Desafíos y oportunidades del turismo en México: una perspectiva demográfica hacia el año 2050


Challenges and opportunities of tourism in Mexico: a demographic perspective by the year 2050


José Cruz Roa Hernández1


Resumen: El envejecimiento de la humanidad está emergiendo como una tendencia demográfica significativa, un ciclo natural de auge y caída, de innovación y destrucción creativa, como estableciera Shumpeter (1934) cuya conducción está a cargo de la mano invisible del sistema de mercado que ha conducido el destino de las economías del mundo desde el último cuarto del siglo pasado. Dicha tendencia, transforma la forma en que las sociedades viven y trabajan, y que, representa las variables explicativas que reconocen el comportamiento y desplazamiento de las formas del derecho al ocio, la recreación, y el turismo en el futuro.


Abstract: The aging of humanity is emerging as a very significant demographic trend, that is, a natural cycle of boom and bust, of innovation and creative destruction, as established by Schumpeter (1934) whose management is in charge of the invisible hand of the system of free market that pushes the destiny of the economies of the world since the last quarter of the last century. That is, a paradox between population aging and economic growth. In this line, this tendency, influenced by the vertiginous technological advance and innovation, is transforming the way in which societies live and work, and which, in turn, represent the explanatory variables that recognize the behavior and displacement of the forms of right to leisure, recreation, and tourism in the future.


Palabras clave: Demografía; turismo; envejecimiento poblacional; educación superior


Introducción

En su propia diacronía a partir de la posguerra, el conjunto de instalaciones, equipamiento e infraestructura que en su integración operativa constituyen el núcleo del sistema turístico en México, ha madurado para convertirse en un enclave económico en base a su contribución a la formación bruta del producto tanto de la propia actividad como del producto interno bruto nacional (PIB). Su contribución se nutre de la capacidad que cada unidad de negocios tiene para


1 Dr. En Ciencias Sociales con Especialidad en Relaciones Internacionales. jcroah@gmail.com

reconocer y desarrollar nuevos instrumentos y estrategias de mejora continua que en su libre interacción den paso a nuevos procesos empujados por el rápido avance de la ciencia, el desarrollo de la tecnología, en su versión de innovación, y responder a los nuevos retos provenientes del cambio en la estructura de la demanda futura, sustentados en gustos y preferencias o experiencias de los consumidores/turistas. El papel de las tecnologías de información y comunicación (TICs) conforman una pieza fundamental que recrea en su especificidad al propio producto turístico, y lo expone como una alternativa en el mercado del turismo.

Desde la entronización de la globalización, las nuevas demandas no son solo locales, más bien son cambios que desde la globalidad impulsan al replanteamiento constante, es decir, en el contexto integral, los impulsores del cambio derivan de los efectos económicos, políticos, sociales, tecnológicos y ambientales que provienen del propio ensanchamiento—en palabras de Beck (2002)—del campo geográfico y la creciente densidad del intercambio internacional, más el carácter global de la red de mercados turísticos, de tal manera que la globalidad recuerda el hecho de que nada de lo que ocurra en el planeta podrá ser un suceso delimitado en lo local, sino que todo lo que ocurra en un lugar afectará a todo el mundo y que todos los individuos, las organizaciones e instituciones deberán reorientar sus vidas y quehaceres a lo largo de ese eje que el propio autor denomina local-global. Sin embargo, aun cuando los efectos son globales, en su particularidad, la disponibilidad de hacer turismo, como lo indica Hiernaux (2000), no remite a la totalidad de la población mundial, sino que se concentra en torno a las clases media y alta de los países desarrollados y en vías de desarrollo, que actúan en forma por demás bastante similar entre sí.

Por otro lado, desde la aparición de los movimientos en favor del medio ambiente hasta el concepto de sostenibilidad en la época moderna, el futuro del turismo ha estado mayormente expuesta en la palestra internacional donde la discusión central emergió del concepto de desarrollo sustentable, donde la sustentabilidad turística fue concebida como la llave para la explotación racional de los recursos turísticos, ya que la actividad turística se asienta y se desarrolla en el stock de los recursos naturales y culturales. Esta preocupación ha dejado de lado la comprensión de que si bien el turismo es una actividad que responde al movimiento masivo y temporal de personas entre países emisores y receptores netos de turistas, existe una estrecha

relación de dependencia con la dinámica de las estructuras de la población mundial, es decir, la demografía, el gran problema que determina el futuro, particularmente del turismo mundial.

La demografía plantea así una predisposición al envejecimiento, de la mano con el turismo, las relaciones entre oferentes y demandantes de servicios turísticos deben mantenerse en el tiempo, donde el común denominador en esta relación, es la mejora continua en los estándares de calidad en los servicios que al final del proceso se convierte en la reciprocidad o la satisfacción entre dichos agentes.

Buscando cumplir con el objetivo central, el presente documento se ha desarrollado bajo una estructura de tres secciones más una conclusión general.


Un paseo por el desenvolvimiento de la actividad turística en México

Después de haber probado ser un buen prospecto en la contribución del desarrollo industrial a través de la generación de divisas en la década de los años cincuenta, la actividad turística en México evolucionó en un contexto de despliegue de activos a través del desarrollo del proyecto de los Centros Integralmente Planeados (CIP’s) (Cancún, Ixtapa, Los cabos, Loreto y Bahías de Huatulco) a principios de la década de los años setentas.

Tras un modesto desenvolvimiento impulsado principalmente por el segmento de turistas denominados “baby boomers”, más la proyección y promoción del país como destino turístico a nivel internacional.

En una segunda etapa a partir de 1990, denominada de internacionalización del turismo, sustentado incluso en la nueva hoja de ruta, instalada en la apertura comercial y financiera como variables fundamentales de un ejercicio en forma de globalización.

La integración de México al sistema incluyó una nueva forma de pensar y hacer en una sociedad en la que, debido a su propia génesis, estructuró una nueva red constituida por procesos económicos, políticos y culturales, con reglas específicas y homogéneas de funcionalidad que hasta la actualidad constituyen de alguna forma una unión en el propio sistema.

Así, en el contexto de los grandes debates sobre su propia definición, el turismo se reconoce con gran independencia como una actividad humana que específicamente determina la demanda y la oferta de sus productos/servicios asentados sobre el stock del capital natural, cuya explotación ha sido llamada desde la aparición de los movimientos ambientalistas hace

aproximadamente cincuenta años, a su racionalización, tendente a la preservación futura, es decir, sustentar el uso de los recursos bajo una conducta de racionalización, y actualmente, sostener dicha conducta hacia la continuidad del disfrute en el futuro.

En esta línea, la importancia de integrar o interrelacionar el enfoque económico con el sociológico, deriva, por un lado, en la importante posición de generador de divisas que ostenta la actividad turística en México, y, aun cuando se trata de trabajos de mala calidad, de cada diez puestos de trabajo creados en la economía, dos son generados por el turismo. Por otro lado, la sociología del turismo, como lo sustenta Cohen (2012), es una especialidad que emerge para ocuparse del estudio de las motivaciones, los roles, las relaciones y las instituciones turísticas, así como del impacto sobre las turistas y sobre las sociedades receptoras de turistas.

Dentro de este contexto, el periodo que ha visto el impulso y desarrollo del turismo en México, concentra por un lado sus bondades como actividad económica, y, por otro lado, insistir en el papel y la conducta individual de todos los participantes en el fortalecimiento de un desarrollo con mayor armonía con los recursos naturales, acciones que en conjunto conduzcan a una mejor preservación de los diferentes destinos/producto del país. Estos dos aspectos son los que han primado el estudio de las diversas investigaciones del turismo a través del tiempo. Sin embargo, en su generalidad, se ha soslayado incorporar el asunto que borda sobre las realidades socioculturales, económicas y demográficas en el propio siglo XXI, en especial a las necesidades y perspectivas que a través del tiempo e incluso en la cotidianeidad va reestructurando la composición poblacional tanto de los países receptores como de los emisores netos de turistas en el mundo. Es decir, la consideración del envejecimiento poblacional como el elemento fundamental que determina las estructuras de la oferta y la demanda en el tiempo para el ejercicio del ocio, la recreación y el turismo en el futuro.

El desarrollo y maduración de la actividad turística en México mantiene una contribución sostenida de 8.6% al PIB nacional. Aun cuando la contribución económica se sustenta en la interrelación operativa que incluye los segmentos de turismo internacional y doméstico, para efectos del presente estudio se analiza únicamente el segmento de turistas internacionales, tal como se puede observar en la tabla 1.

Tabla 1. Indicadores Macroeconómicos seleccionados de la actividad turística en México.


Conceptos

2010

2011

2012

2013

2014

2015

2016

2017

Turistas internacionales (Miles de personas)

23,290

23,403

23,403

24,151

29,346

32,093

35,079

39,111*

Ingresos Turistas internacionales

(Millones de dólares)

9,991

10,006

10,766

11,854

14,320

15826

17,698

18,573

Gasto medio

(Dólares)

429

428

460

494

488

483

504

507

Contribución al PIB nacional

(%)

8.7

8.4

8.4

8.6

8.5

8.7

8.7

8.7

Fuente: SECTUR, Datatur, Indicadores macroeconómicos varios años.


Es importante definir que el alcance del estudio, únicamente se concentra en el segmento de visitantes internacionales, y al subsegmento de turistas internacionales debido a que, en términos de contribución, se trata de personas que ingresan al país, que pernoctan, y registran su tiempo de estancia en algún destino turístico determinado en el país, y en función de dicha estancia desarrollan importantes contribuciones. Primero, el número de turistas internacionales que se internan al país, indican el nivel de actividad en los diferentes destinos/producto turístico. Segundo, las divisas, que se involucran en la economía local, ejercen un efecto multiplicador que en su último eslabón muestran cómo el resultado del gasto promedio de los turistas activa el ritmo económico local, abriendo un compás en la distribución “aunque no precisamente equitativa” de los recursos por el factor trabajo en la sociedad. Así entonces, sobre los números antes referidos, el estudio se concentra en separar de este gran grupo, a aquellos que provienen de los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU), y Canadá, bajo el análisis de la composición poblacional del país de origen, es decir, la tendencia al envejecimiento de dicho segmento, que a través del tiempo, derivado de su cada vez mayoría de edad, replantee cambios en sus gustos, preferencias y experiencias, los que a su vez provocarán mejoras continuas en la gestión cada uno de los productos/servicios que cada unidad de negocio turístico oferta en los diferentes destinos turísticos nacionales.

La transformación social y la emergencia de fenómenos que afectan al turismo

La supuesta liberación de la vida económica del control social y político en México a mediados de la década de los ochenta, reprodujo un nuevo orden que en palabras de Bauman (2003) llegó para dominar la totalidad de la vida humana. Es decir, el proyecto sustentado en la tesis del crecimiento a través del libre mercado; lo que Polanyi (1992) dejó establecido antes como la gran transformación, es decir, la crítica más férrea hasta ahora del liberalismo de mercado, cuyo debate posterior al fin de la Guerra Fría se ha concentrado en la globalización, en base a la cual, los neoliberales sustentan que las nuevas tecnologías de las comunicaciones y el transporte son mecanismos que inevitablemente provocan que la economía mundial se integre en mayor amplitud a través del comercio y el libre flujo de capitales como las variables explicativas de dicha integración.

En este contexto, el turismo es una actividad de movimiento y traslado de personas de un país a otro en su expresión de turismo internacional. Produce en su libre operación, grandes cambios a través del avance en las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC’s) que se reflejan de manera explícita en las estructuras de oferta y demanda del ocio, la recreación y el turismo.

Como cualquier otra rama de la industria de la economía, el turismo se desarrolla sobre la base de una estructura tanto de oferta y demanda y, sus demandantes cambios en el tiempo. Los cambios en la estructura de la oferta derivan de la demanda proveniente de los cambios en estructura demográfica de los países industrializados, es decir, del turista de mayor edad. Por ejemplo, EEUU y Canadá representan en su conjunto el mayor mercado mercado emisor para el turismo mexicano. Los cambios en la estructura demográfica y la tendencia del envejecimiento poblacional en ambos países se traducen en un replanteamiento de las necesidades de ocio, recreación y turismo, lo que induce a su vez a cambios en la estructura de la oferta del mercado turístico en México.

Cohen (2012), plantea la presencia de cuatro tendencias de acontecimientos sociales que afectan a la actividad turística: a) el dilema la sostenibilidad ambiental y de los recursos naturales; b) la demografía; c) el terrorismo, y d) los desastres naturales.

Dwyer, et.al. (2016) incluyen desde su perspectiva cuatro fenómenos más, que se relacionan con el ámbito económico, en especial el papel de la globalización, el ámbito político,

el ámbito social, y el ámbito tecnológico.

Aun cuando son casi previsibles, los desequilibrios financieros también son un fenómeno que afecta directamente a las tasas de crecimiento de las economías. (Cohen, 2012), siguiendo a Kousis (2000), sostiene que el discurso de la integración del turismo al medio ambiente fue dirigido al turismo de masas, que desde un principio mantiene el poder de decidir sobre las cuestiones del medio ambiente. Por otro lado, tendencias como el terrorismo y los desastres naturales, en especial al problema del cambio climático, son debilidades que deben ser reconocidas seriamente y comprender la dirección de sus cambios.

Para una mejor internalización de los efectos de dichos fenómenos, los tomadores de decisiones en las diferentes unidades de negocios de los destinos/productos turísticos, requieren en la actualidad de una formación universitaria que los fortalezca en sus capacidades y habilidades para un mejor desempeño profesional.

Siguiendo a Weston, Qu y Soriano (2001), Dwyer, et.al (2016), indican que los cambios demográficos están impactando profundamente la estructura poblacional, con altas tasas de envejecimiento en los países industrializados como la Unión Europa (UE) y EEUU. Ante este escenario prospectivo, el sector productivo que integra el sistema turístico, debe desarrollar nuevos mecanismos que produzcan un producto/servicio que satisfaga las necesidades de un turismo de mayor edad. También apuntan sobre el papel de la educación como factor determinante en el éxito y rentabilidad de los destinos y las empresas, es decir, la preparación y alta calificación de los trabajadores, que, formados en la cultura organizacional y de gestión, establezcan la línea del aprendizaje continuo como elemento de crecimiento. Con ello, podrán también comprender y direccionar el cambio en el tamaño del mercado turístico mundial, principalmente por la emergencia de China e India.


Cambio demográfico, envejecimiento poblacional y turismo

Manheim (1952), indica que el estudio de las generaciones merece una seria consideración ya que es una indispensable guía para comprender la estructura de los movimientos sociales e intelectuales. En una perspectiva pragmática, el autor indica que el problema se vuelve más claro cuando se trata de obtener una mayor comprensión del ritmo acelerado del cambio social que actualmente caracteriza nuestro tiempo.

La idea clara de la estructura básica del fenómeno de las generaciones radica en aclarar las interrelaciones específicas de los individuos que comprenden una sola unidad generacional, es decir, en su particularidad, cuál es la magnitud del envejecimiento de la población turista que visita México por ocio, recreación y turismo, y el impacto que tendrá el cambio de la estructura de edades sobre la oferta y demanda de productos y servicios turísticos en el país.

En un contexto de quizás poca atención, el mundo se encuentra experimentado un interesante cambio en sus estructuras poblacionales de mayor edad. Las disminuciones en la tasas de fecundidad y los aumentos en la esperanza de vida, están produciendo un cambio significativo en la estructura de la edad global.

El envejecimiento de la población es un fenómeno natural que siempre ha estado presente en la vida de los seres humanos, y no humanos incluso, por lo que su presencia en términos de demografía establece una tendencia crucial, principalmente en los países desarrollados, donde la tendencia al envejecimiento es más acentuada que en los países en desarrollo.

La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (2015), reconoce que el impacto social y económico del envejecimiento de la población constituye una oportunidad y un reto para todas las sociedades, es decir, que el envejecimiento de la población marca una proporción cada vez más alta de personas mayores en la población, lo que en términos pragmáticos se constituye en un escenario que tiende a una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI con repercusiones directas en todas las actividades, incluida la propia actividad turística (ONU, 2015).

He et. al. (2016), indican que la transición demográfica se refiere al proceso en el que una sociedad inicia con niveles muy altos de fertilidad, mortalidad y transiciones a un punto donde ambas tasas son bajas y estables. La transición demográfica afecta directamente las tasas de crecimiento de la población y la estructura de edad de un país. Sustentan que la transición demográfica consta de cuatro etapas. El inicio, en esta etapa las tasas de natalidad y de mortandad son altas. El aumento natural (nacimientos menos muertes) es bajo; la población aumenta muy lentamente y la estructura de edad del país es joven con una forma de pirámide donde un gran número de niños son la base y muy pocas personas mayores en la cima. Etapa 2, la mortandad, en especial esta etapa se caracteriza por que la mortandad de lactantes y niños disminuye rápidamente mientras la fecundidad se mantiene alta. En esta fase, la población aumenta

rápidamente y la estructura de edad se vuelve más joven. Sin embargo, la proporción de la población de mayor edad comienza a crecer, a medida que las tasas de mortalidad disminuyen, y las personas viven más tiempo. Etapa 3, en este ciclo, se produce una transformación de la fecundidad, ya que ésta disminuye rápidamente, acompañada de disminuciones aún más lentas en la mortandad de lactantes y niños, pero se acelera el descenso de la mortandad a edades más avanzadas. La población continúa creciendo, pero la estructura de edad se vuelve aún más vieja a medida que la esperanza de vida continúa mejorando. Etapa 4, El escenario aquí se caracteriza fundamentalmente por una mortandad y fertilidad bajas y relativamente estables. El crecimiento de la población alcanza los centenares y la estructura de edad se vuelve vieja, es decir, no existe ya una amplia base de niños y jóvenes; la forma de la estructura de edad se vuelve casi rectangular.

Los mismos autores indican que dentro de este proceso, existen muchos factores que contribuyen a su estado, pero en general se acepta que el impulso inicial comienza con la mejora en la salud pública, principalmente la salud básica, y los avances en la medicina. El aumento de las tasas de supervivencia infantil, junto con los progresos en general en las condiciones socioeconómicas.

Lo que desvela este análisis, es que la duración de las etapas arriba descritos, en el cual se sostiene la transición demográfica en el mundo, varían entre el inicio y su duración. Los países desarrollados, en especial, los que integran la Europa occidental y meridional, iniciaron su transición demográfica hace más de un siglo y la mayoría tardó varias décadas en completar el proceso. Los países en desarrollo de Asia y América Latina (AL), iniciaron su transformación demográfica en las últimas décadas, pero en la mayoría de estos países, la transición avanza más rápidamente.

La población mundial continúa envejeciendo rápidamente debido a que las tasas de fertilidad han descendido a niveles muy bajos en la mayoría de las regiones del mundo, y las personas tienden a vivir más tiempo. El sustento de He et. Al (2016), indica que cuando la población mundial alcanzó los 7 mil millones en 2012, 562 millones; el 8.0% tenía 65 años o más. En 2015, en ese corto periodo de cinco años, la población de edad mayor aumentó en 55 millones, para situarse en 617 millones, alcanzando el 8.5% de la población total.

Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, hicieron su aparición en el escenario

poblacional de EEUU una generación que se etiquetó desde entonces como Baby-boom, quienes conforman el ranking de los viejos ubicándose en los últimos años, incluso con crecimiento acelerado de las poblaciones de mayor edad en Asia y AL, se espera que en un decenio el crecimiento de este segmento llegue alrededor de 236 millones de personas de 65 años o más en todo el mundo. A partir de entonces, de 2025 a 2050, la proyección indica que la población de edad mayor casi se duplicará para llegar a 1.6 mil millones a nivel mundial, mientras que la población total crecerá solo 34% en el mismo periodo. Sin embargo, los mismos autores indican que el ritmo del envejecimiento de la población mundial no ha sido uniforme. La característica aquí es que el envejecimiento de la población mundial es desigual en su velocidad debido a que los niveles de desarrollo en todas las regiones del mundo son diferentes.

La mayoría de los países más desarrollados de Europa han envejecido durante décadas, algunos desde hace más de un siglo. En 2015, uno de cada seis personas en el mundo vive en un país desarrollado, pero más de un tercio de la población mundial mayor de 65 años la población mundial de 85 años o más vive en estos países. Las poblaciones más viejas en países desarrollados están proyectando continuar con su crecimiento en tamaño, pero a un ritmo más lento que los países en vías de desarrollo, particularmente Asia y AL. (He et. al. 2016).

El estudio de los autores en referencia, indica que para 2050, menos de la quinta parte de la población de más edad del mundo residirá en un país desarrollado. Sin embargo, plantean también que hay grandes variaciones en el mundo en vías desarrollo. Asia se destaca como el más corpulento, debido al tamaño de su población de edad mayor de 617.1 millones en 2015. Para 2050, se estima que casi dos tercios de las personas mayores en el mundo vivan en Asia. Incluso los países que experimentan un envejecimiento más lento verán un gran aumento en sus poblaciones de mayor edad.

En este contexto The National Institute on aging (2015), indica que la generación baby- boomers apareció en la pirámide poblacional estadounidense en 1960 en el rango de edades de 0- 14 años. Durante los periodos de fluctuación, el envejecimiento pasó del 5% de la población de EEUU en 1930 a cerca del 13% para 1990. En esta década los baby-boomers se encontraban en su vida económicamente activa y representaban un tercio de la población estadounidense.

Cuando en 2011, dicha generación comenzó a cumplir 65 años, pudo observarse un crecimiento del número de personas de 65 o más. Del mismo modo, la generación impactó

significativamente en el sistema educativo y el mercado laboral.

Ortman et. al (2014) indican que entre 2012 y 2050, EEUU experimentará un considerable crecimiento en su población de edad mayor. Proyectan que en 2050 la población mayor de 65 años será de 83.7 millones; casi el doble de su población estimada de 43.1 millones para 2012.

Los baby-boomers son en gran parte responsables de este aumento, ya que comenzaron a cumplir 65 años en 2011. Para 2050, los baby-boomers sobrevivientes tendrán más de 85 años. El envejecimiento de la población tendrá grandes implicaciones para el país. Los autores indican que a medida que EEUU envejezca durante las próximas décadas, su población de mayor edad se volverá más diversa. En esta línea, se expresa que el crecimiento de la población de edad mayor en EEUU implicará grandes desafíos para los creadores de políticas y programas, afectando también a las familias, las empresas y los proveedores de cuidados médicos.

Al referirse al crecimiento de la población mundial, la Organización Mundial del Turismo (OMT) plantea que los cambios demográficos tendrán un gran impacto sobre el turismo en las próximas décadas, afectando directamente a los tipos de turistas, los destinos a los que viajan normalmente, y los tipos de alojamiento que requerirán mientras estén viajando.

El organismo central pronostica, basado en la información de World Population Prospects (2017), que para el año 2030 la población mundial crecerá de 7,550 millones de personas en 2017, a 8,551 millones, y para el 2050, el organismo sobre estudios de población estima un crecimiento a 9,772 millones de personas. Sin embargo, es importante aclarar que el crecimiento no se distribuye uniformemente en todo el mundo, debido a los niveles de desarrollo que tenga cada región, por lo que en algunas regiones las tasas serán más bajas y en otras serán más dinámicas o altas como porcentaje del total. Bajo esta premisa, el organismo central indica que el crecimiento de la población generará una expansión sustancial de los viajes al extranjero. Por ejemplo, sostiene que, en el año 2000, la tasa de viajes internacionales fue de 11.5 por cada 100 personas, de manera que, si esta tasa permaneciera constante, el crecimiento de la población mundial generaría un aumento de 20% en los viajes internacionales, lo que no explicaría el aumento en la tasa de crecimiento de viajes de 20 por cada 100 personas para las economías en vías de desarrollo.

Como se ha mencionado, el envejecimiento de la población es un fenómeno que se

produce en todo el mundo, sin embargo, a través del tiempo ha tomado diferentes formas en diferentes regiones. En esta línea, en términos generales, la OMT los dividide en dos modelos: el modelo Ree Peak y el modelo Slope. El primero de estos se caracteriza por la aparición de tres picos sucesivos en la población, cada uno progresivamente más antiguo que el anterior. El patrón corresponde a una población en la que existe una clara mayoría de un grupo de edad en un momento dado, y esta mayoría progresivamente envejece causando un “pico” en la tendencia. Por el contrario, el modelo Slope, muestra una distribución por edad que se agrupa hacia los años más jóvenes, con una notable cola en los números de personas mayores. Normalmente esta es una característica de los países en desarrollo.

En adición, tratando de contextualizar lo anterior, Mihaijlovic y Colovic (2014), argumentan que las tendencias demográficas que impactan significativamente los flujos económicos mundiales son evidentemente a través del envejecimiento de la población, y la fuerte participación de las personas mayores en los países desarrollados se debe en opinión de Siegel (2001) al avance de la ciencia médica y por el aumento de la natalidad en los países en desarrollo. Por el contrario, la población que envejece tiene una gran influencia en la demanda turística. A esto hay que sumarle el hecho de que los jóvenes son ahora más proclives a alejarse del concepto de matrimonio o “formación de familia”, dedicando para sí mismo el ejercicio del ocio, la recreación y el turismo.

Los mismos autores sostienen que la población mayor de 60 años continuará avanzando a una tasa más rápida, lo que influirá en que la estructura de la sociedad experimente cambios significativos. En el mismo contexto se presentan además un par de fenómenos. Primero, en el corto plazo las personas mayores de 60 años tendrán suficientes recursos para demandar y gastar en viajes. Segundo, en el mediano plazo se debe considerar la posibilidad de que, en algunos países, las pensiones están entrando en procesos de reducción, lo que provocará también un cambio en la estructura de la sociedad que se trate.

Finalmente, el escenario esperado para el futuro tanto de la población como de los cambios en su estructura, es una visible tendencia al envejecimiento principalmente en los países desarrollados, y que por sus niveles de desenvolvimiento económico constituyen para el estudio del turismo una interesante veta operativa al ser considerados países emisores netos de turistas internacionales.

Ante esta prospectiva, resulta imperante que los estudios sobre el ocio, la recreación y el turismo deban considerar los probables impactos del cambio demográfico en el mundo y establecer una relación entre ambos asuntos a fin de que por el lado de la oferta se desarrollen productos/servicios que se adapten a las necesidades de un turismo de edad mayor, ya que éstos buscarán invariablemente significados más amplios para satisfacer experiencias más profundas. En este contexto, la educación jugará un importante y determinante papel en el éxito de los destinos/ productos, en el sentido de que las empresas deberán manejarse en la constante dinámica de la innovación y se adapten a las necesidades de sus consumidores. Por lo tanto, contar con una estructura de capital humano altamente calificado en un contexto en el que la cultura de la organización se instituye como el aprendizaje permanente, se tienen todos los elementos para crear y desarrollar conocimiento y habilidades que fortalezcan la operación tendente al logro de ventajas competitivas en un mundo de cambios muy vertiginoso en el ámbito de la era del conocimiento (Dwayer, et. al 2016).


Turismo, envejecimiento poblacional y Educación: conocimiento y competencias en el siglo XXI

Como un concepto estereotipado, el turismo en México emergió tratando de justificar su integración en el ámbito de la economía y la sociedad sustentado en el concepto de un prospecto contribuyente en la generación de divisas durante el proceso de industrialización a principios de la posguerra en 1950. Los requerimientos para el desarrollo de una actividad cuyo sustento es la movilidad entre países y relaciones entre personas, requiere de la apertura de espacios académicos, en los cuales se ofrezca la formación a nuevas generaciones de profesionales que atiendan bajo el concepto de la cultura de la gestión organizacional los requerimientos que a través de la calidez y la calidad satisfagan las demandas de ocio, recreación y turismo en el contexto del turismo nacional e internacional.

De Azebedo (1942), apunta que fue Emile Durkheim quien señaló y esclareció la naturaleza sociológica del fenómeno de la educación, al comparar los sistemas educativos examinados frente y a la luz de las organizaciones sociales. Mostró que fueron siempre la resultante de estados sociales determinados, y en armonía con ellos, porque cada uno de ellos, concretaba y verificaba el ideal que la sociedad en que se instituía se hacía del hombre, de lo

que debe ser, bajo el triple aspecto físico, intelectual y moral. Estableció las relaciones entre los cambios de la estructura social y las transformaciones de los sistemas escolares que acompañan a aquellos cambios, sentando las bases de la sociología de la educación y abrir a la exploración científica un nuevo y amplio campo de la investigación.

Airey (1998) sustentó que la interfaz entre la educación y la formación profesional en turismo está en el corazón de los problemas, desafíos y oportunidades para la educación y las carreras profesionales en el campo del turismo.

El actual desenvolvimiento de las sociedades enfrenta, por un lado, como lo sustentó Mannheim (1952), los cambios que se experimentan de manera natural, producto del ritmo biológico en la existencia humana, es decir, los factores de la vida y la muerte en un lapso de vidas limitado y el envejecimiento: los cambios en la estructura demográfica. Por otro lado, los retos se concentran en las reacciones de las artificialidades que la propia humanidad ha creado y desarrollado para sus propias necesidades. En palabras de Bunge (2013), la creación del mundo de los artefactos y el mundo de la cultura.

En este contexto, donde el turismo se concibe como disciplina de desarrollo profesional, conjuga un interesante papel como fenómeno social, y a la vez, su fenomenología es introducido en la vasija de la educación para ser estudiado y dotado de currículos como medios para la impartición del conocimiento. Ambos conceptos extienden una gran relación que en su propio espacio-temporalidad son regulados sistemáticamente por los procesos que se suceden en su propia cotidianeidad, es decir, por la dinámica de la demografía creando así una relación de interdependencia triangular.

Por un lado, el turismo a través de los currículos operados en las instituciones de educación superior forma profesionales de alta calidad que concentrados en una fuerza laboral responden a los requerimientos que la sociedad a través del ejercicio del turismo realiza en su libre movilidad en todo el mundo. Por otro lado, operativamente, el desenvolvimiento del turismo en el mundo se constituye en una interacción entre países emisores netos de turistas y países receptores netos. En su vertiente económica, la relación contribuye de manera significativa a las economías de los países anfitriones o receptores de turistas. Sin embargo, los cambios demográficos y las tendencias al envejecimiento son un factor de crecimiento acelerado en los países desarrollados, es decir, los cambios en la estructura demográfica de estos países,

sustentados en una mayor longevidad, plantean retos prospectivos que en largo plazo exigirán cambios significativos en la estructura de la oferta de los productos/servicios en los diferentes destinos, derivados de las nuevas necesidades de un turismo de edad avanzada.

En un análisis concreto, la Organización de las Naciones Unidas (2017) (ONU) indica que, en 2017, EEEUU suma una población total de 324.5 millones de personas, y Canadá por su parte reporta una población de 36.6 millones. La importancia de analizar la tendencia de dichos países se debe a que son los países que en mayor número y veces visitan a México en sus diferentes destinos, aun cuando la configuración total del turismo en México es mundial.

Por ejemplo, el estudio de la ONU (2017), indica que, en 2015, EEEUU contaba con una población total de 321.369 millones, de los cuáles, 14.9% tenían 65 años. La proyección para el 2050 se estima de una población total de 398.328 millones de personas y un equivalente de 22.1% de personas de edad mayor; poco más de 88 millones.

Por el lado de Canadá, las cifras de 2015 se establecían en una tasa de 17.7% de personas de más de 65 años sobre una población total de 35.1 millones. La prospectiva a 2050 sitúa al país con una población total de 41.136 millones, de los cuales, se estima que 26.3% sean personas de más de 65 años de edad.

En México, las cifras para 2015, situaban al país en 121.737 millones de habitantes, de los cuáles 6.8% segmentaban la edad de 65 años, y para 2050, la población total se estima en

150.568 millones de personas de los cuáles el 18% son personas de 65 años.

En un contexto en el que la competitividad es un factor para la supervivencia empresarial del sector en particular, el empuje y el jalón de las empresas se fundamenta en la búsqueda y desarrollo de nuevas formas de posicionamiento en el mercado, que apoyados en el avance de la ciencia, y rápido desarrollo tecnológico y la innovación como vehículos que conducidos por las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs), conjuguen un significativo papel en el desempeño gerencial y la calidad en los servicios sustentados en la práctica de nuevas estrategias de posicionamiento para el logro de ventajas competitivas.

Buttler(1999) y Morgan (2004) en Inue and Lankford (2006) establecen que la educación turística inició como un desarrollo de las escuelas técnicas vocacionales en Europa. Dichas escuelas enfatizaron la capacitación en competencias básicas como hotelería, administración hotelera y habilidades relacionadas con los negocios. El interés y la demanda de los sectores

públicos y privado impulsaron el rápido crecimiento de los estudios en turismo y el desarrollo de establecimientos de departamentos de viajes y turismo en las instituciones de nivel superior, además de las escuelas técnicas.

México no fue la excepción. La institución pionera de la educación superior en turismo fue el Instituto Politécnico Nacional (IPN) con la creación y desarrollo de la Escuela Superior de Turismo (EST) en 1974. A partir de esta década, el crecimiento general del turismo y la educación fueron modestos, seguido por un crecimiento acelerado en los años ochenta y noventa. Si bien en el primer periodo los planes y programas lograron satisfacer las necesidades nacientes y reales de la capacitación y la educación turística, actualmente vale la pena destacar que el crecimiento en la educación para el sector turístico mantiene una fuerte preocupación por la incongruencia entre las necesidades de la industria y la capacitación del personal para satisfacer sus diversas y dinámicas necesidades.

Se ha argumentado que los graduados no poseen las habilidades y actitudes necesarias para cumplir los requisitos de la industria (Airey, 2005).

Los debates sobre planes y programas de turismo en las instituciones de educación superior al parecer están centrados en la búsqueda de un equilibrio entre el enfoque vocacional de los alumnos y los académicos. En esta línea los planes y programas de estudio de turismo en la educación superior deberían primar en la vocación como el núcleo fundamental con los educadores para enfocarse a producir personal gerencial capacitado para el manejo de la industria.

El equilibrio de los aspectos vocacionales y liberales de la educación turística es fundamental para egresar un graduado integralmente formado. El equilibrio de ambas variables conduce al desarrollo de los estudiantes con educación, conocedores y responsables del desarrollo turístico, así como ocupacionalmente funcionales en el turismo (Lewis, 2005).

Originado en las escuelas de formación técnica en Europa como resultado de la necesidad percibida de los trabajadores capacitados, el currículo de turismo ha estado dominado por un enfoque de habilidades ocupacionales específicas. El crecimiento de estos programas en la educación superior ha sido impulsado por la evolución de la industria turística. Busby (2003) ha señalado que las pasantías y los aprendizajes en la industria, así como los temas académicos estrechamente relacionados con las necesidades específicas en el sector, como comercialización o

mercadotecnia; finanzas; administración; y recursos humanos, mejoran el desarrollo y la competencia de los estudiantes. En este sentido, las escuelas han desarrollado fuertes conexiones con la industria como resultado de pasantías y educación específica de la industria. Los beneficios se observan en estudiantes más aptos para el empleo, con conocimiento de gestión, experiencia y habilidades interpersonales, perfiles todos que les abren una amplia expectativa de alta empleabilidad, resultado de su vocación profesional. Tribe (2001) argumenta también que las pasantías aumentan la capacidad de los estudiantes para reflexionar críticamente sobre el desarrollo del turismo.

En México, los debates sobre planes y programas en las instituciones de educación superior públicas de formación turística, se encuentran hoy en un evidente desequilibrio, producto de la cada vez más baja asignación presupuestaria que el gobierno federal canaliza a las instituciones educativas del Estado como el caso particular del IPN, y en consecuencia de la EST. El análisis y pertinencia para el desarrollo de un modelo híbrido de currículo para ser aplicado en los centros de educación superior público de turismo representa un gran reto para todos debido fundamentalmente al crónico padecimiento de sus problemas estructurales, mismo que deja a la educación superior en turismo fuera de la concreción de un proyecto educativo, además de que en principio, la matrícula de estudiantes en turismo no está fundamentada en la vocación de cada aspirante, sino en una especie de examen de competencias que pasa sobre la vocación profesional de cada estudiante. Como todos los años, desde hace poco más de una década, la demanda de un lugar en las escuelas públicas de nivel medio superior y superior en la Ciudad de México enfrenta la terrible insuficiencia de la capacidad instalada de las universidades e institutos públicos debido a que el gobierno federal no ha construido un solo salón desde la supuesta privatización de la educación, que en realidad consistió en abrir los candados a todas aquellas instituciones de bajo reconocimiento académico para que entraran a la participación de

la creciente demanda del mercado de la educación media superior y superior en el país.

En el ámbito de la educación pública, el paliativo del Estado-gobierno consiste en aplicar un examen general de conocimientos de nivel medio superior y superior, en el cual participan todos los aspirantes a un lugar en el sistema público educativo, de tal suerte que estudiantes provenientes de unidades de nivel medio superior especializados en ciencias exactas, ciencias biológicas, ciencias sociales, etc., en el mejor de los casos, dependiendo del puntaje obtenido en

muy pocas veces obtendrán un lugar en el centro de estudios superiores de su elección en base a su vocación. Es decir, aun cuando un bajo porcentaje de los aspirantes logra obtener un lugar, un alto porcentaje de estos obtienen un lugar en una escuela diferente al de su vocación; aspirantes especializados en ciencias exactas en lugar de cursar un programa de ingeniería o físico- matemático pueden ser enviados a estudiar un programa en ciencias biológicas, administración, contaduría, turismo, u otro diferente al de su vocación.

El resultado de este sistema de integración a la educación superior pública ha reproducido, por un lado, un complejo mercado de intercambios de boletas de aceptación entre los aspirantes, incluso con la autorización de la propia institución, en el caso del Politécnico, situación que muy probablemente dada las necesidades de cada aspirante corre con el riesgo de convertirse en un mercado negro de intercambio donde prime el carácter económico. Por otro lado, el mismo sistema produce en un primer estadio, un significativo índice de deserción de los estudiantes que no ven satisfechas sus expectativas de vocación profesional. En un segundo reflejo, el más deplorable quizás, conduce que al final, los egresados de una licenciatura, incluso como la de turismo, se empleen en actividades diferentes a la de su formación profesional.

Hasta aquí la triangulación en estudio, presenta por un lado efectos actuales y consecuencias en el futuro.


Conclusiones

Es evidente que los problemas estructurales que aquejan en la actualidad a instituciones formadoras de profesionales en turismo como la EST-IPN, estén lanzando al mercado profesionales de muy baja calidad, incluso, en algunos casos profesionales inconformes con lo que hacen. Por otro lado, la falta de comunicación entre la academia y el sector productivo turístico, conducen al desarrollo de un mercado de baja calidad, y de muy baja retribución, lo que puede empujar a que en el mediano y largo plazos el concepto de competitividad sea solo un slogan en el mercado turístico de México.

El equilibrio entre los aspectos vocacionales y liberales de la educación turística es fundamental para egresar un graduado integralmente formado. La proporción entre ambas variables conduce al desarrollo de los estudiantes con educación, conocedores y responsables del desarrollo turístico, así como ocupacionalmente funcionales en el turismo (Lewis, 2005)

En esta línea los planes y programas de estudio de turismo en la educación superior deben primar en la vocación como el núcleo fundamental con los educadores para enfocarse a producir personal gerencial capacitado para el manejo de la industria.

Así, en congruencia con los cambios demográficos y las tendencias al envejecimiento poblacional que son evidentes e irremediables, los movimientos de personas de país a país por motivos de ocio, recreación y turismo continuarán a través del tiempo, por lo que existe permanentemente la necesidad de formar profesionales altamente capacitados para desarrollar productos turísticos innovadores y capaces de hacer frente a los desafíos que el propio contexto social, ambiental y demográfico exijan a los proveedores de servicios turísticos en México y en el mundo.


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Notas


1* Dato estimado sobre el resultado de enero-octubre de 31,645.9 por el índice de crecimiento medio de dos meses equivalente a factor 1.2359.