Regeneración urbana en Valle de Santiago. Una muestra para la reestructuración de los sistemas urbanos


Urban regeneration in Valle de Santiago. A Sample for the Restructuring of the Urban Systems


Estefany Mercedes González Ledezma1


Resumen: El espacio es el creador de las prácticas sociales a nivel básico de vivienda como a nivel urbano estructurando la ciudad. Las ciudades mexicanas presentan el fenómeno de la marginación urbana, demostrando la ineficiencia del sistema urbano, así como la segregación social y espacial de las ciudades. El análisis de las dinámicas urbanas, mediante un estudio sistemático enfocado en la cultura e historia de la ciudad, concluyó en el planteamiento de espacio público, como integrador de la dinámica interna de la ciudad, integrando conceptos como identidad y pertenencia, a través de la creación o fortalecimiento de la memoria colectiva.


Abstract: The space is the creator of the social practices to basic level of housing as to urban level structuring the city. The mexican cities present the phenomenon of the urban marginalization, demostrating the inefficiency of the urban system, as well as the social and spatial segregation of the cities. The analysis of the urban dynamics, by means of a systematic study focused in the culture and history of the city, concluded in the exposition of public space, as integrating concepts as identity and belonging, across the creation or strengthening of the collective memory.


Palabras clave: Espacio público; memoria colectiva; marginalidad urbana; diseño urbano


Introducción.

El siguiente texto es resultado del avance de investigación sobre el sistema urbano, las dinámicas internas y la forma de reconfiguración a través de la implementación y mejoramiento de espacio público con carácter social para lograr la regeneración urbana de zonas con cierto grado de marginación o segregación urbana. La investigación fue realizada bajo un perfil visto desde el diseño urbano considerando las condiciones históricas, sociales, económicas y culturales, en


1 Estudiante de la Maestría en Diseño Urbano, Facultad de Arquitectura, Universidad De LaSalle Bajío (UDLSB), líneas de investigación: diseño urbano, gonzalezestefany24@gmail.com.


Ilustración 1. Ubicación de la cabecera municipal de Valle de Santiago. Fuente: Autor.

relación con la espacialidad de la sociedad y sus conflictos sociourbanos.

El proyecto de investigación surge de estudios académicos previos sobre la organización interna de la ciudad de Valle de Santiago, esta ciudad se localiza al sur del estado de Guanajuato y dentro de la denominada zona Bajío, en el margen del eje volcánico, colindante con los municipios de Salamanca y Pueblo Nuevo, al este con el municipio de Jaral de Progreso, al sur con el municipio de Yuriria y un fragmento con el Estado de Michoacán y por último, al oeste con los municipios de Abasolo y Huanimaro (Ilustración 1).

Bajo una perspectiva funcionalista

se analizó la influencia de equipamiento urbano en la ciudad determinando que el equipamiento es insuficiente en los rubros cultura, salud, asistencia social, comercio y abasto, comunicaciones, transporte, recreación y deporte, exceptuando el educativo, además se determinó que el equipamiento se encuentra localizado mayormente en la zona centro, dejando desprotegidas las zonas norte y sur de la ciudad, posteriormente se analizó la morfología del tejido urbano desde su fundación (1607) hasta el año 2013, resaltando el crecimiento acelerado de las zonas norte y sur de los últimos treinta años. Por último desde una perspectiva sistémica basada en la Teoría de la Red Urbana de Nikos Salingaros (2005), y desde un enfoque sociohistórico, se detectaron y estudiaron los principales nodos, sus conexiones y jerarquías creando una red de dinámicas urbanas que concluye en la concentración de nodos urbanos en la zona centro de Valle de Santiago, lo cual caracteriza la intensidad de interacciones y determina que la cabecera municipal cuente con dos zonas latentes de desconexión con el resto de la ciudad, la zona norte y la zona sur. A esto obedece, precisamente que se profundizara el estudio sobre la zona sur debido a la ausencia de nodos urbanos y a las condiciones sociales desfavorecidas con respecto al resto de la ciudad.


Ilustración 2. Delimitación del área de estudio ubicada al sur de la cabecera municipal. Fuente: Autor con base en Google Earth


Además de las características de mayor precariedad, en este estudio se acota la temporalidad desde 1990 hasta el año 2018, de acuerdo con el desarrollo urbano registrado y tendencia de crecimiento de acuerdo al Programa de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Ecológico Territorial 2013-2038 (H. Ayuntamiento de Valle de Santiago, 2013:79). Las colonias que comprenden el área de estudio son La Loma, Francisco Villa, Ignacio Ramírez, Ranchos Unidos, San Juan y Ampliación La Loma (Ilustración 3).


Ilustración 3. Delimitación territorial de colonias en el área de estudio. Fuente: Autor con base en Google Earth.


Metodología

La metodología empleada para la presente investigación se ejecutó bajo un enfoque sociohistórico de manera sistémica, considerando los ámbitos sociales, urbanos, políticos, económicos y culturales del área de estudio, basada en las dinámicas sociales y la justificación histórica de su evolución identificando sus principales elementos sobre la zona de estudio; fueron empleados datos geoestadísticos obtenidos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) los cuales fueron analizados e incorporados como parte de la contextualización del estudio, con el mismo fin se llevó a cabo un análisis de las dinámicas sociourbanas de manera cualitativa a través de la elaboración de encuestas a habitantes del área obteniendo la percepción de la sociedad respecto al espacio que habitan.

Resultados


    1. La espacialidad de la marginalidad.

      Uno de los problemas latentes del urbanismo latinoamericano actual se desarrolla ante la explicación de las desigualdades sociales en relación con su emplazamiento territorial y su clasificación en niveles socioeconómicos, esta condición espacial en la ciudad se da a través de la marginalidad que teóricamente es “una situación que vive una parte de la población por encontrarse separada de los beneficios económicos, sociales, culturales, que tendría derecho por ser parte de una sociedad global” (Lezama, 2014: 342), interfiriendo en la carente participación en la toma de decisiones para el desarrollo de la ciudad, creando un estado de exclusión social y política.

      Al igual que las ciudades la marginalidad tiene historia, algunos de los indicadores que favorecieron el incremento de la marginalidad en las ciudades mexicanas son descritas por Lezama (2014), factores demográficos, como el incremento de la población de forma acelerada en los últimos 20 años y de la misma forma, la expansión de los tejidos urbanos de forma rápida, sin control ni planeación, económicamente se refleja en el sistema económico dominante proyectado en la sector inmobiliario con la urbanización de periferias urbanas en beneficio de la inversión privada, así como en la tendencia hacia actividades económicas perfiladas a los servicios pero caracterizados por contener la actividad dentro de la misma estructura habitacional, prevaleciendo el sedentarismo, el aislamiento y la poca interacción con la dinámica urbana; políticamente va relacionado íntimamente con lo económico, puesto que los integrantes de los sectores gubernamentales favorecen ciertas acciones solamente como estrategia pública, usando el espacio como control social tanto en el desarrollo e inclusión de ciertas zonas de la ciudad como en la exclusión de otras (Lezama, 2014), así como en la ausencia de conceptos como identidad y pertenencia; y culturalmente se evidencia en “la superposición cultural que se ha dado en América Latina y que siguen actuando como modelos culturales, ideas, normas, creencias, provenientes de países desarrollados” (Lezama, 2014:345) y en general de la superposición cultural globalizada mostrando nuestra mayor dependencia como país principalmente hacia los países de Norteamérica. Espacialmente la marginalidad “personifica la disfuncionalidad de los sistemas sociales” (Lezama, 2014: 338) y por lo tanto del sistema urbano también, conceptualizándola en zonas de marginación como cinturones de pobreza, bajo condiciones deplorables y de exclusión generadas

      por el proceso de industrialización de las ciudades; no obstante en América Latina y México se presenta de forma diferente, no específicamente con la localización de zonas marginadas en periferias, si no en el emplazamiento sobre zonas prohibidas o ilegales, y principalmente en zonas de riesgo con tendencia a desastres naturales, esta concepción descrita por Lezama, determina la territoriedad de la población marginal.

      El fenómeno se puede contemplar de manera puntual en el área de estudio, Valle de Santiago de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) (2010), su grado de marginación a nivel municipal es de nivel medio, pero sobre la zona sur de la cabecera municipal hay presencia de algunas colonias con alto grado de rezago social, la Colonia San Juan, Ignacio Ramírez, parte de la superficie de la Colonia Ranchos Unidos y parte de la Colonia La Loma, conocida como Ampliación Colonia La Loma (Subsecretaría de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional, 2016: 2) caracterizadas por ser resultado del crecimiento del tejido urbano de los últimos 30 años de la cabecera municipal, este crecimiento se manifiesta en el área de estudio expresándose como una de las dos zonas con mayor concentración de población sobre su territorio, contiene el 32.32% (21, 991 habitantes) de la población total de la cabecera municipal (68, 058 habitantes), sobre un territorio no consolidado y en constante crecimiento.

      El área de estudio presenta un grado de segregación espacial respecto al resto de la ciudad, evidencia disimilitud en la obtención de recursos por parte del municipio, proyectado en la ausencia de equipamiento urbano, por lo que podemos decir que cuenta con pobreza urbana, “capacidad para acceder al nivel de vida y a la oferta diferenciada de bienes públicos que ofrece la sociedad local” (Ziccardi et al., 2010: 121).

      El arroyo Camembaro es una línea de agua de flujo intermitente que se desarrolla desde el centro de la ciudad atravesando las colonias pertenecientes al área de estudio, específicamente sobre la colonia La Loma, el elemento natural presenta invasiones a sus límites naturales, con el emplazamiento parcial de edificios de carácter habitacional, que además de presentar riesgo de inundación inminente en épocas de flujo, confirma la condición espacial de marginalidad al localizarse en zonas de riesgo.


      Ilustración 4. Zonas con rezago social alto y zonas de riesgo. Fuente: Autor en base a Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (2010).


      Como parte de la metodología empleada se realizó el análisis de las dinámicas sociourbanas de manera cualitativa como procedimiento de evaluación del grado de marginación urbana en el área de estudio a través de la descripción de la eficiencia de elementos como la infraestructura, el equipamiento y los servicios públicos puntualizados por habitantes de la zona.

      La infraestructura básica como drenaje, agua potable, electricidad y fibra óptica, en general el servicio existe en la zona y es bueno, según la percepción de los habitantes, pero el sistema de drenaje por desazolve de agua pluvial en vialidades es deficiente por la constante presencia de residuos acumulados en alcantarillas, problema creciente por la ausencia de mantenimiento por parte del ayuntamiento, aunando la presencia de basura constante por la ausencia de limpieza pública del espacio público, a pesar de la constante recolección de los habitantes de la zona. El servicio de recolección de residuos es ineficaz, puesto que el servicio se presenta de forma irregular en lapsos entre 15 a 30 días, por lo que las personas movilizan sus residuos hasta contenedores de basuras no ubicados dentro del área del estudio, gran parte de la población prefiere entregar sus residuos, de manera remunerada a personas recolectoras que pasan por la zona.

      Los factores describen una zona carente de inversión por parte del municipio, un caso aunado a los anteriores, se constata en base a información proporcionada por el Inventario Nacional de Vivienda (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2016) y complementada en base a observación realizada en campo, el área de estudio no cuenta con recubrimiento de calle sobre las colonias Francisco Villa, San Juan, Ignacio Ramírez y el cincuenta por ciento de la colonia Ampliación de La Loma, el resto del área de estudio cuenta con pavimentos, sin embargo el nulo mantenimiento no sólo de los pavimentos sino también del servicio de alumbrado público frente al constante saqueo de lámparas de las insuficientes luminarias, indican las deficiencias de la infraestructura y servicios urbanos.

      El servicio urbano de transporte público de la zona fue catalogado por la sociedad como de nivel intermedio, tanto en el funcionamiento de rutas, calidad de unidades de transporte como en la accesibilidad económica, sin embargo la sociedad lo percibe como lento y difícil de acceder a él, puesto que no existe infraestructura como paradas de camión o camiones aptos para el abordaje de personas de la tercera edad o con capacidades diferentes, por lo que las personas optan por caminar a sus lugares de destino.

      La problemática con mayor presencia según la percepción de los habitantes de la zona se relaciona con el alto nivel de inseguridad, la presencia de grupos delictivos han favorecido la realización de delitos hacia los habitantes de la zona, en especial a obreros que arriban de sus empleos en horarios nocturnos, el robo a casa habitación, comercios, automóviles y autopartes se han vuelto actividades de todos los días en la zona, por lo ante la situación es importante plantearse,

      ¿es acaso la violencia una forma de segregación o marginalidad urbana?, frente a la ausencia de vigilancia por parte de la policía municipal, aunando el abandono de instalaciones propias de seguridad pública en la zona, y aún más cuestionable si la violencia es un factor de la marginalidad, que pasa con el entorno mexicano de inseguridad, si es una falla del sistema urbano, habrá de preguntarse cuáles son las medidas para la reestructuración del mismo.


    2. Elementos de la memoria colectiva.

      Tanto para el urbanismo como para la sociología el tema de la memoria colectiva demuestra la cultura e historia característica de cada lugar, la teoría del sociólogo Henri Lefebvre nos ayuda a idealizarla partiendo desde la conceptualización del espacio concebido, percibido y vivido,

      González (2014) interpreta el espacio concebido como la representación del espacio como la construcción teórica ideal, el espacio percibido como las prácticas espaciales identificadas con lugares propios de cada sociedad y las que permiten la apropiación del espacio haciendo que este sea analizable, observable, percibido y descifrable, y el espacio vivido como espacios de representación relacionados con la cotidianidad, estos espacios con aquello que generan sentimientos a la sociedad, es decir, “parten de la identidad, las imágenes, los paisajes y los significados interiorizados por el grupo social que tienen su fuente en la historia, la historia de los pueblos y de los individuos [...] se viven, se hablan, tienen núcleo o centro afectivo” (González, 2014: 121), estas dimensiones aunadas a la historia singular de la sociedad generan la memoria colectiva.

      Con influencia de esta teoría, Halbwachs define la memoria colectiva como un “conjunto de representaciones del pasado, producidas, conservadas y transmitidas dentro de los grupos sociales” (Carcedo, 2015: 55), los cuales relacionan su vida con imágenes espaciales, conceptualizando la relación sociedad-lugar, es decir, “la memoria se visualiza en lugares físicos y en territorios o espacios transitados habitualmente” (González, 2014: 119), pero también articula y construye los mismos, a estos Pierre Nora (1998) los define como lugares de memoria.

      La memoria está definida por la percepción de cada individuo, por lo que nunca será general para los habitantes de una zona o ciudad, pero cabrá una parte con la que la mayoría este en concordancia, esta posibilita el reforzamiento de la memoria colectiva, para tal proceso se deberá de identificar factores de la apropiación natural del espacio por parte de la sociedad, evidenciados en expresiones arraigadas a un lugar, como murales, graffitis, placas y monumentos (González, 2014), marcando de esta forma un lugar con ciertos sentimientos bajo un lenguaje coloquial; se identificarán aquellos espacios que son portadores de tradiciones, mitos, historias, materialidades o ideas del pasado, García (2009) menciona que incluso llegan a ser intergeneracionales identificando los elementos que los definen, para que “la memoria convierta al pasado en un presente extendido” (Fabri, 2010: 108).

      La presente tendencia culturalista sobre estudios urbanos y sociales sobre la memoria colectiva frente al proceso de globalización ha destacado el aumento de la individualización que recae en la pérdida de identidad, dejando de lado lo cotidiano, los aspectos culturales e históricos; desde la perspectiva de la geografía urbana los lugares de memoria se presentan en dimensiones

      como los paisajes o caminos de memoria según García, en la que el paisaje ha jugado un papel importante en la generación y recuperación de la memoria, Meinig los nombra paisajes simbólicos, entendidos como el paisaje en él cual el imaginario colectivo (ciudadano) según Carter puede reconocer sus valores o dotarlo de ellos, “para configurar su sentido de pertenencia y de identidad” (Fabri, 2010: 108).

      La sociedad cambia la dinámica del lugar de memoria incorporando “algunos elementos conmemorativos... mientras que otros desaparecen” (García, 2009: 190), siendo reinterpretados y transformados en diversos momentos históricos, permitiendo de esta forma la evolución y adaptabilidad de los lugares de memoria. Pero qué pasa con espacios por crear, para aunar memoria a ese sitio, la participación ciudadana es un factor determinante, es necesaria la intervención de la sociedad desde el planteamiento del proyecto, en la elaboración de acuerdo con sus necesidades, así como en la ejecución material del mismo en colaboración con los especialistas, Escolar y Palacios (2010) enuncian que la memoria necesita encarnarse espacialmente para seguir testimoniando, por lo que se deberá de encontrar la manera correcta de producirse. Sin embargo, esta concepción resulta un obstáculo en zonas con problemas de segregación o marginación, puesto que las personas buscan la remuneración de su trabajo para poder satisfacer las necesidades básicas de sus familias, las cuales muchas veces quedan aún limitadas y quedan con la imposibilidad de tener una actividad regular frente a las organizaciones ciudadanas.

      Dentro de un estudio urbano el análisis de la memoria colectiva es indispensable bajo un perfil sistemático pues la historia forma parte del sistema urbano, en este trabajo se realizó la identificación de lugares de memoria de la ciudad de Valle de Santiago (Ilustración 5), el municipio cuenta con un paisaje natural único, puesto que cuenta con elementos emplazados a lo largo de su territorio de manera única a nivel nacional, la presencia de cráteres como elementos simbólicos, muestran una identidad a nivel municipal, en la cabecera municipal esta identidad ha disminuido considerablemente pues las generaciones jóvenes han abandonado las prácticas sociales que en ellos se realizaban dejándolos en el olvido.

      En la zona sur del tejido urbano donde se encuentra el área de estudio se realizó la identificación de lugares de memoria por parte de la sociedad, la cual una minoría de personas lograron reconocer solo un elemento simbólico, perteneciente al rubro religioso el Templo de Nuestra Señora de la Asunción, no obstante la gran parte de las personas carecen de elementos o

      espacios con los cuales se identifiquen, a pesar de tener proximidad espacial con el Área Natural Protegida (ANP) y con el cráter inmerso en el tejido urbano. Con este antecedente es necesario otorgar a la sociedad espacios donde depositar sus recuerdos y reforzar la memoria colectiva en aquellos lugares simbólicos de la ciudad, dentro y fuera del área de estudio con la finalidad de recuperar el sentido de pertenencia e identidad de la sociedad hacia la ciudad de Valle de Santiago.


      Ilustración 5. Localización de espacios simbólicos de Valle de Santiago. Fuente: Autor con base en Google Earth.


      El desafío desde el diseño urbano será la identificación de la memoria colectiva, así como su desarrollo territorial con la finalidad de intensificar las dinámicas sociales, proveer identidad, no sólo hacia los lugares de significación actual, sino a los elementos incorporados como producción de espacio público como método de análisis e implementación de conceptos propios del diseño urbano.

    3. El espacio público como reestructurador del sistema urbano.


“La ciudad proyecta sobre el terreno a la totalidad social; es economía, pero también es cultura, instituciones, ética, valores…”

Lefevbre, 1976.


El sistema urbano es complejo, multidisciplinar y saturado de problemas latentes que evidencian la ineficiencia del mismo como los son los dos anteriores temas, la marginalidad y la memoria colectiva, forman parte de una estructura social proyectada territorialmente sobre un espacio, el cual es el creador de las prácticas sociales en el orden básico de vivienda, a nivel urbano generando la estructura urbana, generando simultáneamente una influencia sobre la sociedad influyendo en la conducta diaria del ser social, es decir, “la ciudad es una realidad histórico-geográfica, sociocultural, incluso política, una concentración humana y diversa (urbs), dotada de identidad o de pautas comunes y con vocación de autogobierno (civitas, polis)” (Borja, 2003: 21) que en conjunto con la sociedad se expresa de forma colectiva, es decir, desarrollándose en el espacio público e interactuando con su espacio inmediato, el cual “define la calidad de la ciudad, porque indica la calidad de vida de la gente y la cualidad de la ciudadanía y de sus habitantes” (Borja, 2003: 391).

Eventos históricos posteriores a la segunda guerra mundial y el desarrollo urbano capitalista de la vida posmoderna con el proceso de globalización han generado nuevas formas de relaciones sociales, nuevas conductas espaciales, potencializando la segregación social, Touraine lo describe, “favoreciendo una mayor identificación con el espacio inmediato, el barrio o el distrito” (García, 2011: 285) favoreciendo la producción de espacio de una forma desigual, producido por la modernidad descrita por Soja e “interpretada como una simple y rápida destrucción y reemplazo de las tradiciones” (Guzmán, 2007: 37), fenómeno desfavorecido por el constante estado de violencia de nuestro entorno mexicano repercutiendo en el abandono del espacio colectivo e inclusive con la tendencia a la individualización resultado del proceso de globalización reflejado en la tecnología, desencadenado dinámicas sociales inclusive sin espacialidad alguna.

De esta forma toma relevancia la construcción de un concepto de espacio y su construcción social, desde una perspectiva radical, el espacio es generador de la evolución de la sociedad, donde se generan y se transmiten ideologías, siempre pretendiendo la libertad de la sociedad, es decir,

Marx decía que la revolución social se genera en las plazas, en la calle; un estudio urbano deberá de considerar no sólo su emplazamiento geográfico y sus condiciones físicas y naturales, sino la historia del lugar, sus dinámicas sociales, económicas y culturales, para finalmente proporcionar beneficios a las dinámicas internas de la ciudad, la apropiación del espacio y la creación de identidad por medio del espacio público.

Así se plantea la siguiente aseveración, es a través de la producción de espacio público una forma de reestructuración del sistema urbano, diversificando la dinámica interna tanto en los ámbitos urbanos como sociales, mejorando la calidad de vida de la sociedad, recuperando su sociabilidad, sentido de pertenencia e identidad, a través de la participación ciudadana, convirtiendo el espacio público en nuevos nodos urbanos o lugares de memoria. Esta hipótesis es el principal tema del estudio urbano realizado sobre la zona sur de Valle de Santiago, para comprender la aserción es necesaria la siguiente reseña de la organización interna de la ciudad, específicamente del área de estudio.

Valle de Santiago es una ciudad media, su tejido urbano está caracterizado por una dispersión compacta, formando una retícula con direccionalidad oriente-poniente, condicionado por elementos naturales y características topográficas dadas por un cráter denominado “La Alberca” localizado en el contexto inmediato a la zona urbana, perteneciente al ANP conocida como “Siete luminarias” constituida por siete cráteres ubicados en la extensión del municipio (Ilustración 6).


Ilustración 6. Tejido urbano de Valle de Santiago. Fuente: Autor.


Los principales ejes viales del área de estudio se muestran en la siguiente imagen (Ilustración 7), la calle Revolución es una vialidad de jerarquía secundaria y considerada como la principal en la zona, con flujo en ambos sentidos con un carril por sentido, a pesar de lo anterior es común utilizar uno de los carriles para estacionamiento, lo que dificulta el flujo continuo de los automóviles, tiene una orientación este-oeste, su tránsito es de baja velocidad debido a su flujo y permite el acceso a calles locales; la calle Valentín Varela es una vialidad secundaria con orientación norte-sur, cuenta con la sección vial ideal para una vialidad de su jerarquía pero su continuidad se ve interrumpida en el límite de la colonia La Loma; y el boulevard Nezahualcóyotl es una vialidad que funciona como vía rápida del norte de la ciudad y de la carretera proveniente de Huanimaro conectándose con la carretera No. 43 con dirección a Morelia, el flujo de la vialidad es en ambos sentidos, un solo carril, podría considerarse como vialidad primaria, pues articula movimientos de jerarquía regional, pero las condiciones físicas de la vialidad no son las adecuadas, de igual forma que la calle Varela, el blvd. Nezahualcóyotl se ve interrumpido en la colonia Ampliación La Loma, direccionando su flujo a una calle de rango local para posteriormente

incorporarse a la calle Juan de la Barrera, integrándose finalmente con la carretera No. 43; a través del análisis de los principales ejes viales del área de estudio se puede visualizar el problema de planificación urbana que acontece al área de estudio, así como la carencia de infraestructura vial.


Ilustración 7. Ejes viales en el área de estudio. Fuente: Autor, imagen en base a Google Earth.


La ciudad se dedica principalmente a las actividades primarias, secundarias y recientemente incorporada a actividades industriales, aún con poca presencia; su espacialidad diverge entre la privada y pública con la presencia de espacios públicos ubicados principalmente en el centro de la ciudad.

Por su parte la zona de estudio de género habitacional de densidad media, presenta una espacialidad privada, es decir, es una zona habitacional sin restricción de transito, pero las viviendas son de carácter particular; el comercio y la mano de obra como obreros en industrias de carácter regional fuera del municipio (Silao, Irapuato y Salamanca), caracterizan a una sociedad

con clase socioeconómica entre baja y media. Las principales actividades económicas de la zona se llevan a cabo entorno al arroyo Camembaro entre las calles José Ma. Yáñez y Calle México con una espacialidad de forma lineal sobre la calle Revolución, de carácter informal la ubicación de dos tianguis sobre la zona favorece la economía interna de la zona, el primero se localiza sobre la zona comercial antes descrita, el segundo el tianguis “los postes” se emplaza sobre la calle Valentín Varela con frecuencia semanal.

Culturalmente la sociedad del área de estudio tiene un perfil religioso arraigado, no cuentan con actividades culturales, ni espacios para el desarrollo de tales, por lo que se trasladan al centro de la ciudad en busca de ellas o simplemente no gozan de las mismas; su educación en general es de nivel básico (primaria-secundaria), y en algunos casos posteriormente a la educación básica se perfilan por la educación técnica; la población del área de estudio es relativamente joven, el 63.25% se encuentran entre los 0 y 29 años, contrario al 5.90% de los habitantes mayores a 60 años.

El área de estudio no cuenta con espacios públicos de ningún género como áreas verdes, plazas, parques, mercados o espacios culturales, está es la percepción de los ciudadanos, sin embargo mediante la observación se pudo distinguir un lugar de interacción social ubicado en la colindancia con el arroyo Camembaro donde se forma una pequeña plaza a través de banquetas anchas que permiten la disposición de vegetación y mobiliario urbano, en el espacio se llevan a cabo actividades recreativas con alta frecuencia (diario) por parte de la población adulta como conversar y jugar, además de albergar actividad económica informal por parte del tianguis descrito en los párrafos anteriores, a excepción de este pequeño espacio no existe espacio público en el resto del área de estudio; en la siguiente ilustración (Ilustración 8) se muestra la localización de los espacios públicos ubicados en la extensión del tejido urbano de Valle de Santiago, resaltando el área de estudio en la zona sur y la inexistencia de espacio público en la misma, ubicando la gran parte de los espacios públicos en la zona centro de la ciudad.


Ilustración 8. Ubicación de espacios públicos en Valle de Santiago. Fuente: Autor con base en Google Earth.


Posterior al análisis realizado y con el fundamento teórico anteriormente descrito, se plantea en zonas con características similares de marginación urbana, proyectos de intervención urbana mediante la generación de espacio público sostenible como método reestructurador del sistema urbano en primer alcance del área segregada con la finalidad de ofrecer a la comunidad un espacio propio donde sean parte de su creación por medio de la participación ciudadana, generando una ciudad con valor social y memoria colectiva, otorgando condiciones igualitarias al resto de la ciudad y aminorando el grado de segregación social y marginación, integrando conceptos históricos, culturales, recreativos y propios del paisaje natural y urbano, para posteriormente integrarse a la dinámica del sistema urbano de la ciudad. Específicamente para el caso estudiado en esta investigación se propone la generación de espacio público integrando los conceptos antes

descritos, así como propios del paisaje natural, tomando en cuenta la relevancia ecológica que debería desarrollar el ANP sobre el emplazamiento espacial en la ciudad de Valle de Santiago.


Conclusiones

Existen grandes problemas urbanos y sociales en las ciudades mexicanas, la marginalidad urbana es un tema que acontece a todas y que no se relaciona directamente con el nivel de ingresos económicos de la sociedad, sino con la oportunidad de acceder a servicios e infraestructura que el estado debe de proporcionar de forma igualitaria, cabe resaltar la inseguridad como un problema sociourbano sin resolver que afecta no sólo a los habitantes, sino a sus interacciones sociales y por lo tanto al espacio donde se desarrollan, repercutiendo en el cambio de actividades y abandono del espacio público, y de esta forma disminuyendo los sentidos de pertenencia e identidad de la sociedad hacia los espacios.

La producción del espacio público con sentido social, no solamente beneficiará la calidad de vida de las personas del entorno inmediato sino también los ámbitos económicos, políticos y culturales de la ciudad en la que se encuentra pues al generar espacios con características sostenibles harán del sistema urbano una mejor estructura tanto en lo espacial como en lo social. Finalmente, es conveniente señalar la importancia multidisciplinar de los estudios urbanos y del análisis de las ciudades de forma sistémica, analizando todos sus fragmentos como parte de una unidad indivisible, considerando la participación ciudadana como elemento indispensable en las tomas de decisiones de cualquier conflicto urbano.


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