Expresiones culturales en el contexto indígena nahua del sureste de Veracruz Cultural expressions in the context of Indigenous Nahua of southeastern Veracruz

Luis Enrique Rojo Zapata Correo1


Resumen: Las expresiones culturales (literarias y artesanales) de Zaragoza, Veracruz están estrechamente ligadas a la cotidianidad de este pueblo, y se han mantenido vigentes hasta la fecha de hoy, algunas en su forma tradicional y otras de manera más contemporánea, mediante el avance de esta investigación pretendo registrar y difundir ¿Cuáles son los aportes de dichas expresiones culturales a la vida diaria y a las prácticas sociales dentro de la comunidad?

¿Cómo se complementa el ejercicio de la palabra a través de la literatura y las artesanías? Lo que da cuerpo y pertenencia a esta ponencia, son las entrevistas.


Abstract: The literary and cultural expressions (craft) of Zaragoza, Veracruz are closely linked to the everyday life of this people, and have remained in force until the date of today, some in the traditional form and other more contemporary, through the advancement of this research I intend to record and disseminate. What are the contributions of these cultural expressions to daily life and to social practices within the community? How is complemented by the exercise of the Word through literature and the arts and crafts? What gives body and belonging to this paper, are the interviews and participator.


Palabras clave: cosmovisión; ethos; cultura; saberes comunitarios.


Zaragoza es un pueblo indígena que ha vivenciado distintos procesos de reestructuración como sociedad, apoyado por dos pilares que hoy en día son el referente obligado para hablar de cómo es posible el cambio en su pensamiento colectivo y la visión indígena, funcionan como un refuerzo a su sistema de valores, creencias y prácticas, hablamos de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) y el Comité de Defensa Popular de Zaragoza (CDPZ), las CEB como parte operativa de la teología de la liberación, traen un despertar de la conciencia sobre la fe, en conjunto con el interés por mejorar a la comunidad de forma integral, no sólo en la fe y después surge el CDPZ como efecto de consecutivo, originado por las CEB que estaban permeando de



1 Estudiante de la Facultad de Trabajo Social, Humanidades, Universidad Veracruzana,tamureboy@gmail.com.

manera activa en la comunidad, el CDPZ fue creado con la convicción de mejorar las condiciones de vida y darle voz a los indígenas de Zaragoza, mediante la praxis de la política que promovía, trayendo consigo el seguimiento de esta práctica de resistencia y lucha civil en las comunidades aledañas, entre otros aportes y cambios vividos durante este periodo, se destaca la participación política de las mujeres, aunque es importante mencionar que no es un proceso que vive directamente toda la comunidad, sino protagonizado por cierto número de parejas, que se entregaron al cambio político, social y cultural de esta comunidad a través de la capacitación e impulso de las CEB.


Contextualización

Zaragoza, una comunidad de origen nahua asentada en la periferia del corredor industrial Coatzacoalcos-Minatitlán- Cosoleacaque, ubicado en el sureste del país, Estado de Veracruz.

El municipio de Zaragoza, aún conserva diferentes rasgos culturales, que han mantenido a lo largo de los años. Históricamente la comunidad era llamada San Isidro Xumuapan, con el paso de los años la comunidad participo en la batalla de Totoapan, posteriormente en la batalla del 5 de mayo al paso del General Alejandro García los ciudadanos hicieron la petición para que la comunidad pasara a ser municipio libre, logrando que el 9 de agosto de 1865 Zaragoza se decretará como municipio libre.


La disposición legislativa cumple su propósito: en documentos civiles se le suprime a San Isidro Zaragoza el nombre de su santo patrono. El poblado no logra recuperar su denominación anterior de Jumuapan, en honor a la trayectoria del alto militar que defendiera la plaza de Puebla el 5 de mayo de 1862, empezó a llamársele Zaragoza, como se conoce en nuestros días. (Plan de desarrollo: 2014-2017)


De acuerdo con el censo del 2017 hecho por Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), de los 7 643,194 habitantes con los que cuenta el estado de Veracruz, 11,702 le corresponden al municipio de Zaragoza.


Introducción

Para poder hablar sobre las expresiones literarias de Zaragoza, tenemos que conocer al menos una parte de la vasta cultura del pueblo indígena anteriormente mencionado, he limitado y centralizado esta investigación a Zaragoza, porque su lengua nahua tiene una variante perteneciente al grupo de los pipiles que no hay en ningún pueblo cercano, para tener una idea más clara de la importancia de este argumento, la región nahua (como ellos la denominan) abarca gran parte del sureste de Veracruz, en municipios cercanos como Cosoleacaque, Coacotla, Tatahuicapan, Jaltipan y toda la rivera que rodea a Minatitlán y Coatzacoalcos, hablan nahualt con la variante “O” mientras que el grupo de Zaragoza habla la variante con la “U”, un rasgo distintivo de los pobladores de esta comunidad, el grupo de los pipiles más cercano esta ubicado en el Salvador, esto causa interés en mi por conocer ¿Cómo a pesar de que un pueblo indígena que tuvo una migración tan amplia (antes de la urbanización y crecimiento de la infraestructura dedicada a la explotación de los recursos naturales, y con ella la creación y expansión de

asentamientos urbanos) y con una variante del idioma local puede interactuar con las expresiones literarias propias de la región y adaptar la cosmovisión de su pueblo, para tener pertenencia de estas expresiones y darles un sentido profundo dentro de las prácticas diarias, en la construcción de escenarios sociales, de ritos y costumbres o tradiciones?

Las personas con las que he interactuado en la comunidad de Zaragoza para recabar información y discutir sobre ciertos temas, son en su mayoría personas de edad avanzada que oscila entre los 50 y 70 años, y ellos en distintas ocasiones de forma individual y en determinados momentos colectivamente han externado que “Zaragoza es un pueblo de ancianos, de abuelos”, las primeras veces que escuche esta expresión pensaba en una ciudad llena de ancianos o exclusivamente de gente mayor, no entendía que la referencia de que Zaragoza sea un pueblo de ancianos o de abuelos, es que hay un orden natural de dirigencia y participación que es orientado por las personas de mayor edad “los abuelos”, que dentro del pensamiento colectivo de los pobladores, poseen el conocimiento brindado por las experiencias que han vivido a lo largo de su vida y ofrecen una perspectiva madura de los hechos, soluciones para las problemáticas y a su vez establece un orden jerárquico en la estructura familiar y en el contexto general de esta comunidad.

Para entender cómo funciona esto, basta explicar brevemente una de las prácticas indígenas más comunes en Zaragoza, el tapalewih en la construcción de casas es la clara representación de cómo está estructurado el orden de tareas dependiendo de la edad, cuando las personas deciden construir su casa de la forma tradicional, con palma y barro, anteriormente se convocaba a los vecinos y demás pobladores a través del sonido del caracol, esta era la señal que indicaba que alguien construiría su casa, incluso si la gente escuchaba que estaban cortando la palma bastaba eso para que se acercarán a brindar ayuda, hoy en día se invita cierto número de persona a trabajar en la construcción de la casa, los niños son los encargados del acarreo de los materiales menores (que no causen tanta fatiga y que el peso sea apto para sus músculos y capacidades) como el agua y la tierra, los jóvenes se encargan de cortar y transportar la palma, para que después un varón que puede ser joven o un hombre maduro “raye” la palma, una vez listos los materiales los abuelos, observan el lugar donde se levantará la casa y empiezan a dar indicaciones de donde poner los pilares que por lo regular son troncos de madera, actualmente algunos optan por hacer colados de concreto (dependiendo de la solvencia económica), puestos

los pilares se disponen a decir que parte de los arcos irán primero, mientras que los hombres jóvenes y de edad avanzada pero menores que los abuelos se encargan del trabajo físico, suben, acomodan y amarran las palmas para la elaboración de la casa, y así consecutivamente con cada paso a seguir los abuelos dirigen mientras que los menores ayudan con tareas determinadas.

La confianza depositada en el conocimiento y experiencia de las personas mayores infunde en los menores profundo respeto y admiración, otro de los rasgos destacables que se documentan es el valor de la palabra, el hecho de estipular un trato y cumplir porque se ha empeñado la palabra, dentro de las anécdotas y platicas con algunos de los abuelos, relatan cómo sus abuelos o padres sin necesidad de hacer un testamento escrito, repartían y creaban compromisos por tierras o cabezas de ganado y cumplían con lo establecido, “nuestra palabra vale” menciono el padre del escritor local Tomás Cruz Martinez en una visita a su casa. Partiendo de este hecho percibo que la tradición oral ha tenido permanencia por estos dos factores, lo que representa la figura de las personas mayores y el valor de la palabra, la tradición oral como una expresión literaria se comparte de generación en generación, de los abuelos a los jóvenes y niños pequeños, impacta a los niños que son participantes pasivos de la tradición oral, forma de leyendas, aporta conocimientos y es el primer acercamiento o la línea de partida hacia la construcción de la cosmovisión de este pueblo nahua, un elemento de la cosmovisión indígena en el que se hace énfasis en casi todas las expresiones culturales, literarias y/o artísticas es, cuidar los recursos naturales que mantienen una armonía o equilibrio, se miran como guardianes de estos elementos que permiten la vida, el cuidado de la naturaleza aporta otros elementos a un sistema de valores a través de leyendas que se contextualizan en la naturaleza, por ejemplo Achaneh es la diosa del agua, la cual provee el alimento mediante la pesca, para poder pescar se le tiene que dar una ofrenda a la diosa, si se concede el permiso proveerá solamente lo necesario, no más ni menos, esto hace alusión al hecho de evitar la sobreexplotación de los recursos naturales, también parte de la leyenda dice que Achaneh castiga la infidelidad, siendo atacados los infieles que llegan a pescar por el lagarto que habita en los territorios de la diosa, esta leyenda nos enseña que la relaciones poligamicas son mal vistas y condenadas dentro de la comunidad, Geertz propone:

Un pueblo valora y lo que teme y odia están pintados en su cosmovisión, simbolizados en su religión y expresados en todo el estilo de vida de ese pueblo. Su ethos es

distintivo, no solo desde el punto de vista de la especie de excelencia que celebra, sino también desde el punto de vista de la clase de bajeza que condena; sus vicios son tan estilizados como sus virtudes.

Expresiones como estas demuestran el valor de la naturaleza y el territorio de los indígenas, ya que representa más que una extensión de territorio en la cual vivir, sino que muy por encima de la necesidad de suelo para subsistir, se liga con sus creencias, costumbres y valores.


Expresiones literarias

Durante la entrevista con el señor Erasto Antonio Candelario, artesano local y un referente de la cultura nahua de Zaragoza, que ha participado en exposiciones dentro y fuera de la región, comprendí que la tradición oral en la lengua materna es muy popular pero la escritura es algo relativamente nuevo, así que el acercamiento más próximo a las expresiones literarias estructuradas se muestran a continuación, la primer leyenda compartida por el señor Erasto Antonio Candelario es tomado de la tradición oral, en otras palabras, contado como lo hacen los abuelos, en la lengua materna y posteriormente traducido al español, mientras que la segunda expresión literaria es una adaptación del señor Tomas Cruz Martínez.


Itegu tayuh


Gi piayamiaxiwi’ unuya se mihtugani’ wapayudiah, aye’tiunuyatahli, aya’ gi magaya tayuh, wakuxyimihtuganiaya’ gasiágantegipanuti, wa te gikuatiicha:.

Se diahgisa’ kua’ neyutahtachalugitemutu te gikuati, aya’ gita’ gen nehnemi’ wakua’ seh tacha’ sentzuwehcayaunu’. Payukuahyuhgasi’ se taga’, yigitahtanih te titemuwabu, mihtuganiginangilih: ni temuwa te ni kuatiwa se tegipanulis.

Yutaga’ gihlih: nehweh ni mi’s maga tegipanuliswatepa’ ti taniti, mihtugnigihtuh gena, wayitaga’ ginehnemihti, sentzuwehca, ganasituhgikuayahtepu’s, mihtuganimahmawi’ wachuluskia, wabugiwiga’ seyu’ lah,gitalilih i ka’titachiwahwatepu’s, wagihlihgaitegipanulis u gamagitamiyuka’tipa te’.

Mihtuganigichih gen yehgihlihwakua’ panu’yaorahpa,a’yagimatia gen

gichiwagamagitamihti i ka’ti, mayanduyayawayehgimagayah a ya’ wehgikuaya. Achimahratuhchiyaasi’ se tuyelamahgitahtanih ¿ tehtaga’ te ti chiwa ni? Mihtuganiginangilih: se taga’ nechihlihga ni nia ni tegipanuti, ne’xwahli’, ne’xtalilihyika’tiwakua’ ni tamitipa te’ umbatamitinutegipanulis, ama’xaya’ ni’ mati gen ni’chiwiliá.

Tuyelamahgihtuhgayutahtagamih u achanohwasisimiwagihlihgagipalewitiwagitamaga’. Mihtuganigita’ gayutuyelamahgipiayataxkah, tuyelamahgihlih, nehinye: chiguhmih, yehwamihne’xwaligiliahtayu:, a mehwamihtahtagamihangitegiliahnupiluwa: kua’ gikuahtayuh, gimi’tiá o gikugulis’wiah.

Neh ni mi tzihlia: dahangimi’titih xi chiwaga: pe amu xi’ kuguliswiga:,yehwamighkualuhwanehtrabah ni gin pahtia. Nia ni mi’spalewitiwa mu ka’ti, wakua’ tasi mucha tia ti’ tugati se hectareah sindi , tahkuhnupahwanupiluwagitemutih, yehwamihgimatitihdehgangikuitih, aya’ gichihchimitihyehmupah.

Mihtuganigihtuhga gena, tuyelamahgihlihmayawigangitamiti i ka’ti. Panu’ orahpa, wakua’ gita’ tami’yaitegipanulis, pagihtiáhgitemututaga’ yehgiwahli’. Yi ,kua’gita’ gatami’, aya’ gasia te gihtuwaya, kua’ dehganweliti’ gihlihmayawiganunu’ tumiwamagikui.

Kuaasi’ buaya’ gimatia te gichiwaya , sentzuunuyaorohtumi, wayehaya’ giwahligayagangiwiga,wagichihki: gigixtihipantalo: wagihpihipuntahluwabugikui’ tumi: dehganweliti’.ku gen giwigagihdehbukusagikuepagihwayehaya’ gimati’ dehganunuyawagexdiahpuliwi’.kuaasi’ icha: i siwawa i piluwagipagilihkih, yehwamihgimatiahgami’kayapakuahyuh. Yehginihlih te gipatilih yahkihteupawagitahtanilihkihTutatahmagixihkuiluitumiwakumawehyagichihchimi.

kua’ tami’ yitaga’ yahkimihpawagichiwa’ gen gihlihtuylamahwakupatiliwi’,chiguhmihgikuiguhtayuhyehimbahwaaya’ gichihchingihpahyutaga’.

El dueño del maíz

Hace muchos años en un lugar llamado Zaragoza, existió un campesino de nombre Pascual. Eran los años 40, época muy difícil en esos lugares, pues por la sequía que existía sus siembras no daban buenas cosechas por lo que se daba la escasez del maíz. Los campesinos y la mayoría de los habitantes del lugar estaban desesperados, Pascual no era la excepción, él no tenía trabajo y por lo tanto alimentación para su familia.

Un día triste y desesperado salió muy temprano de su casa a buscar algo de comer. Comenzó a andar por las pequeñas veredas de su pueblo con rumbo al lugar vecino, poco a poco y sin darse cuenta se había alejado demasiado de su hogar.

Cuando Pascual empezaba a tomar otra vereda, de repente escuchó la voz de un hombre que le llamaba.

¡Buenos días! ¿Qué busca por estos lugares . El campesino le respondió --busco algo de comer y un trabajo--, el hombre le dijo –yo puedo darte el trabajo y pagarte muy bien. Pascual no lo pensó dos veces y acepto dejándose guiar por aquel extraño; el hombre extraño lo llevo a un lugar muy lejano, en donde todos los que ahí habitaban se alimentaban de plomo. Al llegar al lugar, vio que habían muchos hombres, sintió un escalofrío terrible, asustado comenzó a recorrer el lugar; entonces se dio cuenta que aquellos hombres eran los demonios, asustado quiso escapar.

Detrás de él llegó el hombre extraño, que inmediatamente lo tomó del brazo y lo llevo a otro lugar, le coloco unos zapatos hechos de fierro y le dijo:

Tu trabajo consiste en desgastar estos zapatos sobre las rocas. Al campesino no le quedaba otra opción que hacerlo.

Pasaron las horas y el campesino ya estaba preocupado porque no sabía qué hacer para desgastarlos, tenía hambre y lo que le daban de comer no le servía, ya que ahí solo comían plomo. Después de un buen rato se apareció una anciana, de aspecto raro, se acero a él y le pregunto -¿buen hombre que haces aquí?, el campesino respondió –un hombre me ofreció trabajo y me trajo hasta aquí, mi trabajo es gastar estos zapatos, pero no sé cómo hacerle es de metal.

Entonces la anciana le explico quiénes son los hombres que habitan ahí, diciéndole son duendes y demonios, ella se ofreció ayudarlo y le da de comer, el campesino se sorprende porque ella si tenía tortilla, al ver su sorpresa la anciana le dice: “yo soy la madre de los mapaches y

ellos se encargan de traerme maíz” y le reprime de esta manera: “ustedes los hombres maltratan a mis hijos, cuando se comen el maíz los matan o los dejan heridos. Pero yo les digo si los van a matar háganlo, pero no los dejen heridos por que ellos sufren y a mí me cuesta trabajo curarlos”. Te voy a ayudar a desgastar los zapatos con la condición de que cuando llegues a tu mundo siembres una hectárea de maíz, media serán para mí, y mis hijos se encargaran de buscarlo, ellos sabrán hasta que parte deben tocar, respetaran lo tuyo.

El campesino acepta el trato y la anciana le indica el lugar al que debe ir para deshacerse de los zapatos. Pasaron horas, por fin termino su trabajo, felizmente busco al hombre que se lo encomendó, este al ver el trabajo terminado se sorprendió, finalmente le indico al lugar al que tendría que ir para tomar el dinero. Al llegar, el campesino se sorprende, había monedas de oro en abundancia, se desespero por no traer en que llevarlas; entonces se saco los pantalones y los amarro en las puntas, así pudo traer la mayor cantidad de dinero.

De la misma manera en que se lo llevaron, lo trajeron, por lo que el campesino no tenia ni idea del lugar en el que había pasado mucho tiempo. Al llegar la casa la familia se sorprende, ellos pensaron que había muerto en la montaña; el hombre cuenta toda su historia y luego va con el sacerdote para bendecir el dinero y así poder darle un buen uso. Después el hombre va al campo y hace lo que la anciana le indico y sucede tal como se lo dijo: los mapaches vinieron por la parte que les correspondía sin tocar lo suyo. El también hizo una buena casa de la noche a la mañana, causando envidia entre los vecinos porque él, como se dijo era muy pobre.


Achaneh, la dueña del agua

En mi pueblo cuentan que Achaneh es la Dueña del agua, eso cuentan nuestros hermanos que se dedican a la pesca.

_Salgamos del agua_ dijo una de las pescadoras_ me siento cansada, al menos no vamos con los tecomates vacíos, llevamos pescados pequeños_ contesto Doña Santa la pescadora de más edad y de más sabiduría de todas ellas:

_Tal vez pescamos muy poco, porque olvidamos que nuestra hermana Achaneh necesita su ofrenda_ pregunto una de las más jóvenes _ ¿Y Quién es Achaneh y qué necesita

?_respondió la tía Santa Achaneh, es la dueña del agua, es la que nos da alimento para nuestros hijos y ella como toda mujer necesita: manteca de piste, peine y listones para peinar sus lindos

cabellos. Todas escuchan atentamente las palabras de esta mujer que está llena de sabiduría.

_ ¿Vamos a venir mañana?_ Pregunto una de ellas. _No, vamos a venir hasta pasado mañana, yo voy a venir mañana para dejar una ofrenda a nuestra hermana Achaneh. Yo vengo contigo para que no vengas sola contesto la más joven de todas.

Al día siguiente la Tía Santa y su acompañante llegaron a la laguna chololohtah. Encima de un tronco que está dentro del agua y muy cerca de la orilla, depositaron la ofrenda dentro de una jícara y se retiraron para ver quién o qué iba a llevarse la ofrenda, se ocultaron detrás de un árbol de apompo, lo único que vieron era el movimiento de las plantas de agua y como un lagarto se abalanzo sobre la ofrenda y luego se sumergió dentro del agua y desapareció.

_ ¡vámonos muchacha!_ dijo la Tía Santa.

Es de noche y la Tía Santa tiene un sueño de agua, ve sentada a Achaneh en el tronco donde dejaron las ofrendas, peina sus largos cabellos que brillan a la luz de la luna ,sus hermosos cabellos tienen manteca de piste, al revisar su peine ve en él dos cabellos largos. Arroja uno de ellos y tan pronto como cae al agua se convierte en un peje con escamas brillosas por la manteca de piste, el otro cabello largo lo parte en varios pedazos que al caer al agua brincan llenos de vida, son pescados rojos. Sumerge sus listones rojos y blancos dentro del agua, de ellos brotan camarones blancos y camarones reculadores que llenan de vida a la laguna. Achaneh se trenza sus cabellos que adorna con los listones, ella es una hermosa mujer. Una tortuga grande nada alrededor de ella, tal parece que realiza una danza. Achaneh levanta la vista y le dirige la palabra a la Tía Santa:

Yo soy tu hermana Achaneh, la dueña del agua, la tortuga que vez aquí lo utilizo como almohada, esto significa que tiene que haber un tiempo para que mis hijos puedan crecer y desarrollarse para que puedan servir de alimento. Tengo distintas maneras de mostrarme y el lagarto que es mi perro puedo ser yo misma .Mi generosidad es para todos los que quieran alimentar a sus hijos ,pero a los que son infieles a sus parejas pueden recibir un castigo o un susto por parte de mis perros…hermana Santa, comparte mis palabras con los más jóvenes y enséñales a convivir y respetar el agua que es lugar sagrado donde yo vivo, esta palabra es para ti y para ellos que son mis herederos Achaneh se sumerge en el agua y se convierte en un lagarto, el agua es un espejo tranquilo donde la luna refleja su cara hermosa. Achaneh es la dueña del agua, eso cuentan en mi pueblo.

Cuento popular de Zaragoza. Adaptación del “Canto del Caracol”

Esta adaptación muestra como la tradición oral ha ido evolucionando y sigue siendo parte ilustrativa del contexto de la población, podemos agrega que la tradición oral, no está limitada exclusivamente a la escritura, sino que fluye en otras expresiones artísticas como la pintura, Achaneh también esta representada en parte de un mural ubicado en el centro de Zaragoza.


Este fragmento del mural rescata los elementos centrales de la leyenda; La figura de la dueña del agua Achaneh, la peineta y listones sobre la tortuga que simbolizan la ofrenda para obtener el permiso de pescar y el lagarto, criatura protectora de las aguas.

También mediante la pintura se muestran datos relevantes sobre la cultura local, que sustentan las frases más recurrentes que escucho en el desarrollo de esta investigación, como “Zaragoza es un pueblo de abuelos” o “Somos hijos del Maíz”, y hacen referencia a las actividades primarias de la zona, la fuente de alimentación local y la valoración de los ancianos (coloquialmente llamados abuelos) por la población joven.

La mayor parte de los murales están ubicados en el centro, específicamente en el foro del parque, un sitio público y de acceso popular para quien visita Zaragoza.


Fotografía: Una abuela nahua portando el traje típico de Zaragoza, debajo de un arco de otate (bambú) con un tecomate, al fondo la tradicional casa de barro y palma. Los tecomates son utilizados para transportar agua o en el caso de las pescadoras para llevar los pescados y camarones recolectados, se cuelgan en la cintura mientras caminan en la laguna o el pantano, conforme recolectan de los matayaguales los peces, los almacenan en estos recipientes que tienen agua para que el pez no muera, ni lo carguen demasiado tiempo muerto, arriesgando que se descomponga lo que pescaron.

Es importante destacar que dentro de la flora de Zaragoza, el otate como es conocido el bambú en esta región, es muy popular y fructífero, utilizado para casi cualquier construcción, linderos o para crear artesanías.


Portaplanos de otate, con correa de otate y coyol, en acabado barnizado, fotografía tomada en DPA Xumuapan.


Organizador de otate, con calado de glifos nahuas y basé de cocuite, basé barnizada y otate encerado, fotografía tomada en DPA Xumuapan.


Fotografía: Al centro de la pintura de un recién nacido sobre las hojas de maíz,, sugiere el sustento de la vida, y da pertenencia a la popular frase en el pueblo: “somos hijos del maíz”, debajo, un campesino trabajando la tierra junto al río, para la siembra.

Esta pintura está ubicada en un domicilio y fue realizada durante las mayordomías en honor a San Isidro Labrador, ilustra a las mujeres “echando” tortillas, con los utensilios y ornamentos típicos, a un costado una reproducción de la iglesia de Zaragoza.


Conclusión

Un pueblo indígena situado a orillas de un corredor industrial y un corredor industrial en constante expansión, es sin duda una combinación discordante que atenta contra el desarrollo de los pueblos en torno a su cosmovisión de las concepciones del mundo, a su vez, en la vida cotidiana la urbanización coquetea con los contextos rurales indígenas, teniendo mayor interacción y “roces” con estos.

Una consecuencia de estos acercamientos es el desapego de la población joven de la identidad indígena; con la migración y emigración en la comunidad, la necesidad de asegurar la estabilidad económica, el crecimiento poblacional, la expansión territorial de los asentamientos urbanos y con ello la demanda de servicios, se pone en peligro desde distintas direcciones el patrimonio bio-cultural, mismo que a su vez se relaciona con la vida diaria desde la producción de fuentes alimenticias y de trabajo propias de la comunidad, que avivan y dan sentido a la cosmovisión, siendo también esta puesta en riesgo, como una cadena de dominós cayendo consecutivamente, desencadenando una perdida simultanea de factores físicos y metafísicos que definen a este pueblo, todos estos factores representan una herencia y un legado en riesgo de los grupos originarios del sureste de Veracruz.

Mismo legado que gracias al esfuerzo de los pobladores con un interés más profundo han realizado la preservación del patrimonio cultural-literario de forma consciente, creando, adaptando e investigando de manera independiente dentro de la comunidad de Zaragoza y en los alrededores de la región nahua, en municipios aledaños, coloquialmente llamados “primos”, compartiendo información con investigadores locales, nacionales y extranjeros que al mismo tiempo retroalimentan su conocimiento y percepción de la cultura nahua.

La dimensión del latente riesgo de perder estas expresiones culturales se minimiza con las reproducciones de las mismas a través de los espacios y actividades que determinados grupos e instituciones gestionan para preservar su cultura, mediante la pintura, las letras, la tradición oral o las artesanías. Sin embargo son contados los pobladores que buscan retomar y difundir de forma

masiva los saberes comunitarios en el resto de la comunidad, no solo se trata de escribir, narrar, pintar o trabajar en las artesanías, sino hacerlo de forma consciente, dándole a cada uno de los mundos simbólicos, ritos y creaciones literarias, liricas o artesanales, un valor intrínseco muy propio de los pueblos nahuas, como lo hacían “los abuelos” (sus antepasados).

Geertz en el estudio de la cultura Javanesa encuentra un concepto denominado rasa y argumenta lo siguiente:


“Rasa, según me dijo uno de mis informantes más dignos de confianza, es lo mismo que la vida; todo cuando vive tiene rasa y todo cuanto tiene rasa vive. Para traducir estas proposiciones habría que hacerlo dos veces: lo que vive siente y lo que siente vive, y lo que vive tiene sentido y aquello que tiene sentido vive.” (La interpretación de las cultural, parte III, pag.124-125)


De forma que la literatura y cosmovisión del contexto indígena de Zaragoza, comparte rasgos al intentar darle sentido a la existencia y quehacer de la vida diaria, no solamente agregando un valor monetario propio de un sistema capitalista a sus expresiones culturales, esperando que se conozcan los porque de cada uno de los elementos que constituye el arte local y como se relacionan con su contexto, en el hogar, los campos, la pesca, las ceremonias y rituales.

Interpreto que la expresión de su literatura simultáneamente representa situaciones de la vida cotidiana, que se engloban en el marco del ethos y la cosmovisión que los caracteriza y define como un pueblo indígena lleno de tradición y vida, ahora mismo Zaragoza está en una intersección o punto medio, con elementos favorables para seguir desarrollando y reproduciendo la vida indígena como la concibe su cosmovisión, y a su vez tiene retos, grandes retos para preservar dichos elementos.


Bibliografía

Geertz Ciifford, 1973. La interpretación de las culturas. Barcelona,, Gedisa editorial