Introducción general

Estudios de Género: feminismos y temas emergentes


Oresta López Pérez (COLSAN) María Luisa Martínez Sánchez (UANL) Esperanza Tuñón Pablos (ECOSUR)

Coordinadoras


Las ponencias recibidas en este VI Congreso Nacional de Ciencias Sociales, confirmaron la pertinencia de la elección de las temáticas de la convocatoria del “Eje 10. Estudios de Género: feminismos y temas emergentes” toda vez que abordaron los debates actuales sobre los feminismos y las violencias de género, así como novedosas aproximaciones a fenómenos y actores que interactúan con las políticas públicas asociadas a la erradicación de la violencia y a la construcción de escenarios favorables a la igualdad de género. Los temas presentados en el Congreso y los textos reunidos en este volumen de Memorias dan cuenta de la agenda académica de género y de los retos que se enfrentan hoy para lograr intervenir, tener impacto y contribuir a erradicar la condición subordinada de las mujeres en nuestra sociedad. Podemos afirmar por ello que los lectores de este volumen entrarán a un mundo de estudios inéditos así como de debates abiertos y recientes en la academia. Las ponencias que conformaron el Eje 10 “Estudios de Género: feminismos y temas emergentes” abordaron una gran cantidad de campos temáticos, destacándose los temas de violencia, educación, trabajo, cultura, nuevas tecnologías y pobreza. A continuación presentamos una semblanza de ellos.

Si bien la educación es un tema recurrente en los estudios de género, en el VI Congreso Nacional de Ciencias Sociales se hicieron presentes problemáticas específicas y estudios recientes sobre temas cómo, entre otros, la caracterización de los espacios de socialización, la violencia en las instituciones de educación superior, la configuración de género en infantes de preescolar y los retos que plantean los programas de tele bachillerato comunitario para jóvenes rurales. Así mismo se debatió en torno a lo que implica la formación con perspectiva de género, la propuesta de que se visibilice la discriminación y las prácticas sexistas en la educación, las brechas y sesgos de género presentes en la consolidación de la carrera científica y los rezagos laborales en el ámbito educativo que tiene que ver con las desigualdades de género que se

reflejan también en la estratificación social.

Las ponentes y los manuscritos publicados en este volumen de Memorias dan cuenta también de la preocupación que genera el que en las universidades no se vislumbran acciones eficaces para incorporar la perspectiva de género. Esta ausencia fue denunciada tanto en las funciones sustantivas como en los procesos académicos cotidianos que ayudarían a sumar esfuerzos para lograr los cambios culturales necesarios para una vida social colectiva más igualitaria. La transversalidad del género en las instituciones de educación superior es una de las propuestas que, si bien se trabaja en nuestro país, requiere del compromiso de las y los actores en la toma de decisiones para agilizar el trayecto y logro de este gran objetivo.

La situación de las mujeres en los mercados laborales fue otro tema que se discutió destacando la permanencia de la precariedad laboral, el menor salario que las mujeres perciben y el no reconocimiento del importante papel del trabajo de cuidados que las mujeres normalmente desarrollan sin pago. Este tema, aunado al de las mujeres en los espacios rurales y las condiciones de vida de las mujeres indígenas fueron también abordados durante el congreso. En éstos destacan, por un lado, múltiples estudios de caso en municipios y comunidades que han sido protagonistas de situaciones problemáticas y que son también ejemplo de acciones colectivas de lucha de las mujeres en estos espacios y, por otro, estudios donde la participación de las mujeres en actividades productivas en agricultura comercial han logrado importantes transformaciones en el entorno familiar. El análisis de la importancia de las mujeres en las fiestas tradicionales de las comunidades indígenas y en la preservación de sus culturas fue otro tópico de interés en este eje temático.

Temas emergentes como la disputa en el uso y la apropiación espacial de género en lugares antes delimitados a los varones o a grupos específicos, muestra también que la importancia de la dinámica del cambio social continúa captando el interés de quiénes nos dedicamos a la cuestión social. El costo que no pocas veces tiene para las mujeres su participación en espacios tradicionalmente asignados a los hombres y el respeto irrestricto y efectivo de sus derechos humanos continúa también preocupando en los estudios sobre las dobles jornadas laborales, la economía del cuidado y la estigmatización de su presencia en la sociedad como “el segundo sexo”, a manera de destino. “No nos tratan igual” es una frase que aparece reiteradamente tanto en los testimonios que las colegas analizan en sus ponencias, como en las

voces de las propias participantes en el congreso ante las condiciones de vida en su cotidianidad.

De aquí que la discusión generada acerca de las estrategias de afrontamiento de las mujeres indígenas, de las experiencias sobre prácticas políticas feministas en colectivos de empleadas domésticas y el derecho al pleno ejercicio de la sexualidad y la educación, son temas que oscilan entre las condiciones aún limitantes de las mujeres y la emergencia de su empoderamiento que se asoma y se percibe como un viento fresco en el horizonte. La conjunción de abordajes teóricos que intentan a pasos agigantados alcanzar a explicar las miradas desde lo empírico, convierte el espacio de los Congresos de Ciencias Sociales en un diálogo integrador, en una fiesta que contesta interrogantes y que abre nuevas perspectivas sobre los problemas de siempre y que, al mismo tiempo, permiten abordar los temas emergentes que, como puntas de icebergs, los sujetos viven en su cotidianidad y en una dinámica dialéctica y sin fin en la que la historia de la sociedad debe continuar.

Otro tema recurrente de análisis en el congreso se refiere a la emergencia de la violencia hacia las mujeres. Si bien desde los años 70 del siglo pasado, México ha venido suscribiendo la promulgación de nuevas leyes y más recientemente la incorporación transversal de la perspectiva de género, misma que quedó establecida como estrategia global para avanzar hacia la equidad en la Plataforma de Acción adoptada en la Cuarta Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la mujer, celebrada en Beijing, en 1995 y de que la violencia de género quedó definida en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en 2007, esta problemática ha venido en ascenso en todo el país. Si bien la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) ha avanzado en describir y clasificar los tipos y modalidades de violencia existentes, la preocupación por la prevalencia de la violencia emocional, psicológica, económica, física y sexual hacía las mujeres ocupa un lugar central en la actividad académica y militante de las mujeres.

En las ponencias presentadas sobre el tema podemos advertir el dominio de las académicas de los conceptos y nuevos lenguajes para reconocer la violencia de género, poniéndola a revisión en diversas entidades del país, en los espacios intrafamiliares, de pareja, en la comunidad, en las escuelas y en el ámbito laboral, de la política, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías como el internet, entre otros. Las ponencias develan que, a casi tres décadas, apenas podemos advertir débiles avances en las políticas públicas y grandes retos para

desnaturalizar este fenómeno, tanto en la comunidad como en el estado y sus instituciones. Lo anterior pone de manifiesto el desafío de lidiar en políticas públicas con la comprensión de la dimensión estructural y cultural de la violencia directa que vemos y vivimos en la vida cotidiana.

Los estudios presentados en este volumen se refieren a violencias de género muy diversas que van desde los estudios de violencia de pareja, hasta los que abordan la violencia extrema y feminicida. Varias ponencias, al abordar el acoso en las universidades, visibilizan el reto que se enfrenta en la educación superior para desnaturalizar las violencias cotidianas y para construir marcos de acción y de prevención. Así, nuevos problemas y nuevas voces de comunidades epistémicas específicas, que apuestan a las metodologías de la interseccionalidad de género, buscan cada vez más cruzar variables, trabajar con nuevos grupos demográficos y generar nuevas hipótesis y preguntas de investigación al utilizar categorías como la etnia, las adicciones o la marginalidad. Así mismo, la geografía de la violencia a la que nos refieren las ponencias presentadas en el Congreso y algunos de los textos de estas Memorias, abarca diferentes regiones del país: Tlaxcala, Guanajuato, Tabasco, Hidalgo, Quintana Roo, Chiapas, Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, San Luis Potosí, Durango y Coahuila, entre otros.

Cabe señalar que en las ponencias aparece cada vez más un tratamiento complejo de la violencia de género, particularmente en los estudios sobre la violencia extrema y feminicida, y se percibe un mayor expertise conceptual, manejo de estadísticas, marcos jurídicos y conocimiento crítico que cruza categorías tendientes al diseño de políticas públicas. Asimismo, atendiendo a la complejidad del fenómeno de la violencia de género, se aprecian esfuerzos por articular otras categorías como la de clase, raza, edad y las asociadas a las particularidades que viven las mujeres en los procesos de migración, la violencia política, las violencias derivadas de las afectaciones al medio ambiente, la violencia obstétrica a la que son expuestas y las violencias que esclavizan a las mujeres que han sido víctimas del tráfico de personas con fines de explotación sexual.

Sin duda, los estudios que analizan al cuerpo como categoría, constituyen campos fértiles de nuevas ideas y preguntas de investigación. En torno a este ámbito, en el congreso se presentaron interesantes ponencias y debates sobre, por ejemplo, las prácticas de las nuevas masculinidades enunciadas en la danza, los stripers y la lucha libre; el estudio de las percepciones de las sociedades norteñas sobre la violencia homofóbica y transfobia; y las miradas cualitativas

y narrativas de las experiencias de convivencia de la homosexualidad masculina y femenina. Abordajes como los anteriores responden a fenómenos sociales que anteriormente poco se exploraban y que ahora se enuncian con mayor libertad y precisión teórica. Lo mismo sucede con estudios que abordan nuevas formas interrelacionales entre portadores de VIH, o prácticas poco estudiadas y polémicas como el cuting o el sadomasoquismo, que hoy son estudiados con mayores herramientas conceptuales que, a su vez, permiten la comprensión de la construcción cultural en torno a los cuerpos sexuados. Así, hoy aparecen nuevas agendas de investigación y la emergencia de agencias de sujetos que apenas tenían voz en la antropología médica y los estudios sociológicos. Todos estos trabajos, sin duda, constituyen un abanico interesante, diverso y complejo, al tiempo que ofrecen grandes posibilidades analíticas para comprender la cultura de género, la emergencia de la violencia y las diversas sexualidades actuales.

La autodefinición de muchas de las ponentes, en su mayoría mujeres, como investigadoras que se adscriben de algún modo a los estudios y movimientos feministas, es otra de las características de las participantes en el Congreso y en estas Memorias. Muchas de ellas se presentan como activas impulsoras de redes de mujeres y colectivos feministas, lo que muestra un incremento en la producción de conocimiento crítico posicionado, así como el desarrollo de un conocimiento aplicado que rebasa las prácticas tradicionales de producción de conocimiento en la academia y que tiene, por su vínculo con las demandas sociales, un claro interés en interpelar al patriarcado y construir políticas públicas que permitan mejorar las prácticas de las instituciones en torno a la atención y prevención de la violencia basada en género, así como en hacer efectivo el cumplimiento de la institucionalización de la perspectiva de género en muy diversos y variados campos.

Cabe decir que las ponencias y textos publicados en estas Memorias hacen también aportes de diverso alcance: desde el ámbito teórico y epistémico con miras a atender debates teóricos, hasta otros que sistematizan experiencias de luchas de la sociedad civil y de los colectivos feministas, o aquellas otras interesadas en producir datos locales de la condición de género para plantear estrategias de resistencia y de trabajo cotidiano, en dialogo o en tensión con las políticas públicas, para lograr avances en la erradicación de la violencia y en la búsqueda por superar la condición subordinada de las mujeres en nuestro país y sociedad.

Esperamos que las y los lectores de este volumen de las Memorias de VI Congreso

Nacional de Ciencias Sociales, referido a las ponencias del Eje 10 “Estudios de Género: feminismos y temas emergentes” disfruten su lectura, encuentren elementos para cuestionar la normalización de las normas hegemónicas de género que dominan en nuestra sociedad y se sumen a las múltiples luchas y alternativas que las mujeres diseñamos para reivindicar nuestros derechos humanos y nuestra valía en la vida social.