Reforma educativa y movimiento magisterial en la Región Orizaba-Zongolica Veracruz, México


Educational Reform and teacher movement in the Orizaba-Zongolica Region Veracruz, México


Jemyna Rueda Hernández1 y Manuel Hernández Pérez2


Resumen: En esta ponencia presentamos un avance de nuestra investigación en torno al movimiento magisterial en la Región de Orizaba-Zongolica en el estado de Veracruz, específicamente el movimiento surgido luego de la Reforma Educativa de 2013. Los resultados que aquí presentamos están analizados desde la teoría de la acción colectiva, y el acercamiento a la Reforma educativa lo hacemos desde la perspectiva de la gubernamentalidad, identificando a las políticas públicas como dispositivos de control.


Abstract: In this paper we present an advance of our research around the teacher's movement in the Orizaba- Zongolica Region in the state of Veracruz, specifically the movement that emerged after the Educational Reform of 2013. The results presented here are analyzed from the theory of collective action and the approach to the educational reform we do from the perspective of governmentality, identifying public policies as control devices.


Palabras clave: reforma educativa; movimiento magisterial; movimientos sociales.


Introducción

En diciembre de 2012, se firmó el Pacto por México (PPM); en el documento emanado de dicho pacto se encuentra delineado lo que sería la reforma educativa de 2013. La implementación de dicha reforma desencadenó la inconformidad de amplios sectores del gremio magisterial en México, tanto miembros de la CNTE como del SNTE; teniendo la primera, mayor presencia en el sureste y centro del país.

En este trabajo analizamos el movimiento magisterial en la región de Orizaba-Zongolica, perteneciente a la zona centro del estado de Veracruz. Dicho movimiento surgido de los procesos


1 Socióloga. Profesora de la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana, región Xalapa, Veracruz México E-mail: jemyrueda@gmail.com.

2 Sociólogo. Profesor de la Facultad de Sociología del Sistema de Enseñanza Abierta de la Universidad Veracruzana, región Córdoba-Orizaba, E-mail: mhpsal23@hotmail.com.


desarrollados a nivel nacional. Las protestas y movilizaciones del magisterio en el estado de Veracruz tomaron por sorpresa a los analistas sociales, ya que por historia y tradición los maestros en nuestra entidad siempre se habían apegado y disciplinado a las decisiones federales, sobre todo los afiliados al SNTE, en lo que se refiere a la aplicación de políticas públicas en el sector educativo. Cabe mencionar que lo presentado en esta ponencia, son resultados de avances de nuestro proyecto de investigación.

El enfoque teórico que utilizamos para el análisis parte del accionalismo (Melucci y Touraine); tratando de ir de la efervescencia del movimiento al estado de latencia. Cabe señalar que estos dos últimos estados de los movimientos en general, han sido poco abordados en nuestro entorno de estudio. También retomamos la teoría de la gubernamentalidad (Foucault) para explicar la funcionalidad de las políticas públicas como dispositivos de control sobre el gremio magisterial y la respuesta de los profesores ante estos mecanismos de intervención.

La metodología que utilizamos está enmarcada en un análisis cualitativo, a través del análisis explicativo e interpretativo; las técnicas de recolección de datos son la observación, la entrevista y el análisis documental.


Contexto y origen del movimiento magisterial en la región Orizaba-Zongolica

El movimiento magisterial en la región de estudio tiene su origen a finales de 1980 y principios de 1990, cuando se adhirieron a una lucha más amplia. En 1989 los maestros y trabajadores del sector educativo conformaron una lucha muy importante que derivó en una gran movilización a escala nacional. En esa lucha, las principales peticiones de los maestros fueron: el aumento salarial del 100%, la democracia sindical y la rezonificación salarial. Dicha lucha la llevaron hasta 1992, fecha en la que el presidente de la república Carlos Salinas de Gortari sustituyó a Caros Jongitud Barrios por Elba Esther Gordillo (Cardoza, 2009).

En el nivel estatal el movimiento magisterial de la región de Orizaba y Zongolica formó parte de estas luchas del magisterio exigiendo, igual que todos, el aumento salarial, la democracia sindical y la rezonificación (RZ), que consistía en un estímulo al aguinaldo y prima vacacional que se ganó en las movilizaciones de 1992 y 1994, cuando por primera vez se toman las instalaciones de lo que hoy es la Secretaría de Educación del estado Veracruz (SEV), ubicadas en Xalapa (Tepole, 2016).


Tal como lo explica el maestro Ramón Tepole (2016), quien es uno de los representantes del movimiento magisterial en la región de Zongolica, la participación de los profesores de la zona data desde esas fechas y el movimiento magisterial de 2013 contó con este antecedente de la lucha de los profesores aglutinados, sobre todo, en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en dicha región del centro de Veracruz.

La Reforma Educativa de 2013, puede ser considerada la primera reforma estructural del sexenio de Enrique Peña Nieto, de entre las otras acordadas en el llamado PPM, a saber: Reforma energética, reforma fiscal, reforma financiera, reforma a las telecomunicaciones (PPM, 2016)1. Pero esta Reforma educativa, que afecta directamente a la educación básica, resulta muy importante no sólo para el país de manera general, sino, de forma particular para todos los directamente implicados en los procesos educativos, maestros, estudiantes y padres de familia.

La reforma educativa de 2013 culminó en las modificaciones al Artículo 3° y al Artículo 73° Constitucionales, y en la creación de la Ley General del Servicio Profesional Docente. Modificaciones de leyes y creación de una nueva ley que representan agresiones a los derechos laborales y sindicales de los trabajadores de la educación en nuestro país y sienta las bases para una participación financiera directa de la sociedad civil por medio de los padres de familia (López, 2013).

Una reforma estructural, sin importar de qué trate, lleva consigo aparejadas una serie de acomodos y reacomodos en los espacios constitucionales, administrativos y sobre todo financieros. La manera de operativisar dichas reformas son generalmente las políticas públicas. Las políticas púbicas atienden espacios que no se consideran individuales y privados sino públicos y colectivos, en los cuales, se considera, debe existir una mediación o regulación gubernamental, apelando una adopción de medidas comunes para la colectividad mediante el uso de recursos públicos (Parsons, 2007, p. 37).

Desde el análisis de la gubernamentalidad de Michel Foucault (1978), las políticas públicas educativas implementadas a partir de la reforma educativa, responden más a una urgencia de Estado que busca más la intervención gubernamental para eficientar recursos que a una idea de responder a un problema social identificado.

Por lo que las políticas públicas están funcionando más como dispositivo de control, que como una política pública. Ya que el fin último de un dispositivo de control como tecnología del


gobierno, es administrar, gobernar, controlar, y orientar, todo con un sentido de utilidad cuidando sobremanera la inversión mínima de los recursos públicos (Lemm, 2010, p. 80).

Las reformas en educación impulsadas por Enrique Peña Nieto y el Pacto por México, fueron interpretadas por los maestros como lesivas para sus intereses laborales, además de que no se sintieron representados ni escuchados por las autoridades de los diferentes niveles de gobierno, por lo que optaron por la organización y la manifestación de sus inconformidades. El maestro Tepole lo describe así:


[Luego de la reforma de 2013]… comienzan a generase una serie de actividades, el 30 de enero de 2013, se realiza una primera reunión en la sede de la UVI en Tequila, a esa primera reunión llegaron compañeros de educación indígena de Ciudad Mendoza, de Tequila y nosotros de Zongolica, allí realizamos una primera actividad de organización, posteriormente se dan otras reuniones y se da la primera propuesta de una marcha que se realizó el 5 de febrero en Orizaba (2016).


Por su lado, nos expone el profesor Tepole, los maestros de la sección 32 del SNTE proponían acciones más “light” que no contradijeran al gobierno, pero fueron rebasados por sus propios agremiados que se unirán a las marchas masivas para protestar y exigir la derogación de la reforma.

En estas marchas los profesores se vieron apoyados por muchos padres de familia que entendían sus preocupaciones y compartían su malestar frente a la reforma educativa y las consecuentes derivaciones de su aplicación.


Las etapas del movimiento magisterial

Desde el punto de vista temporal, el movimiento magisterial se podría dividir en dos etapas, la primera que inicia con la marcha del 5 de febrero en la ciudad de Orizaba y acompañadas de otras manifestaciones, culminó en el mes de mayo de 2013. La segunda etapa va del mes de septiembre en adelante, prácticamente a la fecha. Pero la lucha de los profesores de la región de estudio se ha adherido a la lucha de la CNTE a nivel nacional y no se ha identificado una lucha local o estatal desde las movilizaciones de 2013 y 2014.


La primera parte de la lucha se caracterizó por la participación de maestros de educación indígena, sobre todo de los municipios de Zongolica, Tequila y Ciudad Mendoza. De allí surge lo que se conocerá como Movimiento de Bases Magisteriales y se conformó con docentes de Zongolica y Orizaba. En la región de Orizaba participaban maestros de los municipios de Nogales, Río Blanco, Iztaczoquitlán y Orizaba.

Sobre esto es importante reflexionar junto con Alain Touraine (2005), lo relacionado con los derechos culturales en los movimientos sociales, ya que, al hablar de los profesores de educación indígena, que en el caso de Zongolica siempre han sido muy combativos, mucho de su lucha en la actualidad se centra en la defensa de su cultura y sus derechos al trabajo.

El hecho de que el movimiento magisterial haya surgido precisamente en la sierra de Zongolica, nos dice mucho de los nuevos componentes de los movimientos sociales, que se centran más en lo local, en la defensa de su cultura, el trabajo y la relación con la comunidad (Touraine, 2005, pp. 181-199). Por lo mismo es simbólico que un movimiento que cobró tanta fuerza e impresionó a la sociedad veracruzana, haya comenzado en la sierra de Zongolica, región de históricas luchas por la defensa de los derechos humanos y la cultura indígena.

El 1 de mayo de ese año se realizó una marcha muy nutrida en la ciudad de Xalapa, allí se tomó el acuerdo de continuar la lucha y regresar a la capital para presionar a las autoridades. De allí surge lo que después se conoció como Consejo Estatal de Lucha Magisterial, aquí ya participan profesores de distintas partes del estado y se tuvieron las primaras platicas con el gobierno estatal, donde se planteó que los participantes en el movimiento no estaban de acuerdo con la reforma porque iba en contra de sus derechos.

Durante esta primera etapa se comenzó a reprimir a los participantes en las movilizaciones, sobre todo de la sección 32, se les comenzó a intimidar y a retener sus pagos y con amenazas que se les podrían quitar sus plazas si seguían en el movimiento. Se activaron los dispositivos de control y represión por parte de los sindicatos y del gobierno.

Después de estos acontecimientos vino un periodo de aparente calma, que el maestro Tepole (2016) llama “resistencia pasiva”. Pasado el mes de septiembre, surge la efervescencia del movimiento con las marchas masivas de miles de maestros, que impactarán a la sociedad veracruzana. Y posteriormente, surgiría la propuesta de unirse a la CNTE a nivel nacional para no quedarse como un movimiento local, pero hubo divisiones y no se logró del todo. Este podría ser


el origen del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano (MMPV).

Aquí es importante mencionar lo relacionado con la latencia en los movimientos sociales (Melucci, 1999), para lo cual el movimiento magisterial es un material susceptible de ser analizado bajo este enfoque. Durante el periodo que va más o menos de marzo a septiembre de 2013, se da un impasse, un momento de calma, algunos consideraban que ya se había controlado al movimiento y que los lideres los habían cooptado, pero no fue así. Tal como lo explica Alberto Melucci; las acciones colectivas se forman y desaparecen o se transforman, además los actores sociales no sólo existen cuando se hacen visibles públicamente, sino también en los momentos de calma o latencia, es allí donde se refuerzan los lazos y relaciones, se construyen redes y crean valores como la solidaridad, el servicio y el respeto, entre muchos otros, todos estos elementos le dan las características propias a cada movimiento o lucha social (Melucci, 1999, pp.25-54).

El 2 de septiembre de 2013 en la región de estudio se realizaron una serie de marchas masivas que aglutinaron aproximadamente a 18 mil maestros, manifestando así su inconformidad con la reforma educativa y los atropellos a sus derechos laborales, el profesor Jesús Quiroz las relata de la siguiente manera


…día 2 de septiembre se realizó una marcha masiva, de aproximadamente 18 mil maestros, desde la ciudad de Mendoza hasta Orizaba, siendo una de las movilizaciones más grandes que se tuvieron en su momento, hay que mencionar que en ese mismo mes de septiembre se realizaron otras dos, tres movilizaciones de esa misma envergadura para demostrar que aquí en la región se repudiaba la reforma laboral más que educativa (2016).


Poco tiempo después vendrían las manifestaciones en la ciudad de Xalapa, capital del estado de Veracruz, donde se concentraron cerca de 70 mil maestros, que desquiciaron la ciudad que concentra burocrática y administrativamente lo relacionado a la educación pública. Dichas manifestaciones, pasmaron al gobierno y las autoridades educativas que no creían lo que estaba sucediendo.

Las marchas en la ciudad de México que también fueron multitudinarias contaron con un numeroso contingente de Veracruz, con lo cual nuestro estado comenzó a figurar junto con Chiapas, Oaxaca y Michoacán, como los estados donde los maestros están dentro de los sectores


más críticos y movilizados del país.

Algo importante que se debe recalcar y que el maestro Jesús menciona en su entrevista, es que no se debe olvidar que el movimiento magisterial en la región centro de Veracruz, inició en la sierra de Zongolica y luego se extendió hacia la parte de Orizaba y zona conurbada. Para el profesor Quiroz es muy importante mencionar que el movimiento magisterial que inició en el 2013 en nuestro estado, tiene sus orígenes en esta región de las Altas Montañas del estado de Veracruz.


Causas y razones del Movimiento Magisterial

El movimiento de los maestros iniciado en 2013 en el estado de Veracruz, tomó por sorpresa a muchos investigadores, a los medios de comunicación, a la población en general y quizás al propio gobierno y los sindicatos mismos. En un estado poco acostumbrado a presenciar movilizaciones masivas donde se tomen carreteras, casetas, calles y avenidas, que se apropien del espacio público para expresar su inconformidad. El asombro, la admiración, el repudio y el desconcierto fueron las reacciones, tanto de las autoridades como de la sociedad e general. Sobre todo, tratándose de un sector calificado como sumiso y dócil a las directrices del gobierno y de sus sindicatos como lo es el sector magisterial en nuestro estado.

Pero a partir de la promulgación de la reforma educativa por parte del gobierno de Peña Nieto y quizás ante la falta de información clara y creíble, el magisterio comenzó a organizarse en la región de Zongolica y Orizaba. Los maestros convocantes, nos explica el profesor Quiroz, eran adheridos a la CNTE, con una posición más crítica y que están en contra de la cultura caciquil y charra de los sindicatos oficiales.

Fueron estos profesores los que comenzaron a movilizarse y convocar a reuniones informativas para dar a conocer entre los compañeros las verdaderas intenciones y objetivos de la reforma educativa y cómo les afectaría. Además, edificaban que más que una reforma educativa, se trataba de una reforma laboral, con un trasfondo privatizador del sector educativo público. El maestro Jesús Quiroz lo plantea así:


…después de ser promulgada la reforma, aquí en esta región es donde va a iniciar el movimiento a nivel estatal, porque esta región es la punta de lanza de las movilizaciones


que se van a generar y es ahí donde vemos que esa pasividad, esa indiferencia, se vuelca en coraje, en rechazo, ante un sindicalismo charro, un sindicalismo que nos vende. Considero que lo que trajo este descontento fue la forma en que los diputados, los senadores, el gobierno de Enrique Peña Nieto, armó su tinglado para comprar a estos supuestos representantes del pueblo y en un dos por tres; en tres, cuatro días, aprobar una reforma que no habían leído, que no conocían y eso lo comprobamos en los momentos más álgidos de la lucha (2016).


Algo que en otro momento hubiera sido imposible de creer, se comenzó a generar entre los profesores de sindicatos oficialistas y el de la Coordinadora, un tanto más independiente y fue que se aglutinaron para protestar en contra de lo que veían como amenaza a su seguridad laboral. Ante la incertidumbre de perder sus plazas o someterse a una evaluación punitiva que no garantizaba su permanencia en sus puestos. De las marchas que se dieron primeramente en la región de Orizaba, se pasó a las multitudinarias en la ciudad de Xalapa, donde llegaron a participar cerca de 70 mil maestros.

Ante el despliegue de la fuerza del Estado para implementar una reforma estructural como la educativa, analizada desde la perspectiva de los dispositivos de control (Foucault, 1968, pp. 184-185, citado en Minello, 1999, p. 99), es posible identificar una serie de disposiciones legales, discursos oficiales, discursos de verdad que autorizan al estado y sus maneras de administrar, además de justificar los atropellos a las garantías individuales bajo el argumento de un bienestar general.

Ante este tipo de acciones gubernamentales, los sujetos que se consideran afectados, buscan formas para enfrentar el poder y el control bajo el cual el Estado les ciñe legalmente, los amaga y los gobierna. Aunque en muchos casos las políticas públicas que funcionan como dispositivos de control ofrecen márgenes de acción a los individuos, estos márgenes son generalmente sutiles, pero han sido bien aprovechados tanto por las autoridades para controlar, como por los individuos que intentan mantenerse fuera del control estatal.


Los saldos de la lucha magisterial

A partir de la plática sostenida con los maestros Ramón Tepole y Jesús Quiroz (2016), podemos


deducir algunas acciones como saldos y resultados del movimiento magisterial iniciado en 2013 en Veracruz. Habría que separarlos en positivos y negativos.

En primer lugar, nos gustaría plantear los aspectos positivos, donde destacamos que se ganó mucho en organización y aprendizaje de lucha por parte de los profesores, sobre todo de las nuevas generaciones que no estaban acostumbradas a organizarse por su propia cuenta, sino que estaban más acostumbradas a responder a los intereses de las dirigencias de sus sindicatos. Este aprendizaje ganado servirá para futuras luchas.

Otro punto a su favor fue el apoyo que encontraron en la población, al inicio muchos papás estaban en desacuerdo en que se suspendieran las clases y se tomaran las escuelas, pues consideraban que se estaba afectado a sus hijos, pero con el paso del tiempo y a través de un trabajo de concientización que realizaron los profesores organizados, de lo que implicaba dicha reforma y cómo afectaría no sólo a los docentes, sino a la larga a los propios estudiantes y sus padres, fue como se fueron ganando el apoyo de la población en general. Fue un aprendizaje mutuo, donde se volvió a ratificar que los maestros siguen siendo actores centrales en las comunidades rurales y urbanas.

También ganaron el apoyo de otros grupos y organizaciones sociales de la región. La creación del MMPV el 7 de septiembre de 2013, fue otro de los logros del magisterio crítico, pues dio la oportunidad de aglutinarse en un frente más amplio y tener representatividad ante el gobierno y los sindicatos. Sobre este punto aún hace falta un análisis más fino para entender los alcances de dicho espacio y cuanto puede aportar a la lucha del magisterio veracruzano.

Por último, estaría la visión que se creó en la sociedad veracruzana de que los maestros también pueden organizarse y responder ante la afectación de sus intereses de forma más autónoma, sin depender tanto de las dirigencias sindicales, que por lo regular responden a intereses de las cúpulas y de los gobiernos en turno. Por ello los dirigentes magisteriales y las autoridades gubernamentales deben tener en cuenta que en el imaginario del magisterio quedo grabado que se pueden unir y movilizarse para luchar cuando se ven afectados sus intereses.

En cuanto a los aspectos negativos, se puede mencionar que se dieron rupturas fuertes dentro del movimiento debido sobre todo a que varios representantes aprovecharon la fuerza política que adquirió el movimiento para sacar provecho propio, desde la creación de minisindicatos como el Sindicato Unificador Magisterial (SUMA), que se conformó con un


pequeño grupo de maestros salidos del SNTE (secciones 32 y 56). Esto confirmo que existen sectores dentro del magisterio que sirven a los intereses del gobierno y del sindicalismo charrro para dividir al magisterio.

Algunos otros profesores que estaban ligados a partidos políticos, negociaron candidaturas a diputaciones locales. En un aspecto importante relacionado con la organización interna del movimiento, al momento de buscar alianzas con otros grupos, por ejemplo, en el caso de la CNTE a nivel nacional, el movimiento se fracturó y se dividió, sobre todo, por parte de los maestros del SNTE que buscaron circunscribir la lucha sólo a nivel estatal, con lo cual se acotó la potencialidad del movimiento.


Análisis del Movimiento Magisterial

Un elemento que debemos tomar en cuenta al analizar el movimiento magisterial que nos ocupa es el tema de la construcción de la identidad. Alberto Melucci plantea que la identidad son sistemas de acción que contienen la capacidad de los actores sociales para elaborar sus expectativas y evaluar las posibilidades y límites de su acción, es la capacidad para definirse a sí mismos y su ambiente:


El proceso de construcción, adaptación y mantenimiento de una identidad colectiva refleja siempre dos aspectos: la complejidad interna del actor (la pluralidad de orientaciones que le caracterizan) y las relaciones del actor con el ambiente (otros actores, las oportunidades y restricciones). La identidad colectiva proporciona la base para la definición de expectativas y para el cálculo de los costos de la acción. La construcción de una identidad colectiva se refiere a una inversión continua y ocurre como proceso. Conforme se aproxima a formas más institucionalizadas de acción social, la identidad puede cristalizar en formas organizacionales, sistemas de reglas y relaciones de liderazgo. En las formas menos institucionalizadas de acción, su caracterización es la de un proceso que debe ser activado continuamente para hacer posible la acción (Melucci, 1999:66).


El proceso de constitución del movimiento magisterial en la región de Orizaba y su participación social en las luchas, se dio todo un proceso de construcción de redes entre grupos


diversos, organizaciones sindicales, campesinas y con otros grupos de la sociedad civil, pero a pesar de estar vinculadas a todo este entramado de relaciones siempre buscaron mantener su identidad. Pero Melucci también nos dice que la acción colectiva no debe ser vista como un actor unificado, homogéneo, que tenga la capacidad de cambiar la sociedad en que se manifiesta; en segundo lugar podemos ver que las acciones colectivas surgen y desaparecen o se transforman y que están constituidas por muchos actores que actúan de diferentes formas y que actúan de forma conjunta aunque tengan objetivos diversos; en tercer lugar podemos decir que los que participan en estas acciones colectivas no lo hacen de forma permanente y esta participación solo es una parte de toda su experiencia vital y por último los actores sociales no sólo existen cuando se hacen visibles públicamente, sino también en los momentos de latencia en los que se refuerzan los lazos y relaciones sociales, se construyen redes en su vida cotidiana y también se crean valores como la solidaridad, el servicio y el respeto por los demás, entre otros muchos, esto lo podemos ver ahora que se acercan los festejos de los 50 años de su creación en México, parece ser que las CEB´s de Río Blanco, están tomando cierto impulso (Melucci,1999:25-54).

Mucho de esto se dio en el movimiento, pero en diferentes dimensiones, dependiendo los grupos de maestros que participaban, la región de donde procedían, también si eran origen indígena o procedían de grandes ciudades del estado, pero sobre todo si pertenecían a sindicatos donde el gobierno mantenía un control más férreo de sus integrantes. A pesar de que la mayoría de los grupos de maestros que participaron en el movimiento decidieron no vincularse demasiado con otras agrupaciones sociales o políticas, al final recibieron el apoyo de muchos sectores de la sociedad veracruzana que iban desde organizaciones políticas, académicos de universidades, estudiantes y de la sociedad en general.

Para Melucci, los movimientos sociales son como profetas, anuncian y denuncian y envían mensajes al futuro, para aquellos que quieran atenderlos y comprenderlos, pero sobre todo son profetas del presente, del aquí y ahora.


Los movimientos sociales contemporáneos son profetas del presente. Lo que ellos poseen no es la fuerza del aparato, sino el poder de la palabra. Anuncian los cambios posibles, no en el futuro distante sino en el presente de nuestras vidas; obligan a los poderes a mostrarse y les dan una forma y un rostro; utilizan un lenguaje que parece


exclusivo de ellos, pero dicen algo que los trasciende y hablan por todos nosotros (Melucci, 1999, p.11).


Para el caso que nos ocupa del Movimiento Magisterial, no sólo anunció y denunció a una reforma que no tiene mucho de educativa y si más de laboral punitiva. Los maestros hablaron por todos nosotros, ya que en cierta manera en cada uno de nosotros está presente un maestro que nos instruyó desde pequeños y durante gran parte del trayecto de nuestras vidas, muchos de nosotros somos maestros en diferentes niveles, tanto en el sector público como privado. Además, el maestro sigue siendo simbólicamente muy importante para la sociedad mexicana.

Los movimientos sociales en general y el movimiento magisterial de la zona centro del estado de Veracruz, surgido en la región centro de las Grandes Montañas, se visualizan como un espacio en el que los individuos se conciben de manera colectiva, como una masa global, tal como han estado siendo tratados y gobernados por el Estado y su urgencia de disminuir costos y maximizar ganancias.

Pero este aspecto colectivo y global de los individuos que se organizaron en un movimiento magisterial, es un espacio de confrontación legítimo ante la fuerza del Estado, el cual no sólo cobró relevancia entre el gremio magisterial, sino ante las sociedades de padres de familia, ante otras organizaciones de la sociedad civil organizada e incluso ante un sector de la sociedad civil en general, que hizo propios los desacuerdos de los maestros ante una reforma magisterial que precedía el resto de reformas establecidas en el PPM, sobre todo la reforma fiscal. Quizás el movimiento magisterial no contenga todos los rasgos o características de los nuevos movimientos sociales, como lo plantea Maristella Svampa (2012, pp. 78-79), tales como la multisectorialidad, que tiene que ver con la participación de personas de varios sectores sociales, en nuestro caso casi se circunscribió a los profesores y la participación de algunos

padres de familia.

El aspecto de la territorialidad como espacio de resistencia y de resignificación de las relaciones sociales, quizás en los profesores de educación indígena que participaron tenga mayor sentido, pues hacer énfasis en que la lucha magisterial del centro de Veracruz se gestó en la sierra de Zongolica bajo la dirección inicial de los profesores de educación indígena dice mucho sobre la territorialidad.


Por otro lado, la resignificación de las relaciones sociales puede identificarse en la mayoría de los maestros, ya que se rompió con ciertas prácticas corporativas y se trató de crear nuevos vínculos y relaciones sociales. Lo que podemos ver que se generó más fue la acción, ya que las dirigencias sindicales se vieron rebasadas y los profesores salieron a las calles para organizarse por ellos mismos y la democracia directa. Podemos decir que la lucha magisterial se ha comportado en parte como un movimiento social y en parte no, ya que muchos profesores si lograron romper los lazos corporativos, pero la mayoría siguió bajo los esquemas de control corporativo y Estatal tradicionales, ante el temor de perder su trabajo.

El movimiento magisterial veracruzano pasara a la historia de la lucha social del estado de Veracruz, en primer lugar, por la gran participación de los profesores que salieron a las calles a defender su fuente de trabajo, sino también porque cimbro al poder político local, a tal grado que tuvieron que sentarse a dialogar con ellos y buscaron por todas las formas de controlarlo y mediatizarlo. Poco queda de la euforia de las marchas multitudinarias que desquiciaron varias ciudades del estado, pero lo que si queda en el imaginario de los maestros es que si se pueden unir para exigir sus derechos, aun en contra de los cacicazgos y dispositivos de control estatales.

Muchos analistas plantean que el movimiento magisterial se encuentra en un estado de latencia, pero si la reforma educativa que impulsa el gobierno de Peña Nieto se profundizan, existe la posibilidad de que se activen de nueva cuentan los mecanismos de las agrupaciones más aguerridas como la CNTE, para volver a salir a las calles a luchar por sus derechos.


Bibliografía

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Touraine, A. (2005). Un nuevo paradigma para comprender el mundo de hoy, España, Paidós. Notas

1 El documento Pacto por México fue suscrito por: Enrique Peña Nieto, Jesús Zambrano Grijalva Presidente Nacional del Partido de la Revolución Democrática María Cristina Díaz Salazar Presidenta del Comité Ejecutivo del Partido Revolucionario Institucional Gustavo Madero Muñoz Presidente Nacional del Partido Acción Nacional. Diciembre de 2012. (PPM, 2012).