Mujeres indígenas migrantes: violencia vivida en García, N. L. Indigenous migrant women: violence lived in García, N.l.

María Luisa Martínez Sánchez1


Resumen: El presente trabajo es resultado del análisis del discurso de 19 mujeres indígenas migrantes que participaron en dos grupos focales para un estudio diagnóstico sobre la violencia que ellas viven en el citado municipio. Se incluyen aquí las percepciones que las propias mujeres tienen sobre desigualdad de género, violencia familiar, violencia en el trabajo, violencia social y violencia en sus barrios. Entre los resultados se aprecian dificultades de moverse entre dos espacios culturales distintos: sus comunidades de origen y las nuevas formas de vida en las que intentan insertarse.


Abstract: This study is the results of two focal groups where 19 indigenous migrant women talk about their perceptions, their opinions and their life experiences about gender inequality, familiar violence, violence at work, social violence, discrimination and violence in their neighborhoods. Among the results, there is possible to conclude that they are between two different cultures, and they have learn to live in both of them: their original communities and the new community where they try to get a new way of life.


Palabras clave: Mujeres; migrantes; indígenas; violencia de género


  1. Metodología

    Para este estudio cualitativo, el enfoque metodológico ha sido la fenomenología, dado que sus premisas se orientan a la percepción de las personas en la expresión de sus palabras. Se considera que las palabras de las informantes son la imagen del mundo vivido por ellas, por la acumulación de sus experiencias. La otra premisa de la fenomenología se refiere al contexto en que viven, en este caso, las mujeres entrevistadas puesto que «la existencia humana es significativa e interesante, en el sentido de que siempre estamos conscientes de algo, por lo que la existencia implica que las personas están en su mundo y sólo pueden ser comprendidas dentro de sus propios contextos. De esta forma los comportamientos humanos se contextualizan por las


    1 Doctora, Sociología, Universidad Autónoma de Nuevo León. Líneas: mujeres, migración, capital social. Mluisa_martinez_1999@yahoo.com

    relaciones con los objetos, con las personas, con los sucesos y con las situaciones» (Morse, J. – Richards, L. 2002: 86).

    El análisis del discurso social-hermenéutico es la técnica utilizada para el tratamiento de los datos en este trabajo. Trata de llevar a cabo una «reconstrucción del sentido de los discursos en su situación –macrosocial y microsocial– de enunciación, con el objetivo de encontrar un modelo de representación y de comprensión del texto concreto en su contexto social y en la historicidad de sus planteamientos, desde la reconstrucción de los intereses de los actores que están implicados en el discurso» (Alonso, L. 1998: 188).

    Cada historia es diferente e irrepetible, con sucesos específicos en la vida de cada mujer. Por ello los discursos también presentan particularidades dentro de las regularidades del marco general común. Para comprender e interpretar lo que dicen las mujeres sobre sí mismas a partir de su formación, sus experiencias y su vida cotidiana, ha sido necesario no sólo escuchar y registrar sus palabras con respecto a la temática que nos ocupa sino tratar de situar a las palabras de cada una de las mujeres en un espacio imaginario, es decir, quién dice qué; cómo lo dice y en qué lugar está situada cuando dice lo que dice. La metodología, por lo tanto, es reductiva y con

    apoyo del análisis de discursos y de temas específicos. En síntesis, la metodología es cualitativa, la técnica el grupo focal y los datos serán interpretados vía el discurso social-hermenéutico.

    El presente trabajo es un estudio diagnóstico sobre la situación de violencia de género realizado en el Municipio de García, N. L., utilizando la técnica de grupos focales y con la participación de 19 mujeres indígenas entre 16 y 46 años, divididas en dos grupos, se revisaron dimensiones como la desigualdad de género, el cuidado de sí, la violencia familiar, la violencia en el trabajo y el conocimiento sobre las instancias que brindan prevención y atención de la violencia en la entidad. La violencia laboral padecida por las mujeres indígenas que trabajan fuera del hogar y la narrativa de episodios de discriminación que ellas viven por parte de sus vecinos mestizos son hallazgos de este trabajo que han de considerarse en el diseño de programas de política social.

  2. Análisis de los datos


  1. Desigualdad de género

    A pesar de los cambios sociales, económicos y políticos mundiales, la sociedad mexicana se sigue sosteniendo en la organización familiar tradicional, donde los roles están definidos de acuerdo al género y las divisiones del trabajo claramente delimitadas: el hombre, proveedor, se mueve en la esfera pública y la mujer es responsable de la esfera privada, donde se realizan las funciones de reproducción y la economía del cuidado. En palabras de Martínez (2007:27)


    “… en toda sociedad hay una división de actividades de sustentabilidad: por un lado

    hay un sistema productivo donde los bienes y servicios son producidos para su venta en el mercado y cualquier actividad en esta esfera es valuada en términos de costo y precio. Pero hay otra esfera, que es la familia, donde se lleva a cabo la reproducción del sistema en la cual las mujeres están tradicionalmente a cargo de actividades no pagadas de cuidado, nutrición y labores domésticas”.


    En el caso del grupo de mujeres indígenas migrantes, todas ellas con pareja, se refleja, en sus palabras, esta tradicional división del trabajo, con los roles sociales de género tal como se han descrito. Sin embargo, en las palabras de las participantes es posible deducir que existe una división con ciertos rasgos de flexibilidad entre las labores consideradas propias de las mujeres y las de los hombres. Al parecer ellas se mueven al mercado laboral cuando se requiere y producen en casa artículos que venden para colaborar al gasto familiar y también los hombres cuando no trabajan ya sea por desempleo o por enfermedad, ellos se quedan en casa realizando las labores domésticas, incluso la preparación de alimentos.

    Al planteamiento de si perciben desigualdad de género en el trato que tienen en sus comunidades, con respecto a los hombres, ellas se remontan a sus comunidades de origen y expresan:

  2. Violencia familiar

    La violencia familiar es una de las variables que había que incorporar en este trabajo, dada la intención de reflejar la vivencia de las mujeres migrantes en un espacio que aun cuando les era ajeno, empieza a ser el suyo una vez que algunas de ellas han tenido ya hijos e hijas en Nuevo León. Lo que pudo apreciarse en esta conversación fue la resistencia de hablar sobre la violencia con respecto a ellas mismas y era mucho más fácil para ellas hablar de la violencia vivida por sus conocidas o familiares, sin descartarse la posibilidad de que alguna o varias de ellas estuviesen proyectando su propia vivencia.

  3. Violencia en el trabajo

    La mayoría de las mujeres participantes en el grupo focal no tienen un trabajo formal. Sin embargo en sus comentarios ellas mismas describen algunas participaciones como actividades laborales, como las que se encuentran a continuación:

  4. Culturas distintas

    Las mujeres indígenas migrantes que han llegado a García, N. L., algunas de ellas ya con hijas de la siguiente generación, se mueven continuamente entre dos culturas distintas, la de su origen y a la que pretenden integrarse. Ellas se han acostumbrado a entender los significados y valores importantes en cada una de sus dos culturas y transitan entre una y otra de manera natural. Sin embargo no deja de haber conflictos en el caso de matrimonios formados por un-a indígena y un- a no indígena. He aquí sus percepciones.

    Al preguntarles cómo las tratan en sus comunidades de origen cuando van de visita, una de ellas menciona:

  5. Capital social

    El capital social ha sido ampliamente estudiado y entendido como “el agregado de los recursos reales o potenciales ligados a la posesión de una red social duradera de relaciones más o menos institucionalizadas de mutuo apoyo y reconocimiento –o en otras palabras, a la membresía de un grupo que provee a cada uno de sus miembros con el respaldo de la colectividad…” (Bordieu, 1986:249). En este caso se trata de un origen étnico compartido entre varios grupos indígenas que se reconocen a sí mismos como semejantes y con una solidaridad que se acentúa en la convivencia como grupo en un lugar que les es extraño, como el municipio de García, N. L. Al preguntarles a las mujeres a quien acuden cuando tienen una necesidad, ellas responden:

  6. Violencia social o discriminación

    La violencia social es uno de los problemas que más se les presentan en la vida cotidiana, en su trato con las demás personas no indígenas que las rodean. A este respecto, ellas dicen:

  7. Violencia en las calles

    Además de los diversos tipos de violencia que viven las mujeres indígenas migrantes en García, Nuevo León, al preguntarles sobre la seguridad en sus colonias, al unísono contestan:

  8. Trata de personas

    Tanto los grupos de migrantes centroamericanos que cruzan por nuestro país, como los propios migrantes indígenas mexicanos están expuestos a ser presa del crimen organizado. De manera espontánea, en el grupo se expusieron dos casos, que son los siguientes:

A la pregunta directa sobre lo que ellas creen que les hace falta de parte de las instituciones, ellas respondieron:


Conclusiones preliminares

La violencia es un grave problema social en la actualidad, en todos los ámbitos de la vida humana. En este trabajo se ha pretendido tener un acercamiento a la violencia que las mujeres indígenas migrantes viven en el Municipio de García, Nuevo León. Y sus voces se han plasmado a lo largo del trabajo y con sus palabras es posible concluir, con respecto a la desigualdad de género, fuera de que en sus comunidades de origen se considere que una mujer “vale una vez”, refiriéndose a la virginidad, y que sus padres prefieren tener hijos varones, los roles asignados son similares a los del resto de nuestra sociedad. Sin embargo se percibe en ellas una mejor disposición a la doble jornada del trabajo si es necesaria su participación y al parecer, si esto

ocurre, hay una colaboración en la ejecución de las labores domésticas.

Con respecto a la violencia familiar, ellas prefieren hablar en tercera persona, de otras que no son ellas mismas, antes de que compartan sus propias vivencias al interior de sus hogares. El miedo es sin duda una constante en la vida de las mujeres: miedo por lo que les pase a ellas mismas, miedo por amenazas hacia sus familiares, miedo por la capacidad de cochecho y soborno, miedo a la impunidad y miedo a la doble violencia que reciben cuando denuncian.

El trabajo que realizan fuera del hogar no es formal, es por días, dos o tres a la semana, en los cuales concilian sus labores domésticas con los horarios escolares de sus hijos. Ellas sufren discriminación en su trabajo, carecen de los servicios mínimos de prestaciones sociales y viven abusos por parte de sus patrones, con bajos sueldos y exceso de trabajo.

La combinación entre la cultura de origen y en la que ahora tratan de integrarse les obliga a transitar entre unas y otras demandas sociales de manera práctica, sin complicarse por estar en una u otra esfera cultural, demostrando con ello un alto grado de adaptabilidad a las circunstancias que tienen que enfrentar en la vida cotidiana.

La violencia social y la discriminación son constantes en sus intercambios con los otros grupos de colonos. Se sienten menospreciadas, ofendidas con palabras como “chiriguilla” y otros términos peyorativos por parte de sus vecinos. Perciben que la sociedad nuevoleonesa en general no admite bien a los y las migrantes sino que les culpan de las situaciones de desventaja que se agudizan en el tiempo. El trato que reciben por parte de las instituciones, por los servidores públicos en general es de menosprecio y de humillación.

Ellas y sus familias se mueven en un espacio carente de toda seguridad en las calles, en las escuelas y en sus propios hogares, recibiendo acoso hasta de los propios guardianes del orden. La última respuesta que dan a la pregunta lo dice todo: ¿Qué les hace falta por parte de las instituciones? Un milagro para que nos hagan caso, porque hasta ahorita nadie puede hacer nada, nadie. Ellas se sienten en abandono total.


Referencias bibliográficas

Alonso, Luis Enrique, 1998. La mirada cualitativa en sociología. Editorial Fundamentos, Madrid. Bordieu, Pierre, 1985. The Forms of Capital, pp. 241-258, en John G. Richardson, Handbook of

Theory and Research for the Sociology of Education, Greenwood, New York.

Durin, Severin, 2011. Tendencias sociodemográficas de la población indígena en Nuevo León (1970-2010). Escritos Sociológicos, Año 5, número 7, julio-diciembre. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Nuevo León, pp. 12-21.

Morse Janice – Richars, Lyn, 2002. Readme First, for a User’s Guide in Qualitative Methods, Thousand Oaks Press, London.

Szas, Ivonne, “La perspectiva de género. Estudio de la migración femenina en México”, en Brígida García. Mujer, género y población en México, COLMEX, México, 2000.