Envejecer en la costa Growing old in the coast

Vázquez-Palacios, Felipe R.1


Resumen: El trabajo parte de que el cuerpo, al envejecer, configura tanto física como socialmente un entorno distinto (a la par con los cambios que va sufriendo el entorno a través del tiempo), y a su vez, el entorno también configura formas de envejecer particulares. El estudio se llevó a cabo con personas mayores de 60 años, por ser los que más conocen su entorno y los que han sentido y percibido sus variaciones. Mediante este análisis busco mostrar que hay una manera peculiar de experimentar el proceso de envejecimiento y la vejez en entornos costeros


Abstract: The work presents that the body, as it ages, configures both physically and socially a different environment (along with the changes that the environment suffers through time), and in turn, the environment also configures ways to age particular. The study was carried out with people over 60 years old, being the ones who know the most about their environment and those who have felt and perceived their variations. Through this analysis I seek to show that there is a peculiar way of experiencing the aging process and old age in coastal environments


Palabras clave: envejecimiento; vejez; pescadores; entorno.


Introducción

En cada etapa de la vida se presentan formas específicas de apropiarse y transformar el entorno y ello a su vez va transformando el proceso de envejecimiento. En el caso de los pescadores se observó que, con el paso del tiempo, se ven en la necesidad de cambiar sus estrategias productivas y de reproducción social, en la medida en que van envejeciendo. Y es que la vinculación que tienen los pescadores con los cuerpos de agua, los recursos naturales acuáticos, así como con sus específicos utensilios de trabajo, generan una particular manera de ir procesando el envejecimiento y su vejez, pues, los ecosistemas naturales en los que se realiza la



1 Doctor en Antropología Social, Líneas de investigación: Antropología de la vejez, Antropología de la religión. Profesor investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Unidad Golfo (CIESAS-Golfo) Xalapa, Veracruz. Correspondencia: fevaz19@gmail.com

pesca generalmente no presentan ningún grado de domesticación, por lo que la dependencia de la aleatoriedad del entorno es grande. La supervivencia puede ser difícil sino se sabe reparar redes, tejerlas, efectuar distintos tipos de lances, colocar las redes, conocer diversas clases de hilos, cordeles y nudos, así como manejar el motor, hacer composturas mecánicas sencillas, orientarse de acuerdo la posición del sol, la luna, las estrellas, leer las nubes, interpretar el color del cielo, del agua o prestarle atención a su temperatura y olor. Es necesario conocer el porqué de la presencia o ausencia de determinadas aves y peces; saber descifrar el comportamiento de las olas, el viento, las mareas, la calma, la proximidad de una tormenta o norte; diferenciar de unos peces de otros y a conocer las profundidades en que se lleva a cabo esta actividad.

Todos estos conocimientos meteorológicos, biológicos, geográficos, saberes técnicos y prácticos se aprenden con el paso de los años y la experiencia. Sin embargo, en la medida en que se va envejeciendo y se llega a edades avanzadas hay una disminución de las capacidades, principalmente físicas, lo cual tiene implicaciones para los pescadores en el mantenimiento de sus actividades productivas, pues, ya les es difícil lanzar con fuerza la atarraya,1 jalar la red, mantener el equilibrio en la lancha, pasar mucho tiempo de pie o en el agua.

Lo anterior, nos da pie para analizar el proceso de envejecimiento y la forma en que genera sus propios entornos y a la vez, es forjado por su mismo entorno. O sea que la vejez es una expresión del tiempo y del entorno. En este sentido, mi interés por estudiar la vejez y el envejecimiento de los pescadores en relación con su entorno, obedece a que encuentro en estos contextos, características especiales que los hacen diferentes a los demás envejecimientos, debido a que los pescadores están muy ligados a los elementos de su entorno y a prácticas sociales productivas específicas que componen su modo de vida. Mediante este análisis busco mostrar que hay una manera peculiar en los entornos costeros, que influye en un ritmo distinto en el proceso de envejecimiento y que reconfigura la vejez de los pescadores con importantes alteraciones en las formas de habitar y administrar el ambiente y sus recursos.


Aproximaciones a la temática

Los geógrafos y los antropólogos fueron los primeros en estudiar la interacción humano- ambiental, con la ecología cultural emergente en 1950 y la antropología ecológica en los años 60s. En los años 70s aparecieron la economía ecológica, la sociología ambiental, la historia

ambiental, la filosofía ambiental, la ecocrítica literaria y la ecolingüística. En el decenio siguiente surgió la psicología ambiental, seguida de la ecopsicología y la ecología histórica en los años 90s, (Informe Mundial sobre Ciencias Sociales: Cambios Ambientales Globales, 2013:43).

La relación del hombre con su entorno se ha ido convirtiendo en un tema de investigación que se trabaja en la mayoría de las disciplinas de las ciencias sociales y de manera creciente en las humanidades. Actualmente la temática apunta a la integración de las ciencias naturales, sociales y humanas, la ingeniería y las ciencias de la salud en un esfuerzo inter e intradisciplinario por encontrar soluciones o mitigaciones a los efectos que esta relación genera.

En México, dentro de las ciencias sociales, la temática de la relación del hombre con su entorno aparece transitando por diversas vertientes. Desde la geografía ambiental y el derecho ambiental en el año 2009, la discusión prácticamente se daba alrededor de los programas que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y el Instituto Nacional de Ecología (INE). Desde la perspectiva socio-antropológicas, los trabajos más destacados estuvieron influenciados por la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina. En los primeros trabajos antropológicos, se tomaron los elementos conceptuales más esenciales para interpretar las relaciones complejas entre sociedad y los eventos climáticos destacando los factores que intervienen en ello, como la deforestación, la erosión, la pavimentación de grandes áreas urbanas, la extracción excesiva de agua del subsuelo que modifican, condicionan y amplifican las amenazas convirtiéndolas en amenazas socio-naturales (García, 1996). Existen actualmente un sin número de artículos científicos que estudian temáticas socio-ambientales en determinados lugares del país, especialmente de una década para acá. 2

Aunque la mayor parte de los autores que cito no abordan los contextos costeros, me dan

ideas que me ayudan a comprender la relación del entorno con sus habitantes. En este sentido tenemos que hay tres ideas que pueden ayudarnos a comprender la relación entre los pescadores y su entorno.

La primera plantea que la globalización, la urbanización y la tecnología, están generando cambios en el entorno por la desaparición de áreas naturales, lo cual tiene efectos negativos en la calidad de vida, especialmente para las personas mayores. En esta vertiente, se analizan los cambios en los valores, la forma en que adoptan otros estilos de vida e identidades y comportamientos para adaptarse a su entorno. También esta aproximación enfatiza en el

crecimiento poblacional y la longevidad y los cambios en el entorno, así como también el desarrollo de nuevas tecnologías que impactan de manera directa en los cambios en el entorno como la energía solar, eolítica e hidráulica. (Sánchez, et.al. 2016).

La segunda aproximación hace hincapié en la disminución de los recursos, la pérdida de biodiversidad y especialmente la contaminación del entorno, lo que genera degradación, escasez y privaciones sociales, que vienen a ser caldo de cultivo para el desarrollo de conflictos en donde los ancianos son los menos favorecidos. El entorno es visto básicamente como un espacio económico en tanto sistema de recursos naturales y como un espacio donde se despliega la vida, por lo que en estos análisis se atiende a los distintos procesos históricos por medio de los cuales se consolida la relación de las personas con su entorno, a través de rutinas y dinámicas socioculturales, económicas y físicas. Todo se va articulando en un sistema social complejo y determinando una identidad particular propia de un lugar y un momento definidos y delimitados (Sabatini y Sepúlveda, 1997 y Norgaard, 1994).

La tercera aproximación centra su atención en los problemas derivados por un diálogo entre los saberes ancestrales que los ancianos manejan en su localidad y que se conservan, con el saber científico en cuanto al manejo del entorno. Y aunque muchas de las veces se da prioridad a la autonomía local o al desarrollo endógeno, así como a la prevalencia y pureza de los recursos renovables, justo allí donde las culturas ancestrales se refugiaron tras la irrupción del progreso modernizante, no deja de haber críticas a los bajos niveles de la calidad de vida que se presentan especialmente para las personas mayores como grupos vulnerables (Feo et al. 2009; Novión y Estrada, 2011).

Ante estas aproximaciones, el presente análisis percibe la relación del entorno a partir de las experiencias particulares que los pescadores reconocen, no solo en sus inseguridades y vulnerabilidades, sino también, en su resiliencia ante los distintos eventos desestabilizadores de su cotidianidad. Y es que la experiencia con el entorno condiciona la vida cotidiana, así como las oportunidades y capacidades para afrontar desafíos socioambientales y la acumulación de experiencias de sobrevivencia o bienestar en el envejecimiento y particularmente en la vejez.


Materiales y Métodos

Puse mi mirada en las personas de edad avanzada en contextos pesqueros porque generalmente

cuando hay alguna referencia a los pescadores ancianos, estos son asimilados a los estudios que hay sobre el campesinado, destacando la falta de cobertura de servicios de salud y seguridad social, así como los problemas estructurales relacionados con las vías de comunicación, vivienda y educación, colocándolos en una posición lastimera.

La información se recabó a través de entrevistas a profundidad y pláticas dirigidas sobre la relación con el entorno en la vida cotidiana de los pescadores en su proceso de envejecimiento y especialmente en su vejez. La muestra se seleccionó con base en el siguiente perfil: Haber sido pescador por más de 30 años, haber nacido en el área de estudio, no tener ingresos mayores a 5 salarios mínimos y, ser miembro de una cooperativa. Se trabajó con 20 pescadores, 15 del puerto de Alvarado y 5 en la rivera de Tlacotalpan, ambas localidades del estado de Veracruz. Los temas que se abordaron específicamente fueron: percepciones con relación a la contaminación, la sobreexplotación y extinción de ciertas especies, los daños en la salud, inseguridades y miedos, los cambios en los estilos de vida y sus experiencias cotidianas en la vejez y visión del futuro.

La investigación etnográfica la enfoqué en encontrar narrativas sobre experiencias relacionadas con la forma que tienen estos actores sociales de vivir y habitar las zonas costeras veracruzanas y la forma en que significan y resignifican su entorno en su proceso de envejecimiento y vejez.

Enfrenté algunos problemas en cuanto a la comprensión sobre lo que deseaba preguntarles, ya que los pescadores vincularon su relación con el entorno con la sobre- explotación de los recursos naturales, la contaminación, la radiación solar, el agotamiento y deterioro de la calidad de vida; la falta de agua, la mayor frecuencia de fenómenos climáticos extremos como los huracanes, los llamados: “nortes”; la pérdida de la biodiversidad, los cambios en los cultivos, especialmente de maíz, frijol, trigo, frutas y verduras; así como con a la extinción de ciertas especies, daños a la salud y procesos de acumulación, entre otros. Hubo incluso entre ellos dos personas que me dieron explicaciones de manera global, ligando procesos como el calentamiento global, el efecto invernadero, la capa de ozono, el aumento de la temperatura, el aumento del nivel del mar y la pérdida de la biodiversidad.

Considero en este trabajo que la relación con el entorno es esencial para la reproducción y sobrevivencia de los individuos y que el entorno va cambiando a veces aceleradamente tanto por cuestiones meteorológicas como por cuestiones de la actividad humana (antropogénicas). Lo

anterior, ha sido así desde el inicio de la humanidad, el ser humano ha respondido y se ha adaptado al medioambiente, pero, mediante sus acciones, ha creado una relación dialéctica, dónde tanto el ser humano afecta al medioambiente cómo el medioambiente lo afecta a él. Luego entonces, con base en lo anterior planeo primeramente describirles cómo se da la actividad pesquera en el área de estudio de acuerdo con la información recopilada en el trabajo de campo e ir desprendiendo las narrativas y apreciaciones que los pescadores dan sobre esta relación con su proceso de envejecimiento y vejez, para finalmente, presentarles algunas reflexiones que se derivan de todo lo expuesto.


Los pescadores y el entorno

En los análisis historiográficos que se han hecho en la región, se comenta que los primeros pescadores tenían libre acceso a pescar en las lagunas y los ríos, contando con una gran abundancia de recursos. Se aprovechaban las condiciones de salinidad de las lagunas costeras, así como el flujo de las aguas del mar que eran canalizadas para comunicar unas lagunas con otras y organizar criaderos en zonas de baja salinidad, y así evitar expediciones a mar abierto para lograr la pesca del día. Tlacotalpan y Alvarado ofrecían un variado surtido de especies marinas, cualquiera podía echar la red o el anzuelo desde su casa y pescar. “Dábamos 5 pasos y podíamos pescar”.

El problema era vender el producto en el mercado, además de que el precio era muy bajo, pero, aprovechando su ubicación estratégica en la región, comercializaban fluidamente sus productos entre las poblaciones del Sotavento y el Puerto de Veracruz, logrando con ello diversificar sus relaciones alimentarias y comerciales. Se dice que los pescadores sabían convivir con su entorno, pese a las inundaciones que padecían. Su vida económica y organización productiva estaban en armonía con su hábitat.

Sin embargo, en la década de los 40, con la construcción de la Presa Miguel Alemán, se modificó el entorno al que estaban acostumbrados, los cultivos básicos fueron sustituidos por caña, piña, mango y tabaco. Los manglares y otros espacios donde los peces se reproducían fueron afectados, debido a la invasión de agricultores, ganaderos e industrias (papelera, cervecera y maderera, así como los ingenios y Petróleos Mexicanos) que se asentaron en estas localidades especialmente cerca de los cuerpos de agua aprovechando la energía de la presa, provocando una

gran contaminación y el desmonte de la exuberante vegetación y su diversidad en estas zonas lacustres. La presa también propició el tendido de carreteras reduciendo la importancia que tenía el transporte fluvial, propiciando la sobre- explotación y la extinción de especies y el deterioro ecológico, así como cambios climáticos que alteraron la vida de los pescadores en estas poblaciones (González, 2004).


Mapa 1

Mapa de la Laguna Costera de Alvarado y Tlacotalpan


Fuente: Reelaboración propia a partir de González y Rámos, 1998


Hace apenas 20 años, pese a que se tenían serías carencias materiales y de servicios, los pescadores del área de estudio no se preocupaban tanto por su reproducción y por el entorno, pues era común salir a pescar y encontrar el pescado blanco, el charal, el bagre, la carpa, la tilapia y la popocha, el camarón, pero en la actualidad se capturan principalmente el camarón, la carpa y la tilapia, y en muy poca cantidad el charal. Para el caso del bagre, su existencia era todavía más escasa3. Lo anterior, ha hecho que el pescador fuera teniendo menos ingresos que antes que podía capturar más variedad y más cantidad de peces.


“Antes se sacaban muchos bagres, mojarra, camarón, camaya (langostino de rio), pero ahora ya no, y cuando lo llegamos a pescar hacemos festejo. … Respecto a la sardina, esta

se ha extinguido, solo se llegan a capturar algunos ejemplares en la temporada. Lo mismo sucede con el pescado blanco y el pargo, ahorita ya ni en criadero, ni nada. Tiene como unos 10 o 12 años que se acabó”

Pedro H. 72 años.

“Ahora ya ni siquiera hay cangrejos en los manglares, tenemos que estar pescando en época de veda para sacar un dinero extra, o bien, tenemos que vender el pescado a empresas mayoristas a las que no les importa que esté contaminado, con tal de pagar lo menos posible. Otros, mejor dejan la pesca y se van de cortadores de caña, o consiguen trabajitos para irla pasando”

Guillermo G. 67 años.


La necesidad es tal, que además de no respetarse la temporada de veda, tampoco se acatan las restricciones y normas en el uso de las mallas, las cuales cada vez son más cerradas, con la finalidad de poder capturar todo lo que más se pueda. Obviamente, que esto ha tenido consecuencias inmediatas en su entorno natural donde los pescadores habitan, pues las especies como el camarón ahora deben pescarlas cada vez más lejos “mar adentro o rio arriba” llevándose más tiempo y gastos en su captura, así como exponerse a más peligros, lo cual los ha orillado a seguir las especies en espacios cada vez más inhóspitos, a diseñar con más audacia trampas y colocación de redes, a pensar como un pez para poder tener éxito en la captura.


“Las mallas con las que se pesca son cada vez más pequeñas, antes se pescaba con redes de 5 o 3 pulgadas, ahora son de 1 o ¾. Capturando a las especies pequeñas sin dejarlas desarrollar, haciéndonos daño nosotros mismos, pues nos estamos acabando nuestro propio recurso.”

Eligio. 63 años

“Antes cuidábamos los peces, procurábamos que la pesca solo fuera con especies ya desarrolladas, pero ahora no se respeta nada, se pesca y mata a las crías, impidiendo que estas se reproduzcan. “

Sebastián 68 años

“Antes las mujeres pescaban enfrente de sus casas, pero ahora hay que irse lejos siguiendo

a los peces”

Pedro. 72 años

“A mis 10 años empecé a pescar y recuerdo que se llenaban las embarcaciones de robalo, las embarcaciones iban llenas de pescado, eran 8 o 10 toneladas en un solo lance, teníamos que jalar la red entre 15 o 20 personas.”

Francisco P. 82 años.

“Si un pescador podía pescar en una jornada normal alrededor de 300 kilos en 1990, actualmente (2017), solo pesca de 15 a 20 kilos en una jornada exitosa”.

Felipe 66 años.


Los pescadores están preocupados porque cuando lanzan sus redes al agua estas salen vacías o solamente capturan algunos ejemplares muy pequeños, poco comercializables. También es fácil entender que los pescadores tengan desconfianza de las instituciones gubernamentales que regulan la pesca, pues, aunque se encuentran agrupados por cooperativas 4, presentan fricciones debido a las prácticas de captura fuera de la norma, o por capturar en espacios asignados,5 lo cual se suma a la tibieza de las instituciones formales que regulan el acceso a los recursos, la corrupción para aplicar las leyes y reglamentos en la materia.

Las condiciones de vulnerabilidad en que viven los pescadores, especialmente los entrados en años, son inmediatamente percibidas al ver sus enmohecidas y viejas embarcaciones, sus rudimentarios instrumentos con que pescan, así como por la situación de precariedad y falta de servicios en que habitan. Sus casas, por ejemplo, están diseñadas de tal manera que permitan la entrada y salida del agua, con muebles ligeros para que en caso de inundación no sufran gran estrago en su economía; generalmente se ubican en espacios cercanos a los cuerpos de agua, junto con sus principales instrumentos para la pesca, en donde habitualmente se concentra una gran contaminación. 6


“Al descomponerse el agua por los tóxicos los peces se mueren y ya nos llegan muertos. “En la “Lagartera” “Arroyo” y la “culebra” (lugares donde acuden muchos pescadores a capturar peses en Tlacotalpan), también se encuentra mucho pez muerto y es que también el agua no tiene corriente y se pudre y como los peces no tienen pa´donde jalar pues se

quedan ahí y se mueren.” Abelardo. 70 años.


“Después de 1980 se sintió más fuerte el calor, la temperatura del agua subió, vimos como los peces buscaron aguas menos calientes. También nos dimos cuenta de que el agua dulce ya no corría pa´arriba, ya no se metía el agua salada a la laguna como antes. El agua salada mataba al pantano, era muy raro ver el pantano en las orillas de la laguna, porque todo lo mataba el agua salada y de unos años para acá, vea usted por donde quiera encuentra pantano, ya casi tapa la laguna y esto va acabando el producto y es que tiene que haber corriente porque si no nos lleva el carajo.”

Filomeno, 61 años.


Entre los cambios que han propiciado que disminuya la captura de peces, se encuentran las modificaciones en los dragados, por los impactos de la infraestructura industrial y turística que se establecen en estas zonas. También, la tala inmoderada del manglar, el incremento de erosión y acarreo de sedimentos, así como los efectos de los cada vez más frecuentes nortes y huracanes, las lluvias intensas atípicas y, las altas temperaturas que se extienden hasta agosto generan cambios severos que se ven reflejados en la cantidad y calidad de los productos de la región. La incertidumbre que viven los pescadores se da porque estaban acostumbrados a pescar ciertas especies en los diferentes meses del año y esas especies ahora escasean. Señalan que el huachinango, la mojarra, el camarón, el robalo y el pulpo eran su principal producto comercial y fuente de alimento y ahora hay que encontrarlas mar adentro o río arriba.

Los daños a la salud más comunes que padecen los pescadores envejecidos son: la vista por los reflejos que hace el sol en el agua, pues, ahora casi todos usan lentes oscuros; el reumatismo por la humedad, ya que todo el tiempo andan en el agua y a decir de ellos “si el mar enmohece y oxida el acero de las embarcaciones ¿cómo no va a perjudicar nuestro cuerpo?”; el hongo en las uñas de los pies, así como diferentes tipos de cáncer de piel o granos y una severa resequedad a consecuencia de la exposición al sol y el salitre que hay en el agua. Cabe mencionar que, ante todos estos males, los pescadores han desarrollado un conocimiento de la herbolaria local especialmente marítima de plantas en los manglares y especies de lirios acuáticos y

terrestres que ocupan para calmar sus dolores cuando estos aparecen. Se dan con mucha frecuencia casos de fatiga y golpes de calor, especialmente en los más entrados en años, así como casos de deshidratación, malestares de la presión y dolores crónicos que se les acrecientan aún más con el paso de los años y con las temperaturas cada vez más altas. Hay quienes dicen que, con el aumento del calor y los años, se han vuelto malhumorados, desesperados, agresivos y preocupados, porque no pueden llevar a cabo sus actividades como antes lo hacían y a como requieren sus necesidades. Muchos de ellos, como ya mencionó uno de los informantes, tienen cría de puercos y animales de corral a la orilla de los cuerpos de agua; algunos combinan la pesca con la agricultura y otros con la ganadería, aunque la gran mayoría venden su fuerza de trabajo en el sector terciario en la ciudad de Alvarado y Tlacotalpan sin dejar la pesca como actividad principal, pese a que, a decir de ellos, “en la pesca no hay futuro”, pues su sustento depende de lo que se pueda hacer en el aquí y el ahora.


Análisis de la información

Como se ha podido observar, el proceso de envejecimiento en la vida de los pescadores está íntimamente ligado a los elementos de su entorno y a prácticas sociales y productivas que componen su modo de vida, ya que cualquier alteración en el entorno o variabilidad climática, tiene efectos directos en sus actividades cotidianas. En este sentido, encontramos un proceso de envejecimiento que se adapta y cambia, en concordancia con las condiciones específicas en que se va transformando el entorno. Luego entonces, en la vejez se sintetizan los cambios del entorno y el paso del tiempo, a través de sus cuerpos que envejecen, a través de sus relaciones sociales y actividades cotidianas en ese espacio local donde habitan. Consecuentemente, los cambios en el entorno y el proceso de envejecimiento se manifiestan como diferentes, pero en si son inseparables, ya que el envejecimiento y la vejez están en medio del entorno habitado, sentido, pensado, apropiado y vivido; construyéndose y apropiándose de todo aquello que pueda ser útil, en una dialéctica envejecimiento/entorno, donde el envejeciente es generador de su vejez por su capacidad agencial7 de transformar el entorno, pero a la vez es conformado y transformado por éste, del cual tiene esa acumulación de experiencia, conocimientos y cultura que habita, que le permite su movimiento y reproducción. Al analizar las particularidades con que los pescadores mayores de 60 años relacionan su proceso de envejecimiento con su entorno, encontré que

conforme se avanza en edad, el entorno se vuelve más caótico, más difícil de manejar, administrar y restaurar. Hay una tendencia de que el pasado era mejor, donde “había, se podía, se disfrutaba.” Pero con los cambios en el entorno, la contaminación, la extinción de ciertas especies, los problemas para pescar se generan en los ancianos miedo, inseguridad e impotencia, especialmente cuando la actividad pesquera ya no va siendo la actividad primordial en torno a la cual se organiza la vida social y económica en la cual habitan. Todo esto los hace actuar con cautela tratando de evitar o minimizar riesgos y costos que pongan en peligro su subsistencia.


“Yo no sé qué pasará mañana, si podré pescar, si tendré producto y vender, sí podré traer dinero para comer, será lo que Dios quiera, solo le pido a Dios que me siga dando fuerzas para trabajar y sacar adelante a mis hijos.”

Mauro, 59 años.


La presencia cada vez mayor de personas ajenas a las localidades pesqueras -como autoridades y actores económicos, municipales, estatales, federales e internacionales, como los turistas que solo los visitan en temporadas de vacaciones-, han modificado las formas de vivir y subsistir. Sin embargo, los pescadores han tenido que aprender a entrar en esta dinámica, adaptar sus actividades económicas, adecuar sus necesidades y sus ingresos; a entrar poco a poco en un proceso de fiscalización para identificarse entre los pobres y necesitados, y así, justificar que son merecedores de los apoyos sociales.

Dentro de este contexto, el análisis que pretendo va más allá de evidenciar una situación de precariedad, deterioro, contaminación, sobreexplotación de recursos, indiferencia institucional, condiciones de vulnerabilidad, inseguridad, riesgos. Lo que no significa que los pescadores ancianos sean vistos como unos desamparados o candidatos para los programas de asistencia social y, aunque el deterioro físico por el paso de los años, así como las problemáticas del medioambiente natural y social se van dejando sentir cada día con más crudeza, suscitando quejas y añoranzas, estos actores sociales siguen allí, transitando de la vulnerabilidad a la resiliencia y viceversa, en formas muy variadas y veloces. Todo ello lleva a ver los cambios en el entorno y el proceso de envejecimiento en un “continuum” de constante de interacción, donde los pescadores a veces viven la alegría o la satisfacción de haber tenido una buena pesca, otras veces con la

angustia de no haber sacado ni para la gasolina y haber perdido el tiempo, a veces con la incertidumbre y el miedo o con el temor de andar en lugares desconocidos, donde los peces ahora anidan o bien, experimentando en actividades terciarias donde ellos tienen poca experiencia, pero que es necesario incursionar para poder subsistir.

La aparente calma y tranquilidad en que se desarrolla su vida y actividad pesquera, dan la sensación de que el tiempo no importa y mucho menos el futuro, el cual aparece desprovisto de significado. La vejez parece estática y el envejecimiento, parece flotar en el agua moviéndose al compás de las olas, las mareas, los vientos. La cotidianidad parece estar enmarcada en una rutina que pocas veces se rompe, quizás por ello sus estilos de vida no sean proactivos, sino reactivos y se les tache de ser despreocupados dependientes solo de lo inmediato, con un conocimiento pragmático basado en su experiencia y observación.

Finalmente, los cambios en el entorno, así como los de su propio proceso de envejecimiento, son marcadores y alteradores del tiempo, del conjunto de actividades de la vida cotidiana, son los móviles de gran parte de las añoranzas, emociones, acciones y significados que se han construido a lo largo de su vida, para su presente inmediato, generándoles pequeñas esperanzas, aunque mayormente riesgos y vulnerabilidades, pero también, la validez de su experiencia y el sentido de la vida, con el cual conocen, analizan, e intentan mejorar su envejecimiento y su entorno físico y social.


Literatura Citada

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Notas


1 En el manejo de las atarrayas se requiere de habilidad y resistencia física, el pescador debe enrollarse la atarraya al brazo e impulsarse con el cuerpo hacia atrás para tirarla con fuerza, mientras otro pescador dirige el bote a donde considere que es posible capturar la mayor cantidad de peces.



2 En CIESAS, se han llevado a cabo trabajos que tocan de manera directa el problema del cambio climático. En el norte Cecilia Sheridan está trabajando el problema del agua en la ciudad de Monterrey; en CIESAS occidente, Gerardo Bernache tiene una línea de investigación donde estudia el problema de la basura y la contaminación; en la ciudad de México, Virginia García, ha trabajado de manera sistemática el problema de los desastres; asimismo Jesús Manuel Macías ha estado trabajando el problema de los tornados; en el CIESAS Golfo, Hipólito Rodríguez ha trabajado la vulnerabilidad ambiental y reordenamiento urbano en el istmo y sureste del estado de Veracruz; en Chiapas, Edith Kauffer, ha estado trabajando problemas ambientales y políticas públicas.

3 Veracruz es el primer productor pesquero del Golfo y Mar Caribe. El mayor volumen en las capturas lo constituyen la mojarra, el ostión, jaiba y camarón (este último es el que más se comercializa y el que mejor se paga, así como también la base de su alimentación, pero a la vez es la especie que más irracionalmente es explotada por los pescadores). Aunque en el Golfo de México se capturan un total de

264 especies que representa 28% de la captura nacional. En el 2002, se empleaban 890 embarcaciones mayores y 15,681 embarcaciones, 99% utilizadas para la pesca ribereña. Jiménez (2000:2)


4 En las cooperativas generalmente se hacen juntas cada mes, para tomar acuerdos y dar permisos de pesca, altas a nuevos socios activos, se arreglan problemas con los inspectores, se habla sobre impuestos, cuotas y programas, se establecen prohibiciones de especies, como “la víbora, puercoespín, el tismiche, la naca. Las vedas no solamente se hacen para los pobladores de estos lugares, sino que se abren desde Tamaulipas, hasta Tabasco.

5 Actualmente hay muchas fricciones por capturar en espacios asignados, por ejemplo, los pescadores de agua salada no pueden capturar en agua dulce, incluso se encontró que hay pescadores que se apropian de ciertos espacios en las lagunas, donde solo ellos pescan (ponen sus trampas en el fondo de la laguna o en

el río. Según ellos, tienen permiso de los dirigentes de las cooperativas) aunque se diga que en la laguna es de todos.

6 Los espacios que más frecuentan los pescadores para capturar en agua dulce en las lagunas y ríos, es donde se concentra la mayor contaminación de descargas de desechos sólidos, aguas residuales, agroquímicos, descargas termales, desechos de ingenios azucareros que bajan por el rio y es justo allí,

donde se captura el 80 % de las especies para el mercado. “Son varias las industrias asentadas al margen del río, está el ingenio de San Cristóbal, el San Gabriel, López Mateos; la papelera de tres valles MEXPAPEL, la cervecera Modelo en Tuxtepec, todas echan sus desechos tóxicos al río Papaloapan. “Pero quién se pone con ellos.” Para los pescadores resulta incomprensible el desinterés que manifiesta el gobierno, pues pese a que todo mundo sabe de quienes son los que contaminan, no actúan en contra de ellos. La contaminación es tal, que las redes se deshacen al cabo de tres meses por los químicos que tiran en el agua.


7 La capacidad agencia, la construyo tomando la definición que hace Long (2007.48), de agencia, donde la define como: la capacidad que tiene el individuo (en edad avanzada) de procesar la experiencia social, natural (de su vida individual y colectiva), para diseñar maneras de lidiar con la vida, aun bajo las formas más extremas. La capacidad agencia por lo general, se genera y configura con la participación del hombre con la naturaleza, incidiendo de manera directa en la toma decisiones y acciones ante cualquier necesidad.