso de la zona de los baños

En las distintas culturas originarias se crean narraciones que se comparten de generación en generación, que revelan realidades sociales del pasado, que ahora marcan y muestran en el presente eventos significativos que fueron iniciáticos de los grupos sociales. Algunos hechos han quedado guardados en la memoria colectiva. La disputa por la apropiación de este lugar, surgió con el objetivo principal de ganar dinero debido a su popularidad y concurrencia, pero, también estaba fundamentada en la adjudicación del sentido pertenencia e identidad, debido a que refieren su origen como comunidad a las aguas termales, contar con el control del lugar preservaba el recuerdo de un pasado basado en un estilo de vida lacustre.

Además, de contar con narraciones que dirigen la vida social y cultural de las personas estableciendo un vínculo estrecho entre el hombre y la naturaleza, creando normas de conducta con otros hombres, otros seres y elementos de la naturaleza, tal es el caso del agua. Historias sobre la aparición de la virgen, la sirena y su abandono de la laguna, el águila y la serpiente, son narraciones que se mantienen en el pensamiento y que dan identidad a una comunidad, considerándose las historias verdaderas. Los ancianos sembraban sus milpas a la orilla de la Laguna, vieron un águila a lo lejos acercándose hacia donde estaban. El águila se paró en medio de la laguna y devoro a una serpiente. Los habitantes recordaron que unos hombres muy extraños estaban en busca del ave comiendo a su presa, enseguida las personas la espantaron, cuando llegaron esos hombres, ellos dijeron que no habían visto nada. Así que los extraños siguieron su camino.

En la región había aguas termales que brotaban cerca de la capilla de los baños. Los

habitantes de la región iban a este lugar para bañarse, aun cuando en la zona es de clima frío el agua se mantenía caliente. Los adultos comentan que el agua caliente salía de unas rocas cerca de la capilla, se construyeron una casa balnearia y un hotel, la construcción incluía una fosa para mujeres y otra para los hombres. Se estableció un cobro por el acceso a los baños, con éste se pretendía emprender un proyecto ecoturístico y de desarrollo para la comunidad, pero debido a los problemas entre los involucrados (la Concepción y San Pedro) éstos no se pudieron realizar.

Las aguas de la laguna fueron parte de un espacio social, religioso, y curativo, era un bien compartido por los mazahuas de los baños. Proveían de alimento como los pescados, rana verde, pato silvestre, acociles, ajolotes, patos de temporada. Las aguas eran curativas, las personas iban constantemente a bañarse con las aguas termales porque sanaban enfermedades como reumas, de las vías respiratorias, aliviaba dolores menstruales, los adultos creían que el baño en las aguas podía hacer que las mujeres infértiles pudieran procrear, también, las mujeres asistían a lavar su ropa.


Fotografía 1. “Hombres y mujeres dándose en baño”.

Casasola (1984), Colección mediateca INAH


En la imagen de arriba, se puede apreciar a hombres y mujeres dándose un baños en una de las fosas que se construyeron para hacer uso del agua termal, las personas de la zona de los baños tenían un vínculo muy fuerte con este espacio, era común verlos bañándose. Ambas

comunidades establecieron un estilo de vida lacustre en menor medida, pero de suma importancia. Durante un tiempo el uso compartido funciono para ambas comunidades.


Enfrentamiento por el agua y el territorio

Como se mencionó anteriormente, la investigación se centra en dos comunidades principales La Concepción y San Pedro, éstas integraban el pueblo de Santa María la Asunción Atotonilco, con el incremento de la población, conflictos entre los mismos pobladores, así como el complicado acceso a diferentes espacios públicos, inicio una separación e instauración de las cuatro comunidades denominadas de los baños. Para el año de 1921 inicio la repartición de las tierras de cultivo provenientes de las haciendas de Villejé y Pastejé, estas proporcionaron territorio a La concepción y San Pedro respectivamente.

La división territorial de Santa María la Asunción Atotonilco, la repartición de las tierras y conflictos internos entre los pobladores, coloco como centro de un conflicto la propiedad del manantial y la laguna, que eran un bien compartido y que por su ubicación geográfica se ubica justo a la mitad de estas dos comunidades, se convirtieron en un limite geográfico natural en disputa.

El éxito por los baños y el aumento en la popularidad acrecentaron los conflictos por la apropiación del terreno, para ese entonces; las personas no saben con certeza la fecha en que apareció el agua termal, se han construido diferentes historias sobre su origen, “apareció una cruz de piedra de forma milagrosa en las gritas sobre las que brotaba el agua, gracias a esto el agua adquirió poderes curativos, gracias a un don divino”, por eso junto a las grietas de donde emanaba el manantial se construyó una iglesia.

El conflicto se desarrollo al interior entre los usuarios de los baños, éste comienzo en el año de 1936 (De la Cruz, 2014a: pág. 87), la memoria colectiva permite observar la percepción de los pobladores, quienes pelearon por la posesión de la laguna, ya que ésta forma parte de su historia, cosmovisión e identidad. Los problemas se suscitaron cuando los pobladores de la Concepción, Jalpa y San Cristóbal, se quejaron de los pobladores de San Pedro quienes se apropiaron los baños y no los dejaban entrar, por su parte los de San Pedro se quejaron de que fueron agredidos por los contrarios.

Del año de 1936 a 1940 se dan una serie de enfrentamientos entre dichas comunidades,

hombres montados a caballos en ambos lados de la laguna, hubo muertos, y heridos. Los baños se mantuvieron por un buen tiempo como espacio neutro.


Los pobladores de San Pedro relatan que hace muchos años las autoridades de su pueblo fueron a platicar con los representantes de “La Concha” (La Concepción de los Baños) para solucionar sus conflictos territoriales y ese fue el motivo que desató un zafarrancho, pues los pobladores recibieron a balazos a los de San Pedro y entre ellos se mataron, ya que ni uno ni otro quería ceder ante la pérdida de dicho espacio (De la Cruz, 2014b: pág. 310)


Después del deceso del hombre las dos comunidades establecieron un mutuo rencor, las relaciones entre ellas se distanciaron cada una tomo un rumbo diferente y rompieron algunos vínculos entre ellos. Aunque se tenían diversos planes para la mejora e incremento de los baños, los planes no se desarrollarlo debido principalmente a la disputa del terreno lo que ocasionó que se cancelaran los acuerdos para evitar más enfrentamientos.

A pesar de lo ocurrido, y con el desconocimiento por parte de la población, durante el periodo presidencial de Manuel Ávila Camacho, en el año de 19411936 (De la Cruz, 2014a: pág. 88), se declara la laguna y sus aguas como propiedad nacional, se pretendiendo con ellos dar fin a la insistencia por parte de ambas comunidades por que les otorgara el derecho de propiedad. A pesar de los resuelto por las autoridades ninguna de las dos partes estuvo de acuerdo. Actualmente cada una de las comunidades se adjudica la propiedad de ese espacio.


Desecación del manantial

A finales del 60’ y principio de los 70’ la inserción del sistema de agua potable hacia la ciudad de México “a causa de la crisis en la capital y con el abastecimiento de las primeras zonas industriales en la periferia de Toluca, el área de extracción se extendió hacia la región de Ixtlahuaca y Jocotitlán” (Tirel, 2013: pág. 109), se construyeron ducto en la comunidad de Santa María del Llano. Los habitantes de los baños cuentan que “chuparon” la vena (corriente de agua subterránea) para la presa de Santa María del Llano, que se comenzaron a meter tubos, después los ingenieros comenzaron a introducir una gran cantidad de pintura roja en el agua de la laguna,

la cual fue a dar a la presa de Santa María en donde se dieron cuenta de que era el agua de los baños precisamente por el color de rojo (De la Cruz, 2014b).


Fotografía 2. Antiguo manantial Casasola (1984), Colección Mediateca INAH


Después de un tiempo el agua dejo de salir, y el manantial comenzó a secarse, se dice que el agua desapareció debido al enfrentamiento que se suscito entre los pueblos hermanos, que se disputaron el terreno, el agua, e inclusive el nombre, es por ello que las cuatro comunidades que pertenecen a la zona de los baños, tienen el titulo de “los baños”.

El desequilibrio llevo a la escases del agua, se dio el escenario idóneo para el conflicto, en este marco contextual, el desarrollo del país tenía un rol de gran importancia. Algunos de los sucesos que marcaron un cambio trascendental en la zona mazahua, de ser una región campesina a volverse una zona industrializada, de renombre, pasar de lo tradicional a lo moderno y que en la memoria colectiva de los pobladores de “la región de los baños” recuerdan que durante la década de los 60’ en la ex -hacienda de Pastejé se inició la construcción de uno de los proyectos industriales más grandes. La instalación de la zona Industrial de Pastejé, en terrenos que estaban destinados a la agricultura, un cambio que terminaba con gran parte de la esencia de la cultura, de lo místico, de lo sobrenatural, del imaginario social por una sociedad esclavizada a un trabajo.

En el año de 1962 se empieza a realizar las gestiones y trabajos para la instalación de la fábrica Unidad Industrial Ernesto Peralta, como una empresa filial de INDUSTRIAS UNIDAS, S.A., IUSA, la cual se instaló hasta 1963, bajo el mando del ingeniero Alejo Peralta (Luguori; 1991), en Jocotitlán, Estado de México. La viabilidad se debió a la construcción a partir de ciertos criterios: la disponibilidad de una gran cantidad de mano de obra “barata”, acceso a recursos naturales como el agua, la cercanía con la con la Ciudad de México.

La resistencia de las personas se recreó en los relatos que se generaban en torno al dueño de la planta industrial, entre los habitantes no solo de “los baños” sino los del municipio se decía que el dueño de la empresa le dio o le daría al diablo 60 mujeres a cambio de que la empresa fuera productiva, siendo causa de rechazo por la incorporación de muchas jóvenes, siguiendo esta perspectiva Eliade argumenta “para que dure una construcción (casa, templo, obra técnica, etc.) ha de estar animada, debe recibir a la vez una vida y un alma. La <<transferencia>> del alma solo es posible por medio de un sacrificio sangriento” (Eliade, 2008: 46).

Durante estos últimos años se han suscitado diferentes transformaciones del entorno natural, social y económico para la población mazahua de los baños, cambios a los que se ha adaptado o de los que ha padecido la pérdida irremediable.


La narrativa oral como fundamento ante la sequía del agua

La narrativa oral de los pobladores de las comunidades de estudio, se crean historias que explican el origen de la escases de agua de La laguna que está en el límite territorial de ambas comunidades y la desecación de los pozos de aguas termales se secaron, han sido reinterpretados por múltiples narraciones que forman parte de la cosmovisión mazahua. Las diversas historias que se comparten en los espacios sagrados, en momentos oportunos, nos permiten abrir un camino al pasado entre la relación del hombre con su entorno.


La cosmovisión mazahua en torno a seres sobrenaturales que ellos denominan “espíritus” o bien incluyen la acción de seres divinos, como la Virgen, e imágenes, como una cruz de piedra. Los espíritus son la fuerza que le da vida a cada uno de los elementos con los que el hombre convive en el mundo, estas fuerzas elementos son tierra (jömü), aire (ndjama), fuego (sibi) y agua (ndeje). En este caso y en ocasiones haré referencia al espíritu del

agua, el menye o menzejé. (De la Cruz, 2016b: pág. 309)


Las acusaciones de los habitantes se formulan en relatos que muchas veces se impregna en el pensamiento, llegando a relacionar a los seres divinos, sobrenaturales las causas de los escases del agua de la Laguna y en otras ocasiones al conflicto entre pueblos vecinos, hermanos, de un mismo origen étnico ocasiono la molestia de lo divino y castigo por las malas conductas.

Las mujeres están vinculadas a espacios focalizados y locales, son quienes reproducen ciertas creencias de las entidades naturales, sobrenaturales y sagradas que cohabitan en el espacio comunal y con una participación notoria en los rituales. Dentro del imaginario social las mujeres en su mayoría atribuyen que la desecación de La laguna se debe a que los seres sobrenaturales y divinos abandonaron el manantial. Existen múltiples interpretaciones en torno a los sobrenaturales como castigadores de los poblados por haber estado en conflicto y matarse entre hermanos. En la narración de los habitantes de La Concepción mencionan:


Hace mucho tiempo cuando La laguna tenía mucha agua había una sirena muy bonita que salía por las tardes para peinarse, nadaba entre las corrientes que se formaban con el viento pero un día uno hombres llegaron de muy lejos, ellos quisieron matar a la sirena parta llevársela del pueblo. La sirena se espantó mucho que se fue con el agua, desde ahí la laguna empezó a secarse y las aguas termales se fueron con ella. (Testimonio, 2016)


Los conflictos que se suscitaron entre los habitantes de La Concepción y San Pedro, donde hubo hechos de “sangre”, en otra narración se dice que la Virgen comenzó a aparecerse en la laguna a raíz de que la sirena se fue, como una advertencia de que los conflictos no podían continuar. El descontento debía terminar, ambos pueblos eran hermanos, de origen mazahua, anteriormente era un solo pueblo. Los abuelos cuentan que la Virgen empezaba a aparecer sentada encima de la peña de donde brota el agua, se aparecía vestida de blanco y peinándose el cabello. La virgen se quedó en donde antes era La laguna.

Otro aspecto del que se tiene memoria en cuanto a la desecación es el robo de la cruz de piedra que estaba en el manantial, durante el conflicto entre las comunidades, los individuos de “La Concepción fueron a robar la cruz, suceso que enojó al pueblo de San Pedro. Las personas

mencionan que desde ese acontecimiento empezó a escasear el agua, algunos años más tarde encontraron la Cruz en la milpa del señor que la había robado, se dice que el señor preparaba el barbecho de su terreno y se atoro en donde estaba la cruz, el tractor se voltio lo que ocasiono la muerte del señor. Al conocer lo sucedió los pobladores de San Pedro regresaron la Cruz a La laguna pero el agua nunca broto igual.

Otra versión del robo de la cruz pero no fueron los de La Concepción. El ladrón fue un extraño de una comunidad diferente como la cruz no pesaba la lograron extraer, pero dicen que pesaba tanto que el ladrón no la pudo cargar y la dejo tirada, después la encontraron en el campo de futbol que está en las orillas de la laguna cerca de La Concepción de los Baños, y cuando la encontraron, el cielo se nubló y llovió mucho. Algunas narraciones se llegan a relacionar el robo de la Santa Cruz con la imagen de la Virgen de la capilla.


A manera de conclusión

Los cambios en la sociedad actual debido a diversos procesos de modernización e industrialización así como a la disputa por la propiedad de terrenos, han provocado transformaciones en la relación que ha establecido entre si los miembros de las comunidades de San Pedro de los Baños y La Concepción de los Baños, y su entorno. Ninguna de las dos ha tratado de compra y/o construir en los terrenos de la laguna, ya que el recuerdo del enfrentamiento y el paulatino desecamiento de las aguas termales se mantiene presente, aunque en los registros del municipio, la laguna de los baños sea propiedad de San Pedro de los Baños.

Compartir un pasado en común, permite comprender las relaciones existentes en la actualidad de una sociedad en constante cambio, ahora durante las festividades que se celebran el día de la Santa Cruz, y las fiestas de septiembre que empiezan el 13 con “la unión del pueblo” y culminan el día 29 de septiembre, con la celebración de San Miguel Arcángel, la gente se reúne en la iglesia de la laguna junto a las ruinas de los antiguos baños y las grietas del manantial. Personas de las diferentes comunidades se reúnen y olvidan los conflictos existentes entre ellos, relatan historias sobre lo acontecido, encuentran a familiares, y refuerzan sus lazos sociales, “durante estas fiestas recordamos que somos y pertenecemos a los baños” (Testimonio, 2016). Se realza un sentido de identidad y pertenencia a ese espacio geográfico, y se ante pone a su identidad como mazahuas.

La zona de los baños se ha enfrentado a diversos cambios en los últimos años, principalmente de carácter económico y ecológico, antes de 1960 la comunidad dependía de los recursos que ofrecía la naturaleza del lugar, del agua, del campo. Pero debido a los proyectos de desarrollo industrial impulsado por el gobierno estatal y federal estos cambios de manifestaron con mayor rapidez. En especial las poblaciones de San Pedro de los baños y La Concepción de los Baños sufrieron un cambio drástico en su entorno ecológico-cultural. Los constantes conflictos que tuvieron por el agua y la instalación del sistema Cutzamala hicieron posible la extracción del agua.

“Un mundo donde la modernización no se restringe a un área geográfica, si no que se manifiesta mundialmente, tiene una serie de consecuencias para la tradición” (Anthony Guiddens, 2002: pág. 56), como ocurrió con el uso de los baños termales que desaparecieron debido al trasvase de agua tuvieron consecuencias ecológicas que traería consigo la desecación de La laguna. Además se convirtió la zona de los baños en un lugar árido, la contaminación del río, y el crecimiento de la población demanda mayores servicios y trasformación de los espacios naturales.

La transformación del espacio geográfico y ritual ha provocado que muchos aspectos de la vida cotidiana hayan cambiado, disminuyo el cultivo de maíz, “ya no se trata de la sociedad rural campesina dependiente del acceso a la tierra, ni de la agricultura como eje de la organización de la reproducción de la unidad doméstica” (Appendini & Torres-Mazuela, 2008: pág. 17), de esta forma las “maneras tradicionales de hacer las cosas tendían a subsistir o a restablecerse en muchos ámbitos de la vida, incluida la vida diaria” (Anthony Guiddens, 2002: pág. 55).

Se creó una clase obrera a partir de su inserción al trabajo en las fábricas, espacio donde también adoptaron nuevos hábitos y estilos de vida, modificado la alimentación, el vestido, la lengua. Las actividades y costumbres de los pobladores de los baños se han reelaborado y readaptado en los aspectos de la cosmovisión mazahua, situación en donde el papel de la memoria colectiva es pilar fundamental del pasado y se convirtió en parte de su historia. La memoria colectiva que se narra en San Pedro de los Baños y La Concepción, en Ixtlahuaca, México, es el vehículo de la versión que la gente recrea en torno a los hechos históricos sobre la desecación de las aguas termales en La laguna.

Referencias bibliográficas

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Notas


1 El término Ixtlahuaca proviene del náhuatl, pero los mazahuas se refieren a éste como Jyapjü “lugar de tlachiqueros” o “lugar de la llanura”, es un espacio plano donde se pueden apreciar algunas presas y pozos de agua termal.

2 Atotonilco: del mexicano atotonilli: agua caliente: co: en; “En el agua caliente” (Sánchez, 1997: 21)

3 A partir de ahora se empleará el primer nombre para referirnos a las comunidades omitiendo “de los Baños”.

4 “A” es un locativo cuyo significado denota “en la”, “Me” es un prefijo que enfatiza ser originario de algún lugar, procedencia o gentilicio; y “pare” vienen del sustantivo “pareje” que significa “agua caliente o agua termal” (Segundo, citado en Nicolás 2016: pág. 96).