Democracia y juventud: un análisis del nuevo electorado en Puebla Democracy and youth: an analysis of Puebla's new electorate

Silvia Victoria Serrano Zafra1


Resumen: El presente trabajo tiene como objetivo relacionar dos variables sumamente importantes dentro del ámbito político del país: la noción de la democracia y la situación económica; esto con base a un estudio previamente realizado a jóvenes que por primera vez votaron en una elección, analizando primordialmente su opinión sobre la política nacional, partidos políticos, democracia, y la idea del voto como factor de cambio. Aunado, se toma en cuenta criterios como: rango de edad, conocimientos del contexto político nacional y local, así como su ámbito familiar.


Abstract: The present investigation has as objective to relate two important variables within the political scope of the country: the notion of democracy and the economic situation; This based on a study previously conducted on young people who voted for the first time in an election, analyzing primarily their opinion on national politics, political parties, democracy, and the idea of voting as a factor of change. In addition, criteria such as: age range, knowledge of the national and local political context, as well as their family environment are taken into account.


Palabras clave: participación electoral; democracia; juventud; nuevo electorado.


El presente trabajo tiene como objetivo relacionar dos variables sumamente importantes dentro del ámbito político del país: la noción de la democracia y la situación económica; esto con base a un estudio previamente realizado a jóvenes que por primera vez votaron en una elección, analizando primordialmente su opinión sobre la política nacional, partidos políticos, democracia, y la idea del voto como factor de cambio; aunado, se toma en cuenta criterios como: rango de edad, conocimientos del contexto político nacional y local, así como su ámbito familiar.

Actualmente la política se ha convertido en un tema bastante controversial para los ciudadanos, pues ante las adversidades que se presentan en el contexto nacional, poco a poco se ha puesto en duda la credibilidad del propio sistema político mexicano, teniendo mayor rechazo


1 Maestra en ciencias políticas por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, docente de la Universidad Iberoamericana Puebla, especialista en participación electoral juvenil, sistema político mexicano e historia y filosofía política. Mail: serrano.zafra.v@gmail.com.


aquellas instituciones encargadas de promover la participación ciudadana, es decir, los partidos políticos. Como resultado de tal descomposición, se puede observar el crecimiento de un abstencionismo ante la participación ciudadana, y, por lo tanto, el vínculo entre gobierno y sociedad ha desaparecido. Al presente la cuestión es ¿qué pasa con el nuevo electorado? es decir, aquellos jóvenes que se disponen a sufragar por primera vez en alguna elección, ¿realmente estarán preparados para llevar a cabo su derecho?

Para abordar esta temática es indispensable remitirse a los comicios del año 2012, los cuales son recordados por ser uno de los procesos electorales más complejos del país, debido a que hubo una mayor fluidez de información gracias a los diversos medios de comunicación; aunado, la expectativa y la incertidumbre de la población ante una contienda tan reñida, dio pauta para que la juventud fuera considerada “esencial” dentro del proceso. Asimismo, la incorporación de las redes sociales fue de suma importancia, pues fue un mecanismo innovador que aceraba la información relevante de las elecciones de forma accesible y -hasta cierto punto- simple a un determinado sector de la población, aunque es necesario resaltar que sólo eran aquellos jóvenes con acceso a internet. De tal manera que, muchos jóvenes manifestaban su inconformidad, y a través de las redes sociales encontraron una forma de mostrar hartazgo hacia la política mexicana, logrando que en todo el país se formaran grupos para concientizar el voto en busca de una transformación política y social.

Cabe resaltar que, en México, la dimensión demográfica reveló lo siguiente: de 79,4 millones de votantes, 14 millones eran jóvenes de entre 18 y 24 años. Esto equivalía a que 3,5 millones de jóvenes ejercerían su derecho al voto por primera vez, mientras que 10,5 millones elegirían por primera vez al presidente de la República (es decir, estos ya habían podido ejercer su voto en las elecciones intermedias de 2009) (Montero, 2013), o sea, alrededor del 30% de la lista nominal de votantes eran jóvenes. Sin embargo, con estos datos surgían nuevas interrogantes: ¿el nuevo electorado tenía conocimiento sobre la política del momento? o bien

¿sólo reflejaron el voto de sus padres? Sin duda alguna, la educación y la familia son elementos esenciales dentro de esta investigación, puesto que son los pilares de formación de la juventud, empero, debido a las interrogantes antes planteadas sobre el voto juvenil, nos enfocamos en realizar un estudio para conocer la percepción que tienen sobre la realidad política mexicana. Así, el objetivo de esta investigación es relacionar dos variables de suma importancia dentro del


ámbito político del país: La noción de la democracia y la situación económica; esto con base a un estudio previamente realizado a jóvenes que por primera vez tuvieron la oportunidad de llevar a cabo su derecho a votar, analizando fundamentalmente su opinión sobre la política nacional, sobre los partidos políticos, la democracia y la concepción de su voto como factor de cambio. Cabe subrayar que el estudio se realizó a principios de enero de 2012, dado que se enfocaba en el comportamiento político de los jóvenes, es decir, identificar qué tan informados estaban sobre las propuestas y planes de acción de los partidos políticos, sin tener en cuenta la figura de los candidatos; sumado, se tenía la expectativa que los jóvenes realmente sentirían una motivación – por así decirlo- para salir a sufragar, ya que nos encontrábamos en uno de los procesos más polémicos y divulgados en la historia del país.

Este proyecto se concentra en el caso de aquellos jóvenes “primerizos” en una elección, enfocándose en el municipio de Puebla, delimitando un rango de edad entre los 17-19 años, y, tomando en cuenta su conocimiento sobre el periodo de transición democrática en el país. Para esclarecer las interrogantes, se realizó una encuesta que midiera el fenómeno político dentro de algunas instituciones medias superiores en Puebla capital. Por ello, se considera que el presente trabajo resultará útil para quienes tengan la intención de abordar la temática de la participación política juvenil desde otra perspectiva.


Para entender la democracia

Se sabe que el concepto de democracia es bastante ambiguo, pues ha sido definido por muchos autores y un sinfín de interpretaciones, empero, lo que la mayoría conocemos y concordamos, es en el origen etimológico del término democracia: “demos” pueblo y “krátos” poder.

Ahora bien, el término democracia –en su acepción contemporánea- tiende a ser reconocido como un régimen que está estrechamente ligado a dos elementos cruciales: libertad e igualdad política. Aunque pareciera que es una contradicción, la democracia está basada en el reconocimiento de la voz del ciudadano, por ende, permite al sujeto la libertad de expresarse, y a la vez lo protege, pues sirve de defensa ante la opresión (Sartori, 2009, 68); mientras que la igualdad otorga al ciudadano un principio moral de justicia, es decir, semejanza. (Sartori, 2009,

72) La forma más eficaz de ejercer esa libertad política es a través de la participación, ya que permite el acceso de la ciudadanía a espacios restringidos por parte de la burocracia pública y


partidaria. (Bolos, 2003, 12) Asimismo, tiene como objetivo el educar cívica y políticamente a los ciudadanos, igualmente busca generar y fortalecer lazos de solidaridad. (Bolos, 2003) Este aspecto se refiere a la importancia de la cohesión ciudadana para abrir más espacios al debate público.

La participación electoral es un elemento fundamental de la democracia, la cual representa la forma de intervención ciudadana desarrollada dentro del marco electoral. Es una forma de participación esencial; está integrada en la estructura institucional de las democracias representativas, e indubitablemente se relaciona e incluso caracteriza con el voto. Dieter Nohlen distingue a la participación electoral como un aspecto parcial de la participación política, (Nohlen, 2004, 150) debido a que la segunda constituye un fenómeno mucho más amplio, que incluso abarca ámbitos no institucionales, mientras que la primera -como su nombre lo dice- se reduce a procedimientos estrictamente electorales. Así pues, la opinión de los ciudadanos es la base para que éstos puedan formar preferencias. En pocas palabras, detrás del voto está la opinión; de esta forma, Sartori define a la democracia como “gobierno de opinión” (Sartori, 1988,

117) Dicha opinión se entiende como “pública” porque permea al público o a la ciudadanía como conjunto. Al mismo tiempo, es “pública” porque se forma alrededor de asuntos públicos. Su construcción depende de muchos factores externos como la información de medios de comunicación masiva, líderes de opinión, maestros, vecinos etc.; así como internos: ideología, valores, cultura etc. No obstante, para que funcione como tal, se debe cimentar de forma autónoma y no impuesta. Para eso es necesario impeler arreglos institucionales para tener medios de comunicación no autónomos -no manipulados por el Estado-, así como libertades individuales y colectivas de: pensamiento, expresión y asociación. Sin embargo, esto no significa inmediatamente que contemos con una opinión pública fuerte. Hay muchos factores que pueden languidecer el proceso de una construcción de la opinión pública, tales como: la calidad de la información, la imposición de mayorías sobre minorías, la irracionalidad de los individuos, la ambigüedad del concepto “bien común” y en general la educación de los ciudadanos y su competencia en asuntos públicos. Un ciudadano no educado construye opiniones débiles, por lo que también puede elegir incorrectamente, manipulado o contrariamente a sus intereses. Es precisamente aquél uno de los grandes problemas que la democracia ha sido incapaz de resolver desde sus inicios hasta la actualidad. Democracia y opinión pública son conceptos directamente


relacionados, a tal grado que uno condiciona al otro: Sin democracia no podemos hablar de opinión pública autónoma, sin opinión pública autónoma el pueblo no puede expresar sus verdaderas opiniones; además, si la opinión pública es endeble también lo será la democracia.

Ahora bien, la ciudadanía tiene como elementos centrales la pertenencia de un individuo a una sociedad, la adquisición de derechos y obligaciones políticos, y el involucramiento en asuntos públicos (siendo el voto la expresión más representativa). El ser ciudadano implica ser mayor de edad y tener la capacidad y autonomía para tomar decisiones responsables. Para ello es necesario poseer un conocimiento básico sobre su entorno, y es aquí donde se acentúa la importancia de la educación.

La educación tanto en el núcleo familiar como en la institución escolar es un componente que ayuda a formar la percepción del joven en torno a cuestiones políticas, por ende, el comportamiento del nuevo electorado está influido por distintos factores: los patrones de voto de los padres, -o “voto heredado”-, la formación académica, las propuestas electorales, el estrato social, la preferencia ideológica, entre otros.

Es clara la importancia de la educación, de la opinión pública y, especialmente la noción de la juventud sobre la democracia, puesto que los votantes deben tener acceso a la información para establecer una opinión alternativa y, posteriormente definir cuál es su preferencia con base a ello.

La opinión precede a la elección, por lo que es importantísimo que se construya adecuadamente, es decir, libremente y no estar expuesta a cualquier forma de sometimiento, al mismo tiempo, la opinión se debe construir basándose en información proveniente de medios autónomos para que sea efectiva y no manipulada. Para el caso de los jóvenes este proceso es complicado, ya que muy pocos se encargan de inquirir, de esclarecer las dudas que pudiesen presentarse en el proceso formativo de opinión. Así pues, es necesario comprender que el flujo de información proveniente de los diversos medios de comunicación implica, -lamentablemente- datos fehacientes, confundiendo a los jóvenes y dejándolos en un estado de incertidumbre.

Sartori aborda este punto en su controvertido Homo Videns. El problema que ve es que la televisión y la primacía de la imagen afectan a las capacidades de abstracción y cognitivas de los ciudadanos. Actualmente la población toma a la televisión como principal referencia de información pública, sobre todo de la información política, sin embargo, habrá que preguntarse


¿qué tan buena es ésta informando? “(…) el pueblo soberano opina sobre todo en función de cómo la televisión le induce a opinar. Y en el hecho de conducir la opinión, el poder de la imagen se coloca en el centro de todos los procesos de la política contemporáneo”. (Sartori, 2001,70)

Y continúa:


Porque la televisión da menos informaciones que cualquier otro instrumento de información. Además, con la televisión cambia radicalmente el criterio de selección de informaciones. La información que cuenta es la que se puede filmar mejor; y si no hay filmación no hay ni siquiera noticia, y si pues la noticia ofrece, pues no es video-digna. (Sartori, 85)


Los noticiarios están llenos de noticias triviales con imágenes son espectaculares. Los asuntos públicos -que Sartori entiende como los más importantes- son relegados o no se profundiza en ellos. El meollo del asunto está en el rating. Los noticieros son un producto que busca venderse, pero el comprador no es el público, o quien recibe la noticia, sino los patrocinadores externos. Las noticias aburridas deben quedar en segundo plano para darle prioridad a las noticias bomba.

Otro problema encontrado por Sartori son los sondeos de opinión o las entrevistas en el lugar de los hechos:


En el mejor de los casos, las entrevistas casuales son “coloristas”. Pero cuando tratan de problemas serios son, en general formidables multiplicadores de estupideces. Cuando se dicen en pantalla, las estupideces crean opinión: las dice un pobre balbuceando a duras penas y al día siguiente la repiten decenas de miles de personas. (Sartori, 97)


Como se puede observar, Sartori hace hincapié en que la televisión privilegia la información que mantiene el rating, en lugar de proporcionar una de calidad a los televidentes. Esto es similar a lo que ocurre con el internet, porque se ha convertido en un medio de comunicación masiva sumamente accesible para la población, específicamente para la juventud, y ello implica un acercamiento a una “realidad ficticia”. El internet, permite transmisión y difusión


de información al momento, el problema radica en que ésta presenta vicisitudes, y por ello, no se tiene alguna forma de comprobar la validez de tales notas, puesto que no hay un filtro que permita depurarla. Entonces, podemos concluir que tanto la televisión como el internet privilegian todo lo que puede ser informado con imágenes (ya sea cobertura especial, fotos, o videos), pero lo demás resulta fútil.


Metodología

Con base al planteamiento anterior, se buscó la forma de comprender cómo votaría el sector juvenil, aquel electorado rebelde, confundido, desinteresado, e incluso relegado por la sociedad.

Tomando como estudio de caso el municipio de Puebla, en el que se trabajó con una población de 829 jóvenes de seis de las más importantes instituciones educativas del municipio, se hizo una investigación comparativa sobre su preferencia electoral (elecciones 2012) con base en distintos elementos. Con ello, se pudo establecer que existe un fenómeno que se entiende como “voto heredado”, es decir, la transmisión de una preferencia electoral hacía un partido o candidato por parte de los padres, jefes de familia hacia los hijos o dependientes en un núcleo familiar, sin importar el estrato social, el tipo de institución en donde estudiaron, e incluso el género; por lo que se llegó a la conclusión de que los jóvenes no cuentan con una percepción personal sobre lo político, siendo factores externos los más significativos a la hora de sufragar y tomar decisiones.

Ante esta conclusión, aún quedaban algunas preguntas por contestar, entonces, prosiguiendo con el estudio, en esta ocasión nos enfocaremos en la opinión de los jóvenes sobre la democracia y la situación económica del país, estableciendo un vínculo entre estos dos factores, partiendo del supuesto que entre más adversa sea la situación económica, menor será la satisfacción con la democracia.

El instrumento de medición fue un muestreo probabilístico por medio de un cuestionario realizado con base a una encuesta presentada por Leo Zuckerman, tomada del libro “Las formas de medición del fenómeno político”. (Espinoza, 2010)

Primeramente, se define nuestro universo a comparar: Seis instituciones de educación media superior, reconocidas en la ciudad de Puebla.1 De ámbito público están las siguientes: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, (BUAP, Preparatoria Luis Cabrera), Centro Escola


Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH) y, Centro Escolar Morelos (CEM); de ámbito privado: Instituto Oriente, Benavente y Universidad Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). Para cada institución se realizó una serie acercamientos para obtener el tamaño total de la población, y con base a ello se realizó la fórmula para calcular el tamaño de muestra con un margen de error el 6%, obteniendo como resultado un total de 829 encuestas.

A continuación, se presentan los resultados:


Tabla 1. Número de participantes.


Elaboración propia con datos recabados del instrumento de medición


De 829 casos registrados tenemos los siguientes datos: De 502 jóvenes de 17 años, 316 de 18 años y 11 de 19 años, respectivamente.


Tabla 2. Tipo de escuela.


Elaboración propia con datos recabados del instrumento de medición


En la siguiente tabla se muestra que 567 (69.06%) son provenientes de una institución de ámbito público, mientras que 262 (31.91%) son del ámbito privado.


Tabla 3. Asociación democracia con economía.



Satisfecho con democracia

Total

MUY SATISFECHO

POCO SATISFECHO

NADA SATISFECHO



Recuento

2

76

113

191


muy mala

% dentro de satisfecho

7,1%

14,2%

42,6%

23,1%



Recuento

9

238

102

349


Mala








% dentro de satisfecho

32,1%

44,6%

38,5%

42,2%

Economía


Recuento

13

182

48

243


ni mala ni buena






Actual


% dentro de satisfecho

46,4%

34,1%

18,1%

29,4%



Recuento

4

35

1

40


Buena








% dentro de satisfecho

14,3%

6,6%

0,4%

4,8%



Recuento

0

3

1

4


muy buena








% dentro de satisfecho

0,0%

0,6%

0,4%

0,5%



Recuento

28

534

265

827

Total



% dentro de satisfecho


100,0%


100,0%


100,0%


100,0%

Elaboración propia con datos recabados del instrumento de medición


Para comprobar la hipótesis realizamos una prueba de chi cuadrada.


Tabla 4: Pruebas de chi-cuadrado



Valor

Gl

Sig. asintótica (bilateral)

Chi-cuadrado de Pearson Razón de verosimilitudes Asociación lineal por lineal

N de casos válidos

105, 153a

107,307

87,747

827

8

8

1

,000

,000

,000

Elaboración propia con datos recabados del instrumento de medición

a. 4 casillas (26,7%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperada es ,14.


Como la tabla 4 demuestra, tenemos una sig. Bilateral de .000, con lo que se contrasta la hipótesis nula y se verifica la hipótesis 1, lo que representa que hay evidencia estadísticamente significativa que determina la asociación de las dos variables, ya que es menor que ,05. Por lo


tanto, es entendible que la postura en torno a la situación económica efectivamente está vinculada a la percepción de los jóvenes sobre democracia. La tabla 3 ejemplifica la correspondencia entre la percepción de la economía con respecto al nivel de satisfacción de la democracia. El 42,6% (el porcentaje más alto con relación a las otras dos respuestas) de aquellos que consideran que la situación económica es muy adversa, tienen también un nivel de satisfacción con la democracia nulo; el 44,6% de aquellos que consideran que la situación económica es adversa, tienen un nivel de satisfacción bajo con la democracia; por último, el 46,4% de aquellos que consideran que la situación económica no es ni buena ni mala, su encuentran muy satisfechos con la democracia.

Segregando los datos en dos categorías: pública y privada, los resultados son similares, aunque la correspondencia se rompe un poco como se puede observar en la tabla 5 y 6 respectivamente.


Tabla 5. Escuela Pública



Satisfecho con democracia

Total

MUY SATISFECHO

POCO SATISFECHO

NADA SATISFECHO


Economía actual

Recuento

Frecuencia esperada

muy mala

% dentro de satisfecho

Recuento

Frecuencia esperada

Mala

% dentro de satisfecho

Recuento

ni mala ni Frecuencia esperada buena % dentro de

satisfecho Recuento

Frecuencia esperada

Buena

% dentro de

satisfecho

1

48

73

122

4,3

77,5

40,2

122,0

5,0%

13,3%

39,0%

21,5%

5

145

75

225

7,9

142,9

74,2

225,0

25,0%

40,3%

40,1%

39,7%

10

139

38

187

6,6

118,7

61,7

187,0

50,0%

38,6%

20,3%

33,0%

4

26

0

30

1,1

19,0

9,9

30,0

20,0%

7,2%

0,0%

5,3%


Recuento

0

2

1

3

Frecuencia esperada

,1

1,9

1,0

3,0

% dentro de satisfecho


0,0%


0,6%


0,5%


0,5%

Recuento

20

360

187

567

Frecuencia esperada

20,0

360,0

187,0

567,0

muy buena


Total


% dentro de satisfecho


100,0% 100,0% 100,0% 100,0%


Elaboración propia con datos recabados del instrumento de medición


En las escuelas públicas, la única diferencia que podemos encontrar es que aquéllos cuya satisfacción con la democracia es nula, consideran que la situación económica es mala (40,1%), aunque supera por muy poco, la concentración porcentual que se tiene con la percepción económica “muy mala” (39%). La correspondencia se rompe un poco, pero de forma muy pequeña. El resto de los datos se mantiene de forma similar a la tendencia establecida en la tabla general, es decir, aquéllos jóvenes cuya satisfacción con la democracia sea poca, también consideran que la situación económica es mala (40,3%); por último, los que se sienten muy satisfechos con la democracia, asimismo consideran que la situación económica no es “ni buena, ni mala” (50%)

Para la última parte decidimos hacer la separación de géneros, para conocer las percepciones de hombres y mujeres.


Tabla 6. Escuela Privada



Satisfecho con democracia

Total

MUY SATISFECHO

POCO SATISFECHO

NADA SATISFECHO


Economía Actual


muy mala


mala

Recuento Frecuencia esperada

% dentro de satisfecho


Recuento

1

28

40

69

2,1

46,2

20,7

69,0

12,5%

16,1%

51,3%

26,5%

4

93

27

124



Frecuencia esperada

3,8

83,0

37,2

124,0

% dentro de satisfecho

50,0%

53,4%

34,6%

47,7%

Recuento

3

43

10

56

ni mala ni buena

Frecuencia esperada

1,7

37,5

16,8

56,0


% dentro de satisfecho

37,5%

24,7%

12,8%

21,5%


Recuento

0

9

1

10

buena

Frecuencia esperada

,3

6,7

3,0

10,0


% dentro de satisfecho

0,0%

5,2%

1,3%

3,8%


Recuento

0

1

0

1

muy buena

Frecuencia esperada

,0

,7

,3

1,0


% dentro de satisfecho

0,0%

0,6%

0,0%

0,4%




Recuento


8


174


78


260

Total


Frecuencia esperada

8,0

174,0

78,0

260,0



% dentro de satisfecho

100,0%

100,0%

100,0%

100,0%

Elaboración propia con datos recabados del instrumento de medición


En lo referente a las escuelas privadas, encontramos que la correspondencia también se rompe, pero en otro sentido. Aquéllos cuya satisfacción con la democracia es nula, consideran que la situación económica es muy mala en un porcentaje de 51,3%; ergo, aquellos que se sienten poco satisfechos con la democracia, piensan que la situación económica es mala en un 53,4% de los caso; por último, aquellos que se sienten muy satisfechos con la democracia sienten también que la situación económica es mala, es decir, la correspondencia se rompe y de una forma más acentuada en comparación con las escuelas públicas, puesto que el 50% de aquellos que se sienten satisfechos con la democracia piensan además que la situación económica de país es mala.

Para concluir, se procede a segregar los datos por género para identificar si es que realmente se puede percibir una diferencia en cuanto a la percepción de la democracia.


Tabla 4. Mujeres


Mujer

Satisfecho con la democracia

Total

MUY SATISFECHO

POCO SATISFECHO

NADA SATISFECHO



Recuento

1

56

67

124


muy mala


% dentro de satisfecho


6,2%


19,3%


45,6%


27,4%



Recuento

5

122

48

175


mala








% dentro de satisfecho

31,2%

42,1%

32,7%

38,6%


Economía


Recuento

6

94

32

132


ni mala ni buena






Actual


% dentro de satisfecho

37,5%

32,4%

21,8%

29,1%



Recuento

4

17

0

21


buena








% dentro de satisfecho

25,0%

5,9%

0,0%

4,6%



Recuento

0

1

0

1


muy buena








% dentro de satisfecho

0,0%

0,3%

0,0%

0,2%



Recuento

16

290

147

453

Total









% dentro de satisfecho

100,0%

100,0%

100,0%

100,0%

Elaboración propia con datos recabados del instrumento de medición

Tabla 5. Hombres


Hombre

Satisfecho con la democracia

Total

MUY SATISFECHO

POCO SATISFECHO

NADA SATISFECHO


Economía Actual


Total


muy mala


mala


ni mala ni buena


buena


muy buena

Recuento


% dentro de satisfecho Recuento

% dentro de satisfecho Recuento

% dentro de satisfecho Recuento

% dentro de satisfecho Recuento

% dentro de satisfecho Recuento

% dentro de satisfecho

1

20

46

67

8,3%

8,3%

39,0%

18,0%

4

115

54

173

33,3%

47,5%

45,8%

46,5%

7

87

16

110

58,3%

36,0%

13,6%

29,6%

0

18

1

19

0,0%

7,4%

0,8%

5,1%

0

2

1

3

0,0%

0,8%

0,8%

0,8%

12

242

118

372

100,0%

100,0%

100,0%

100,0%

Elaboración propia con datos recabados del instrumento de medición


En ambos casos es posible apreciar un patrón similar al establecido en términos generales, pero con algunas diferencias bastante interesantes. En lo referente a la tabla 4 de mujeres, podemos observar que es el único caso en el que se concentra un porcentaje dentro de la categoría “buena” economía, que tiene una correspondencia con una satisfacción muy alta con la democracia. No obstante, a simple vista pareciera que no es significativo, pero estos casos aislados permiten vislumbrar que los jóvenes, a pesar de la circulación de la información, o tienen poca o nula percepción sobre el contexto económico del país, o simplemente no le dan importancia.


Conclusiones

Hablar de política y juventud es un tema muy complicado, en parte porque la condición del joven


es aún vulnerable en el ámbito político y social. Hoy en día la juventud busca ser tomada en cuenta, no solamente durante las jornadas electorales, sino en cualquier ámbito de la sociedad; por ello, intenta participar, integrarse, e incluso innovar, pero el resultado ha sido desastroso, pues se ha visto altamente perjudicado e incluso olvidado por la clase política.

Entendamos una cosa, el ser joven es una cuestión difícil, existen muchos cambios tanto físicos como sociales que afectan tanto a su persona y a su entorno. Aunado a esto, la falta de información que presenta en torno a la política hace que se vuelva un tema más complejo, generando desconfianza y rechazo.

Como se pudo observar a través de este trabajo, al comprobar la hipótesis sobre la idea de la democracia para los jóvenes, se estableció la relación que existe entre las dos variables (economía y democracia) y, por lo tanto, tenemos como resultado una visión interesante sobre el nuevo electorado en Puebla, el cual se encuentra influenciado por el contexto socioeconómico, determinando su percepción de la vida democrática del país. Es entendible que el entorno influya en su asimilación de lo democrático, lo preocupante deriva en que no hay un concepto como tal sobre democracia. Esto implica un distanciamiento sobre un tema fundamental para los mexicanos; la noción del término democracia en la juventud está enfocada a cuestiones utilitaristas, es decir, si a la nación le va bien económicamente será más democrática. El argumento anterior demuestra que México está ante una crisis de la ciudadanía, la cual se refleja en el nuevo electorado.

Si bien para ser ciudadano debes cumplir con ciertos requisitos básicos como la edad y el modo honesto de vida, es necesario estar consciente y preparado sobre los asuntos públicos, sobre la realidad de nuestro país, y así, generar un contrapeso que permita al joven convertirse en un agente de cambio, capacitado y activo, que opine, que piense, y que actúe. Uno de los problemas identificados en el trabajo fue que la principal fuente de información de la juventud proviene de su entorno, primordialmente de su familia, y es por ello que, dentro de los resultados obtenidos en la presente investigación, se observa que la opinión de los jóvenes es peyorativa, francamente sólo un promedio muy bajo hace un juicio con conocimientos previos, mientras que el resto lo hace con base a una vivencia familiar. Entonces, los jóvenes salen a votar porque piensan que su voto tiene un peso, porque tiene valor, y un claro ejemplo fueron las elecciones de 2012, el escenario perfecto para ponerse a prueba, sin embargo, la mayoría de los jóvenes redujo sus


opciones a: votar como sus padres o no ir a votar. A pesar de tener el sentimiento de que su voto puede lograr un cambio, es un hecho que el nuevo votante mexicano no está preparado para cargar ese peso en sus hombros, menos aun cuando no presenta el interés por hacerlo. Así de contradictoria es la juventud, por un lado, saben que su voto vale, y por el otro, no cree en la democracia. Los jóvenes son absorbidos por la percepción de la corrupción, del desgaste social, en un México donde la pirámide poblacional muestra la cifra que debería ser “el futuro del país”, y que ese futuro ha perdido la confianza, la esperanza en las instituciones, en el sistema político y sobre todo en sí mismo.


Bibliografía

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S.A. de C.V.


Notas


1 La razón por la cual se toma el muestreo en estas instituciones es porque cada una de ellas tienen una preferencia partidista. Como es sabido en el ámbito local, las escuelas privadas antes mencionadas tienen una tendencia panista, ya que se muchos militantes del partido tuvieron sus estudios en dichos planteles. Ahora bien, para el ámbito público, encontramos que diferían en cuanto a una predilección partidista; por una parte, los Centros Escolares estaban muy ligados con anterioridad al PRI, debido a su cercanía con los sindicatos, empero, el CENCH se encontraba en desacuerdo con las medidas que había llevado a cabo el gobierno “morenovallista”, razón suficiente para apostarle a la izquierda del PRD. La única institución que permaneció neutra fue la preparatoria de la BUAP, Luis Cabrera.