Participación ciudadana, actor social emergente en el desarrollo de movimientos sociales en Baja California: El movimiento por la defensa del agua en Mexicali


Citizen participation, emerging social actor in the development of social movements in Baja California: The movement for the defense of water in Mexicali


Lya Margarita Niño Contreras1, Norma García Leos2 y Diana

González Ochoa3


Resumen: Este trabajo es parte de un proyecto de investigación en desarrollo del movimiento por la defensa del agua en Mexicali, Baja California. Metodológicamente basamos nuestro trabajo en el análisis cronológico del movimiento, manifiestos, comunicados y aplicación de entrevistas semi-estructuradas a líderes y participantes del movimiento.


Abstract: This work is part of a research project in development of the movement for the defense of water in Mexicali, Baja California. Methodologically, we base our work on the chronological analysis of the movement, manifests, communiqués and the application of semi-structured interviews to leaders and participants of the movement.


Palabras clave: participación ciudadana; actor social emergente; movimientos sociales; Mexicali; Baja California; agua.


Introducción

El presente trabajo pretende contribuir a enriquecer la reflexión sobre los movimientos sociales como expresión de la participación ciudadana, colectiva e individual; como manifestación de una ciudadanía que en franca posición de desventaja respecto al poder hegemónico –económico, político y/o cultural- se ve forzada a tomar como espacio de actuación, como lugar de socialización y de representación, la calle. La mayoría de los movimientos sociales son


1 Dra. en Ciencias Sociales, Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Autónoma de Baja California. Género y migración. lnino@uabc.edu.mx.

2 CM en Educación, Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Autónoma de Baja California. Movimientos sociales, Género, Desarrollo sustentable. nleos@uabc.edu.mx.

3 Maestra en Estudios Socioculturales, Facultad de Cs. Soc. y Pol., Universidad Autónoma de Baja California. Migración/Deportación de mujeres. dianaglez8a@hotmail.com.


manifestación de una insatisfacción social que de igual forma exige mejoras en las condiciones materiales de existencia, como ejerce el derecho a tomar la palabra para ofrecer su propia versión de los acontecimientos políticos y sociales. Esta manifestación pública se convierte en el último recurso de todos aquellos colectivos que han visto excluidas sus demandas de los procesos políticos institucionales y que toman las calles para convertirse en la voz no oficial del descontento social; al mismo tiempo, ante una ciudadanía carente de cultura política estos movimientos se convierten en espacios de formación y participación que han sustituido la función que en este sentido tanto estado, como medios de comunicación y partidos políticos han dejado de hacer, por distintas causas.

En enero de 2017 en Baja California, junto al descontento por el repentino gasolinazo estalló otro conflicto de mayor urgencia: el de la defensa por el agua y la oposición a diversas obras y leyes del gobierno estatal. Durante diciembre de 2016 el gobierno del estado pretendía aprobar a puerta cerrada una Ley del Agua que se proponía privatizar el servicio y aumentar las tarifas, entre otras medidas que no fueron bien recibidas por diversos grupos sociales.

En medio de esta situación surge un movimiento ciudadano aparentemente autónomo, autodenominado Mexicali Resiste, que inicia a principios del 2017 la oposición contra varios proyectos del gobierno estatal que perjudican a la población; formado por ejidatarios, sociedad civil, maestros, pensionados, activistas, abogados, académicos y otros actores centrales de la sociedad de Mexicali (se comenta que incluso empresarios locales).

Desde nuestro punto de vista, Mexicali Resiste y sus participantes pueden ser un gran ejemplo del inicio de una serie de conflictos sociales vinculados al acceso y distribución del agua, corrupción, opacidad y abuso de autoridades que podrían multiplicarse en el país.

Este trabajo es parte de un proyecto de investigación en desarrollo, metodológicamente basamos nuestro trabajo en el análisis cronológico del movimiento, manifiestos, comunicados y aplicación de entrevistas semi-estructuradas a líderes y participantes del movimiento.


¿Que son los movimientos sociales?

Mucho se ha escrito sobre movimientos sociales, al respecto Ibarra (2005) nos dice que en un primer intento de delimitación y, por sentido común se excluye de dicha denominación a aquellos grupos, asociaciones o simplemente actividades colectivas, cuya única pretensión consiste en


ocupar el ocio mediante actividades de juego, deportivas, artísticas, culinarias.

Francisco Paloma (2002) señala que un movimiento social es una voluntad expresada por colectivos e individuos situados en una posición subalterna respecto al poder hegemónico – económico, político y/o cultural–, cuyo espacio de actuación preferido –pero no exclusivo– como lugar de socialización y de representación es la calle; esto es, el ámbito extrainstitucional y que son expresiones colectivas de una voluntad consciente de intervenir en el proceso de cambio social.

Es así que dicho autor, asevera que las perspectivas analíticas sobre los movimientos sociales pretenden algo más “importante”; algo que tiene como objetivo la transformación social, en el sentido más amplio posible del término.

Sin embargo para este mismo autor no todos los movimientos sociales buscan el cambio social, en este sentido señala que los movimientos sociales intervienen para promover, impedir o neutralizar los efectos de un cambio social fundamental, por lo que los objetivos de algunas organizaciones de movimientos sociales pueden no favorecer un modelo “emancipador universal”, como plantean el ecologismo político, el pacifismo, el feminismo, el socialismo, el antirracismo, el nacionalismo cívico o la solidaridad internacional, sino conservar lo establecido (legal y/o convencionalmente) o, incluso, regresar a un pasado “idealizado” en términos restrictivos, como evidencian el movimiento neofascista que recorre últimamente toda Europa abanderando la lucha contra la “pérdida” de los derechos nacionales sólo para los nacionales, o como los movimientos reaccionarios antiecologistas en Estados Unidos.

Los movimientos sociales viejos, nuevos o novísimos, se han caracterizado como una forma colectiva de expresar el “poder de la calle” frente a las autoridades estatales y/o frente a otros actores de la sociedad civil –por ejemplo, los empresarios, los terratenientes, etc.–, en tanto recurso último de todos aquellos colectivos sociales que han visto sus demandas excluidas del proceso político institucional, así como una manifestación pública sostenida de una insatisfacción social que puede exigir mejoras en las condiciones materiales de existencia (derechos sociales y políticos) y/o que puede ejercer activamente el derecho a “tomar la palabra” para articular una narrativa específica, efectiva y alternativa a lo comúnmente aceptado de la vida social (identidad cultural).

Otro aspecto importante en torno a los movimientos sociales es su dinamismo, como


podemos ver en el siguiente cuadro, a través del tiempo, su conceptualización así como objetivos se han venido transformando. Para ilustrar lo anterior retomamos la tipología de Ibarra.



Familias de los movimientos sociales


Viejos

Nuevos

Novísimos

Antiglobalización

Objetivos

-M. obrero: intereses y emancipación de la clase trabajadora

-

M.nacionalistas: identidad y autogobierno nacional

-M.

ecologista

-M.

feminista

-M.

pacifísta

-M.

libertad orientación sexual

-

M.derechos civiles

-Solidaridad y cooperación internacional

-

Antirracismo

-Apoyo grupos marginales

Confluencia diversos movimientos, contra efectos “negativos” globalización económica, política y cultural

Surgimiento

Inicio del siglo XIX

Década de

los sesenta (s.XX)

Década de

los ochenta (s.XIX)

Finales década de

los noventa (s.XX)

Fuente: (Ibarra, 2005:81)


Denominados “viejos’ movimientos sociales, a aquellos que surgen en el siglo XIX, son fundamentalmente el movimiento obrero y, en cierta medida, algunos movimientos nacionalistas. El movimiento obrero tenía y tiene como pretensión la defensa de los intereses de los trabajadores y los movimientos nacionalistas buscan defender la identidad nacional y los derechos políticos de determinados grupos que se autoafirman como étnicamente diferenciados.

Después de la segunda guerra mundial surgen los denominados “nuevos” movimientos sociales. El ecologismo exige una relación armónica con la naturaleza; el pacifismo, una sociedad


en la que desaparezca la violencia (y especialmente la violencia política organizada); los movimientos a favor de derechos civiles surgen, sobre todo, en países donde existen situaciones de segregación racial; el movimiento gay exige el reconocimiento y la no discriminación de todas las posiciones sexuales, etc. También el movimiento feminista es considerado como un “nuevo” movimiento social (Ibarra, 2005:81).

A partir de los años ochentas surge una nueva oleada de movimientos sociales que han sido denominados como “novísimos” movimientos sociales. Son las organizaciones no gubernamentales (ONGs). Grupos que se organizan para mostrar su solidaridad y defender a diversos colectivos. Desde los pueblos subdesarrollados del tercer mundo a grupos marginales de las sociedades occidentales (drogadictos, ancianos, discapacitados, etc.) pasando por los emigrantes.

Finalmente, se encuentra el surgimiento de los movimientos sociales “antiglobalización”. La red de diversos grupos que desde finales de los años noventa se movilizan en contra de las consecuencias de la globalización.

Alberto Melucci, uno de los creadores de la conceptualización de los “nuevos movimientos sociales”, señala que en mayor medida el debate sociológico ha estado planteado en torno a la pregunta “¿qué es «nuevo» en los «nuevos movimientos sociales»?” (Melucci, 1994:162). “Lo nuevo –según plantea Jorge Riechmann– lo radicalmente nuevo, es la situación de la humanidad en la segunda mitad del siglo XX” (1994:12).

Por ello es lógico que los movimientos sociales, que nacieron prácticamente al mismo tiempo que las teorías sociales modernas, deban adecuarse a esa “radical” novedad: el avance de la globalización neoliberal, las medidas de ajuste de los Estados nacionales impulsadas por los organismos multilaterales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, bancos regionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo), la deslocalización de la cadena de producción de las grandes corporaciones (con la emergencia de las maquilas, las zonas francas y los puertos libres) y sobre todo la implementación de las políticas de liberalización comercial (a través de la Organización Mundial del Comercio o de acuerdos bilaterales o multilaterales entre países). Riechmann (1994) nos propone pensar a los movimientos sociales a través de tres características centrales: 1) racionalidad estratégica, 2) nuevas formas organizativas y 3) autorreflexividad. Veremos que estas características están presentes en los movimientos sociales de América Latina,


aunque ello no nos obligue a clasificarlos como NMS: creemos oportuno pensar en estos tres ejes como las “nuevas” características de los movimientos, como su respuesta de adaptación a esa “radical novedad” que se presenta a partir de la segunda mitad del siglo XX. (Carlos Santos, Verónica Iglesias).


Una mirada a los movimientos sociales en México

Para explorar la cultura política en la entidad y la forma que adquiere en Mexicali, veremos de forma general el caso de los movimientos sociales en México.

A partir de los años setenta el estudio de los movimientos sociales en México recibió un gran impulso, debido a la necesidad de atender a un fenómeno emergente y significativo de la realidad nacional.

Uno de los movimientos históricos de nuestro país, el de los campesinos, quienes al descubrir que sus trámites de solicitud de tierras estaban orientados a contener sus demandas y a posponer su acceso a esta, se lanzaron a tomarlas por cuenta propia. La mayoría de ellos no solo carecía del apoyo de las centrales campesinas oficiales, sino que se rebelaron contra ellas y formaron organizaciones independientes.

Los trabajadores protagonizaron una insurgencia sindical que se nutrió, en primer lugar, por la lucha de los electricistas democráticos; en segundo lugar, por la disputa por los contratos colectivos en las ramas productivas en expansión, como la metalmecánica y la automotriz; en tercer lugar por el desafío a los dirigentes charros en diversos sectores, sometidos al control corporativo desde largo tiempo atrás, como el textil; y en cuarto lugar, por los esfuerzos de organización de numerosos grupos de asalariados carentes de organización sindical, como los universitarios, los técnicos y los profesionistas (López, en Muro y Canto; 1991).

El panorama urbano quedo marcado por las luchas de los colonos. No solo en las grandes urbes, sino que también las ciudades medias y hasta las pequeñas localidades fueron escenario de invasiones de terrenos destinados a la construcción de viviendas y de intensos combates por la introducción de los servicios públicos (López, en Muro y Canto; 1991).


Los movimientos sociales en Baja California

Baja California ha sido escenario del surgimiento de movimientos sociales representativos de las


distintas preocupaciones y demandas de la sociedad nacional e internacional. Así en la década de los ochentas se desarrollan el Movimiento estudiantil en la Universidad Autónoma de Baja California (1980) y el movimiento urbano-popular (1983) que se caracterizaba por invasiones de tierras destinadas a la construcción de viviendas y la lucha por la introducción de servicios públicos.

En cuanto al sector magisterial mismo recordamos en los setentas con el Movimiento de la Base Unida encabezado a nivel estatal por el Prof. Zúñiga (1973-1974) y posteriormente en los ochentas al Movimiento Democrático de la Base, encabezado por Ricardo Romo. En la década anterior se generó el movimiento de la sección 37 del SNTE, conocido como el movimiento del Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación (SETE).

Durante las últimas dos décadas irrumpieron en el escenario estatal el movimiento por tarifas eléctricas justas, el de los trigueros que pugnaban por la fijación de precios acordes a los costos de producción, el movimiento de padres de familia quienes se niegan a que se condicione la entrega de documentación escolar a cambio del cumplimiento en el pago de las cuotas escolares en los planteles de educación básica, el de los taxistas que se oponen al incremento en los precios de la gasolina, el movimiento encabezado por el sector empresarial que se manifiesta por el cese de la violencia; el movimiento en contra de la nueva ley del ISSSTE que prácticamente se inicia el 20 de abril del 2007 en la ciudad de Mexicali, cuando la Delegación 4- 1, de jubilados de la sección 2 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la educación (SNTE), acuerdan en asamblea publicar un desplegado de inconformidad de los trabajadores ante la nueva ley; convocar a una concetración el jueves 26 de abril en las instalaciones de la Sección 2 del SNTE; promover amparos de los trabajadores; participar en la marcha tradicional del Primero de mayo para mostrar el rechazo ante la nueva ley y darle un carácter estatal a al lucha (Niño, José Moreno y Norma García, 208:199).

Últimamente, tratando de aplicar una metodología similar a la de César Chávez en California en 1965 para exigir sus demandas, en octubre de 2014 los jornaleros agrícolas del Valle de San Quintín en el municipio de Ensenada remitieron un pliego petitorio al gobierno de Baja California

En esa ocasión, las demandas fundamentales fueron: aumento del salario, mejores condiciones laborales, libertad de organización, así como el cese al hostigamiento sexual de las


mujeres por parte de los mayordomos (La Jornada, 2015). La mujer indígena, sea migrante o asentada, es objeto de violencia institucional, violencia familiar y violencia sexual en los centros de trabajo. Cabe señalar que a esa movilización le antecedieron otras tantas, como la de diciembre de 1999, en la que después de cuatro semanas continuas de retención de los salarios, a manera de protesta los trabajadores y trabajadoras del campo salieron a las calles a saquear los mercados e incendiar el empaque ABC (Cortés, 1999 en Niño et al).

Meses después, ante la desidia del Poder Ejecutivo, la Alianza de Organizaciones Nacionales Estatales y Municipales por la Justicia Social en el Valle de San Quintín se consolida como la defensora de entre setenta mil y ochenta mil jornaleros, promoviendo un paro laboral el 17 de marzo de 2015 que dio inicio al movimiento jornalero.


Movimientos sociales por el agua

Silvia Ribeiro, siguiendo a Tony Clark, plantea que los conflictos en torno al agua responden a las diferentes caras de un mismo problema ambiental, la privatización. Históricamente los conflictos por el agua han tenido diferentes alcances y derivaciones (Gleik, 1994), pero los que han cobrado mayores dimensiones en las últimas décadas tienen que ver con la construcción de represas y megaproyectos, por un lado, y con las resistencias a la privatización de los servicios públicos, por otro.

Dentro de la primera serie de conflictos podemos encontrar casos como los de Brasil e India, donde la resistencia a proyectos de represas ha generado movimientos de resistencia de diferente orden. En el caso de Brasil, la resistencia a la instalación de megaproyectos de represas hidroeléctricas dio lugar a diferentes resistencias locales que se articularon, regionalmente primero, y a nivel nacional luego, conformando el MAB (Movimiento de Atingidos por Barragems o Movimiento de Afectados por Represas) donde han confluido, principalmente, las luchas de los desplazados por estos megaemprendimientos (Bartolomé, 1999). En esta misma línea podemos incluir el conflicto generado por la oposición a la Hidrovía Paraguay–Paraná o a la represa de Yacyretá en Paraguay (Arach, 2003).

En lo que tiene que ver con los conflictos por la privatización de los servicios de agua potable la lista es interminable, pero es claro que comienza en Cochabamba con la resistencia de la Coordinadora en Defensa del Agua y de la Vida (Crespo, 2000, Ceceña, 2004). (Carlos Santos,


Verónica Iglesias).


Origen y desarrollo del movimiento

A finales del 2017 se gestó un movimiento de rebelión cívica que se inició con protestas contra el reemplacamiento, el incremento a las tarifas de luz y la Ley de Agua, aprobada el 20 de diciembre de 2016.

Desde hace 28 años el estado no registraba protestas de esa magnitud, la última se vivió en enero de 1990, durante la primera administración panista en Baja California a cargo de Ernesto Ruffo Appel, cuando miles marcharon por las altas tarifas eléctricas que se impusieron en la región.

El 22 de abril de 2015, Economic Incentives Group informó a Vega de la Madrid su intención de desarrollar en Baja California “el proyecto denominado Gateway, para la elaboración, distribución y venta de productos de exportación en su ramo de alimentos y bebidas…” y expuso que como parte de los planes de expansión, el grupo, al cual pertenece BC Tenedora Inmobiliaria, S. de R.L. de C.V. (…), está “la instalación de una planta de producción con una inversión proyectada de 2 mil millones de dólares, 4 mil empleos indirectos en la construcción y mil directos en la operación”.

El informe establece “requerimientos básicos” del grupo, entre ellos “la disponibilidad y calidad del agua en la cuenca, cercanía con la frontera…”. Respecto del agua destaca: “Se requiere para el desarrollo del proyecto, de al menos y por los próximos 50 años, un suministro de 20 millones de metros cúbicos anuales…”.

Una vez anunciadas las pretensiones de la empresa, el gobierno solicitó al Congreso local la autorización para desincorporar los terrenos al estado para luego vendérselos a la cervecera; pero aun antes de que el Congreso diera su aval –con 16 votos a favor y dos abstenciones–, el organismo encargado de administrar el agua de la ciudad de Mexicali firmó un contrato con la cervecera.

Documentos –informes y correspondencia entre los implicados, de los que la revista Proceso menciona tener copias– revelan cómo, sin estar facultadas para ello, desde el 20 de octubre de 2015 las autoridades locales comprometieron el agua de los mexicalenses, catalogada como de “uso doméstico”, y la han entregado a Constellations Brands.


Parte del agua, según esos documentos, se obtendrá de pozos y habrá “una probable negociación con los dueños” de los mismos “para comprarlos”.

Productores del Valle de Mexicali interpusieron el viernes 3 de febrero un amparo colectivo para suspender de manera temporal el acueducto Villahermosa - Mexicali que, en mayor medida, distribuirá agua para la cervecera estadounidense Constellation Brands.

Al amparo se suman tres denuncias más ante la Procuraduría General de la República (PGR) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) también por la construcción del acueducto debido a la presunción de afectación severa al acuífero de la región.

También se interpuso la queja 31/2017 ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) por el derecho a la vida sana y un medio ambiente equilibrado. Las denuncias y la queja fueron interpuestas el 30, 31 de enero y el 1 de febrero, respectivamente, por el Presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) de Baja California, Rigoberto Campos González, quien afirmó que al amparo colectivo se sumarán todos los comisariados ejidales.

Las movilizaciones iniciaron desde el 5 de enero de 2017, con la toma de las instalaciones de la planta de Pemex en el poblado La Rosita, a las afueras de la capital bajacaliforniana, la cuales fueron liberadas de forma pacífica durante la madrugada.

Además, desde el lunes 9 de enero del 2017, cientos de ciudadanos tomaron la oficina de Recaudación de Rentas de Gobierno estatal, donde se pagan las licencias, y placas de circulación, así como una oficina anexa para el pago del servicio de agua potable.

Usuarios que se manifestaron contra la privatización del servicio de agua en Baja California ocuparon el 11 de enero de 2017 de las 9:30 a las 12 horas las instalaciones de la Dirección General de Aduanas en la garita internacional Mexicali-Calexico. Los inconformes con las políticas públicas del presidente Enrique Peña Nieto y del gobernador Francisco Vega de la Madrid liberaron el puerto fronterizo comercial más importante de Mexicali. Más de 500 vehículos cruzaron de Calexico, California, a esta capital sin reportar los artículos que transportaban, sin pagar impuesto alguno ni ser inspeccionados por los agentes aduanales.

De manera paralela, organizaciones convocantes a la marcha del jueves 12 de enero de 2017, entre las que se encuentra la “célula 686” del Congreso Nacional Ciudadano y la recién formada Asamblea por la Defensa del Agua y la Vida, recolectaban firmas para sustentar la solicitud de un referémdum abrogatorio contra la Ley de Aguas que presentarían ante el Instituto


Estatal Electoral.

La marcha del jueves 12 de enero fue la culminación de siete días intensos de movilizaciones enfocadas a exigir la derogación de la Ley de Aguas y contra el gasolinazo, los miles de ciudadanos inconformes, gritaron consignas, como: “fuera Kiko”, “fuera Peña”, “abajo la gasolina”, “abajo los impuestos”.

En la marcha participaron trabajadores agrícolas del Valle de San Quintín, miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, jubilados y pensionados disidentes del ISSSTE, así como madres de personas desaparecidas en Baja California y un gran contingente de jóvenes. El contingente marchó un kilómetro desde el parque Vicente Guerrero hasta la explanada del Centro Cívico, donde se encuentran los edificios de los tres poderes públicos del estado.

El domingo 15 de enero cerca de 80 mil personas participaron en las diferentes marchas que se realizaron en los cinco municipios que conforman al estado de Baja California. Las ciudades de Mexicali y Tijuana, fueron las que mayor participación registraron en la protesta del incremento al precio de la gasolina y a la Ley de Agua.

En una manifestación nunca antes vista en la historia de Mexicali, más de 45 mil ciudadanos mostraron su rechazo al incremento de la gasolina y a la Ley de agua. Desde antes de las 12:00 horas, se congregaron en el monumento a Vicente Guerrero, por lo que tuvieron que iniciar el recorrido previo a la hora pactada porque ya no cabían en ese lugar. Otro contingente partió de la Plaza Centenario ubicada por la Calzada de los Presidentes. Durante el mitin, los oradores expusieron un pliego petitorio dirigido a los tres órdenes de gobierno.

Alrededor de nueve mil personas marcharon por las principales avenidas del puerto de Ensenada. La manifestación, que transcurrió pacíficamente, fue encabezada por grupos y activistas locales. Diversos grupos comenzaron a recolectar firmas en contra de la Ley del Agua, que según grupos organizados deberán de presentar ante el congreso estatal antes del 30 de enero. Cinco mil rosaritenses asistieron al llamado de la megamarcha. Los manifestantes que se oponen al aumento del combustible en la franja fronteriza aseguran el precio es más alto que en el resto del país. En Tecate la participación fue por arriba de los 200 ciudadanos que marcharon por las diferentes avenidas de este municipio en protesta por el aumento del combustible y Ley del

Agua.


El lunes 16, los manifestantes entregaron un pliego petitorio al subsecretario de Gobierno en el que exigieron “la renuncia inmediata” de Vega, la revocación del cargo de diputados que votaron a favor de la Ley del Agua y el impulso de una iniciativa que elimine a los ocho diputados plurinominales.

También exigieron promover y apoyar el amparo ciudadano para que el gobierno federal elimine el impuesto a la gasolina; el pago inmediato de sueldos y prestaciones retenidas a empleados estatales, la reducción de 25% del sueldo del gobernador y su gabinete, la cancelación de “beneficios especiales” de funcionarios, la abrogación del reemplacamiento y verificación vehicular “por ineficiente y por ser negocio privado” y privilegiar el abasto de medicinas para enfermedades crónicas.

El 13 de febrero, el alcalde de Mexicali cometió el error de enviar a la policía municipal a detener a 13 activistas de entre las decenas de personas que bloqueaban la “Casa Municipal” (llamada así por el movimiento, en lugar de “Palacio Municipal”), detenidos que obtuvieron su libertad el mismo día, lo que reactivó las protestas y fortaleció políticamente al movimiento. Los acusaron de “sedición” y “allanamiento”.

Liberados después de 12 horas, en medio de una intensa protesta en redes sociales y en las calles, los integrantes de la mesa de diálogo con el municipio demandaron “el cese inmediato” de Josué Hiram Aello Melendres, oficial del registro civil municipal quien presentó la denuncia penal contra ellos, y del director de Seguridad Municipal, Alonso Ulises Méndez Manuell- Gómez, “autor material de la represión ejercida”.

Desde la madrugada del domingo 19 de febrero de 2017, decenas de integrantes del movimiento de Mexicali Resiste se trasladaron al ejido El Choropo, donde están las instalaciones de la empresa cervecera Constellation Brands, que se ha convertido en el nuevo epicentro de la movilización ciudadana por la red de “corrupción y tráfico de influencias” detrás de la concesión y de la construcción del acueducto que proveerá de agua a la trasnacional.

Con numerosas mantas que decían “Ni por cerveza cambiamos el agua”, ejidatarios, jóvenes, amas de casa, profesionistas y líderes del movimiento bloquearon el 19 y el 20 de febrero los cuatro accesos de la empresa que adquirió a sólo 11 pesos por metro cuadrado un total de 1 millón 50 mil 136 metros cuadrados.

El jueves 23 de febrero, más de 100 activistas irrumpieron en la sesión del Congreso para


demandar que se discuta la eliminación del fuero para gobernantes, legisladores y jueces en la Constitución local. También expresaron su rechazo a la instalación de la cervecera Constellation Brands. Gritos de “¡Fuera Kiko!” y “¡Fuera Trini!” se escucharon durante toda la sesión cuando intentó intervenir la diputada local panista Trinidad Vaca Chacón, exconductora de televisión local.

La demanda de eliminar el fuero es uno de los 11 puntos que ha defendido el movimiento Mexicali Resiste, así como el juicio político contra el gobernador estatal. Los legisladores decidieron aplazar hasta el 9 de marzo la sesión del debate sobre el fuero.

El 13 de julio, ante la llegada de seis tanques de 30 toneladas a Constellations Brands, Mexicali Resiste se plantó en la entrada de la cervecera para impedir el paso de la maquinaria procesadora de cerveza. El 20 de julio las policías Federal, Estatal y Municipal intentaron desalojarlos, pero antes del operativo dieron marcha atrás. Sin embargo, la noche del 21 de julio, policías municipales y estatales procedieron al desalojo para abrir paso a la maquinaria.

El 24 de julio, durante la visita de Enrique Peña Nieto al Valle de Mexicali, integrantes y simpatizantes del movimiento se manifestaron contra el mandatario federal y la cervecera estadunidense.

En otro de los frentes de resistencia y con el objetivo de “alcanzar” a Peña Nieto en su paso por otro de los actos oficiales, ejidatarios se plantaron afuera de la planta de Constellations Brands. Pero el mandatario, resguardado por el Estado Mayor Presidencial y por policías federales, estatales y municipales, así como por tres vehículos –dos de la Secretaría de Marina y uno de la Defensa Nacional–, modificó su ruta para evitar ese plantón.

Luego de la visita de Peña Nieto, los jóvenes de Mexicali Resiste se instalaron de nuevo a las afueras de la cervecera, pues se espera la llegada de otros 30 tanques. El traslado de los tanques hasta la cervecera fue autorizado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, según consta en el permiso expedido el 20 de junio de 2017, consultado por Proceso.

Bajo el argumento que la sala del Congreso de Baja California está llena, las autoridades negaron el acceso a los integrantes del Movimiento Mexicali Resiste la mañana del 12 de octubre de 2017.

Los manifestantes se pronunciaban en contra de la votación de los dictámenes 94 y 95 que refieren la creación del C5 y de las APP; específicamente, para la construcción de desaladoras


que endeudarían al Estado. El Movimiento Mexicali Resiste bloqueó la entrada a los diputados por la parte del estacionamiento del Congreso y se registraron algunos conatos de violencia. Los inconformes con una bandera de México cuestionaron a los elementos de la PEP y del grupo antimotines al negarles la entrada al recinto.

Derivado del movimiento social Mexicali Resiste nace el viernes 1ro. de septiembre de 2017 la denominada Baja California Resiste. En rueda de prensa convocada por los integrantes de este nuevo grupo ciudadano, encabezado por el licenciado Armando Salinas, Araceli Piña, Mario Sotelo entre otros se precisó que ellos, siendo parte de la agrupación Mexicali Resiste y ver el cómo los ciudadanos se sumaban a este proyecto que no solo busca mejoras para las familias mexicalenses, sino para las del estado, es que se decidió crear este movimiento social.

El 6 de noviembre de 2017 Filiberto Sánchez Gurrola, de 65 años, y su hijo Christian subieron a una de las torres más altas de las grúas de la planta y pusieron una bandera de México y otra de la paz con un letrero representativo de la resistencia: “Fuera Constellation”. Estuvieron en huelga de hambre durante 57 horas hasta que se les terminó la provisión de agua.

El 18 de enero de 2018 luego de los enfrentamientos entre la policía e integrantes de Mexicali Resiste que se oponen a la construcción de un acueducto que atraviesa el ejido El Choropo en Mexicali, Baja California, la organización advirtió que no dejarán “que nos pasen por encima, que nos pisoteen la dignidad, ni que la policía o el dinero de un grupo de multimillonarios haga lo que quiera con nosotros”. En un comunicado precisó que los eventos de ayer demuestran qué tan lejos puede llegar el gobierno cuando sus intereses se ponen en juego, en este caso el abastecimiento de agua a la cervecera extranjera Constellation Brands.

El movimiento de resistencia lleva ya 1 año, ha realizado bloqueos carreteros, ocupación de la planta cervecera, y diversas detenciones de activistas con uso excesivo de la fuerza pública, de acuerdo con datos proporcionados por el movimiento Mexicali Resiste.

A las diferentes actividades de protesta se suma ya la recaudación, que comenzó el miércoles 17 de enero de 2018, de 20 mil firmas para establecer un plebiscito en la boleta electoral estatal para 2018, en el que se rechaza la operación de Constellation Brands porque quitaría el agua a los mexicalenses. Acusan de este negocio al gobierno del panista Francisco Vega De la Madrid en contubernio con la empresa.


Reflexión sobre el sentido del movimiento y su aporte

La participación de la sociedad mexicana se encuentra ante una doble dificultad: por un lado, el uso que de ella hacen los partidos políticos (o los amparados en la política oficial) a favor de un clientelismo; por otro lado, la represión cotidiana de la que es objeto. La conjugación de estos dos elementos desalienta todo intento de transformación.

A pesar de lo anterior la sociedad mexicana sortea algunas dificultades, desde abajo ha logrado estructurar movimientos para la participación, la resistencia, y contra la manipulación. Movimientos que representan la defensa de iniciativas locales y del territorio nacional.

Los movimientos sociales evolucionan en el marco de sus circunstancias, algunos logran ver cumplidas sus demandas y se imponen para sobreponerse a las condiciones en las que los coloca el poder hegemónico del país al aislarlos, alargando los tiempos de respuesta a sus demandas e incluso llegando a la persecución, encarcelamiento y desaparición de los dirigentes visibles de los grupos.

La desconfianza hacia los partidos políticos en una sociedad como la mexicana representa un gran reto, puesto que esta misma se convierte en el mecanismo con el cual se asegura la integridad de la “clase política” en el país y se mantienen los muros invisibles que separan a la sociedad en individuos ajenos a las tragedias humanas en las que se debate la vida cotidiana.

La falta de credibilidad hacia los partidos políticos es una de las formas de asegurar el poder en unos cuantos partidos, aislando a la población de la formación política que le permitiría participar con una mayor capacidad de decisión en los procesos sociales.

Para evolucionar de movimientos reactivos, hacia aquellos que planifiquen cada una de sus demandas se requiere de una transformación de la cultura de la participación en la sociedad; así como de la voluntad gubernamental que propicie el diálogo cotidiano y la participación ciudadana. El movimiento de resistencia en el estado ha sido tratado de manera poco inteligente, con poca sensibilidad y con una parcialidad que provoca polarización entre la población. No ha habido operadores políticos eficientes por parte del gobierno, que logren desactivar mediante el dialogo, los conflictos.

En lo que respecta a la organización del Movimiento de defensa del agua, sería deseable pero además necesario, el análisis y la incorporación del amplio historial de los movimientos sociales mexicanos y especialmente de la evolución del propio movimiento del agua y hacer


causa común, con los diversos movimientos coexistentes en este momento.

Por otra parte, el movimiento del agua ha funcionado para muchos, como ejercicio formativo, en particular para las y los jovenes.

Si bien la sociedad bajacaliforniana en general no se ha caracterizado por contar con una tradición de participación y lucha social, es importante reconocer que el movimiento ha abierto nuevos espacios de participación, tanto para el sector los y las jovenes que se incorporan por primera vez a un proceso de lucha por reivindicaciones sociales.

Los medios locales abordan el tema a medias -cuando lo hacen-. Por ello, hoy muchos bajacalifornianos aún ignoran que las concesiones de “Kiko” Vega a la cervecera Constellations Brand pone en riesgo la actividad agrícola de toda la región; que hay dinero público al servicio de compañías extranjeras, y que existe aún un movimiento, encabezado por jóvenes, luchando por los recursos y derechos de todos los habitantes de aquella entidad.

La batalla legal contra la cervecera corre a cargo de los agricultores, en tanto que Mexicali Resiste se encarga de la presión social y los bloqueos.

Las movilizaciones que se prolongaron por todo el mes de enero de 2017 pusieron contra la pared, como pocas veces se había visto, al gobernador y a los diputados panistas, obligándolos a retroceder y a dar marcha atrás en algunas de sus pretensiones.

El gobernador y los diputados fueron prácticamente desalojados de sus recintos oficiales por los manifestantes, impidiéndoles el acceso durante varios días. “Kiko” Vega y su equipo de gobierno tardaron varias semanas sin saber cómo responder y cómo enfrentar un movimiento que, entre otras demandas, exigía su renuncia.

La movilización social en Mexicali comienza a conformar una dirigencia política que conduce el proceso y da coherencia a las demandas, que negocia de tú a tú con las autoridades municipales de Mexicali que han mostrado voluntad política. Es una nueva generación de dirigentes que va ganando experiencia política y que crece rápidamente por lo dinámico del movimiento. A ellos “la asamblea” (una masa heterogénea, volátil, que va y viene a los plantones, a veces negociadora, a veces radical) les ha otorgado una representación con voto de calidad, con autoridad moral.

En el movimiento hay viejos líderes que vienen de luchas sociales anteriores y corrientes políticas radicales de izquierda, puristas, que intentan abanderar el movimiento.


Alrededor están, también, los oportunistas y protagónicos que quieren salir en la foto y conducir las asambleas populares; los radicales desconfiados e inconformes con cualquier acuerdo al que se llegue, que exigen la solución total como si fuera el mandato de “la asamblea”. Otros, quieren ver derrotadas y aplastadas a las autoridades. Por supuesto, no faltan los infiltrados. Todo movimiento social tiene que lidiar con lo anterior y más, así es y así ha sido en todo movimiento que emerge de las bases.


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